9. Qué no quiera bebés Pt1

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Hoseok había faltado al trabajo el resto de la semana, Jimin cubrió esas horas, aunque no era su área el estilo de baile del mayor hizo lo que estuvo en sus manos.

Yoongi estaba de malas en la empresa, había despedido cerca de diez personas, había ganado nuevamente aquel apodo de furia, ya que eso parecía, cualquier persona que se le pusiera enfrente explotaba.

Estaba enojado consigo mismo por lo idiota que había sido, trató de llamar varias veces a Hoseok, las primeras entraba pero nadie respondía, el resto lo mandaban directo al buzón de voz, en el cual dejo todos los mensajes posibles hasta que la memoria de este se lleno.

Se dio cuenta que no conocía la dirección del menor, tenían los datos en recursos humanos, pero no quería parecer más ese idiota.

— Dije que nadie me moleste — murmuró pasando sus manos por el cabello.

— Lo sé, tu secretaria me lo dijo, pero quería verte ¿que pasa? ¿Hoseok y tu pelearon? — murmuró Nam sin dejar de verlo.

— Peor que eso, lo lastime, dije palabras que no deseaba decir — murmuró sintiendo las lágrimas llenar sus ojos.

Nam coloco el seguro en la puerta, estaba seguro que Yoongi no quería que nadie lo viese llorar de esa forma, su aroma lo delataba, pero una cosa era que sintieran el aroma y otra distinta que lo vieran sufrir por un omega.

Yoongi le explicó lo que había pasado, diciéndole con detalle como por idiota terminó diciendo aquella idiotez.

— Tenía miedo Nam, que Kook viva lo mismo que yo, eso nubló mi mente, me veía a mí en él, cuando todo pasó, todo lo que tuve que vivir, el dolor del lazo rompiéndose cuando lo marcaron a él, ni yo me conocía en ese momento, no debí decir eso, ahora debe de odiarme — murmuró el mayor con las lágrimas rodar por sus mejillas —. Me lo merezco, el miedo no justifica lo que le dije, todo este tiempo debí mantenerme solo, no tratar de vivir un cuento de hadas, pero lo amo — terminó de decir sin dejar de llorar.

Nam se acercó más, tratando de reconfortarlo, no sabía que decir, el había visto todo lo que sufrió Yoongi, al igual que fue testigo del amor que le tenía a Hoseok, verlo de esa forma le rompía el corazón.

— Ve y dile todo esto — propuso sin dejar de acariciar el hombro del pálido.

— No se donde vive y las llamadas no las responde — habló sin dejar de llorar.

— Yo conozco a alguien que sabe donde vive — Nam se alejo.

Llamó a Jimin, quince minutos despues bajaban por el elevador privado, hasta el estacionamiento, evitando lo más posible a los empleado o cualquier persona.

Subieron al auto, donde ya estaba Jimin esperándolos, el menor dejaba ver la marca en su cuello, se veía algo fresca, pero Yoongi no mencionó nada, iba en la parte trasera, el menor de los tres comenzó a manejar despacio, viendo de vez en cuando a Yoongi por el espejo.

El pálido se veía más pálido de lo normal, con la diferencia de sus ojos rojizos e hinchados por llorar.

— Sinceramente, espero que no te perdone, Hoseok merece muchas cosas buenas, no un idiota que solo por estar enojado usa palabras hirientes — menciono Jimin mientras estaciona a él auto, se giro para ver al pálido —. Toma, con esta tarjeta puedes entrar, te dejará en el piso exacto, reconocerás la puerta ya que tiene pegatinas sonrientes — murmuró entregándole el plástico.

Yoongi lo tomó y asintió.

— Gracias — habló antes de bajar.

— No lo hago por ti, lo hago por Hoseok, quizá con suerte pueda mandarte al diablo y seguir su vida, una donde ya no estés tu lastimandolo — habló Jimin sin voltear a verlo.

Nam libero un poco de su aroma, tratando de calmar a su omega.

El pálido se alejo, entrando al edificio, como le había dicho Jimin, la puerta estaba decorada por varias pegatinas.

Tocó el timbre, la puerta abrió casi enseguida.

— Jimin te he dicho que puedes usar la llave — habló el menor en un tono ronco.

Yoongi lo vio desde la puerta, no había esa luz y energía que siempre desprendía cada vez que lo veía.

— Perdón — murmuró bajo, el menor se quedó quieto al escuchar esa voz, para después voltearlo a ver.

El pálido se sentía peor al ver que el había provocado esa falta de luz y felicidad en el menor nuevamente.

Si encajas en mi lista - YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora