Amarnos sin una lista

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Yoongi deseaba que la noche de bodas fuese inolvidable, especialmente para Hoseok, por lo que había comprado una pequeña casa a la orilla del mar.

— ¿Ya puedo quitarme la venda de los ojos? ¿Esta noche quieres probar juegos en la cama? — habló en un tono divertido el menor.

— Esta noche no, hoy te haré el amor — murmuró el mayor estacionando el auto.

— Buuuh — Hoseok hizo un puchero.

El pálido soltó una risa, bajando del auto y acercándose rápidamente a abrir la puerta del lado de Hoseok.

Lo sostuvo con cuidado, dejándolo de pie frente a la casa.

— Siento que ya se donde estamos — murmuró bajo al sentir la brisa chocar contra su cuerpo.

En su primer celo Yoongi lo había llevado a esa cabaña, su aroma de aroma del omega era tan dulce que temía que otro alfa sintiera su aroma y quisiera quitárselo. Lo llevó ahí también cuando decidieron hacer la marca, crear aquel lazo entre los dos.

Ahora estaban ahí como esposos, era un lugar especial para ambos.

— Lo sé — Yoongi quito la venda, provocando que Hoseok viera el lugar ya conocido —. Pero ya no es rentado, ahora es nuestro, es nuestro pequeño nido si deseas llamarle de esa forma — explicó Yoongi, rodeandolo por la cintura, acariciando su abdomen y escondiendo su nariz en el cuello del omega.

— Me gusta — respondió el menor, se libero del agarre y comenzó a correr, pero Yoongi lo alcanzó deteniendolo.

— ¿Qué pasa? — preguntó confundido el menor.

— Es una tradición — Yoongi lo cargo, abriendo la puerta y entrando.

Hoseok soltó una risa mientras negaba, lo dejó en la sala, todo seguía como lo recordaba, con la diferencia que ahora era de ellos, se quito los zapatos, caminando al pequeño jardín, se podía ver las estrellas, se acostó en el pasto, cerrando sus ojos, llevó un instante sus manos a su abdomen, las quito rápidamente cuando escucho la voz de Yoongi.

— Acá estoy — se sentó y lo vio acercarse.

— Hacerlo en el pasto, no era lo que tenía pensado pero me gusta la idea — murmuró el mayor mientras se acercaba y se acomodaba a su lado.

— No, eso dejemoslo después, quiero hacerlo en una cómoda cama, pero hay que ver un momento las estrellas — propuso al tiempo que volvía a recostarse.

Yoongi asintió y se acomodó a su lado, momentos tan comunes que al lado del menor eran maravillosos e inolvidables.

Hoseok estaba exhausto, los dientes de Yoongi estaban en su cuello, abriendo esa marca nuevamente, reafirmando más ese lazo que ya tenían, el orgasmo de ambos en el punto más alto, sus cuerpos bañados en sudor, el nudo formándose poco a poco.

Mientras Hoseok soltaba un gemido agudo, los brazos de Yoongi lo sostenían, para no caer por completo.

Se sentía en las estrellas, pasando sus uñas por la espalda de Yoongi, podía haberlo hecho muchas veces antes, pero sentía que nunca se acostumbraria al nudo de su ahora esposo.

Yoongi lo seguía sosteniendo, pasando su lengua por la marca fresca, retirando las pocas gotas de sangre que habían salido, sin dejar de acariciar el cuerpo del menor, tratando de hacer menos doloroso el momento.

Al fin el nudo había terminado, Hoseok estaba recostado, siendo rodeado por los brazos de Yoongi, quien dejaba pequeños besos en todo su rostro.

— Yoon — murmuró en un tono bajo.

— ¿Qué pasa bebé? — preguntó sin dejar de dar besos.

— Hay una sorpresa para ti en el cajón ¿puedes verla? — preguntó sonriendo sin abrir los ojos al sentir los besos en su rostro.

Yoongi asintió y se alejo, teniendo cuidado, pues Hoseok siempre terminaba muy sensible después de hacerlo, pero siempre pedía descansar un poco entre cada ronda.

El pálido abrió el cajón, encontrando una caja con un listón de color amarillo, lo sacó confundido.

— ¿Qué es? — preguntó sin moverlo de forma brusca, pues no sabía que podía contener.

— Si lo abres lo sabrás — respondió con una sonrisa.

El alfa asintió, abriendo con cuidado la caja.

Casi grito al ver un par de zapatos pequeños, junto con una nota y una prueba de sangre.

— Espero que papi me quiera mucho como yo lo voy a querer a él — murmuró leyendo la nota —. ¿Es? — preguntó volteando a ver al omega, bajando su mirada al abdomen.

Ahora entendía ese cambio de aroma en el menor, además de que las últimas semanas el menor prefería dormir cuando siempre había sido tan activo.

Además de que Kook se había vuelto muy posesivo con el pálido de una forma extraña.

— Hay un combinación de nosotros aquí — murmuró Hoseok llevando sus manos a su vientre en la zona baja.

Aún no se notaba mucho, sólo parecía estar un poco inflamado.

— ¿Estas seguro? — preguntó el pálido conteniendo un poco su emoción.

— ¿Una prueba de sangre no es suficiente? — preguntó de forma burlona el menor.

El alfa casi lloraba, mientras se acercaba a besarlo despacio, para después separarse y besar el abdomen del menor.

— Te amo, gracias — murmuró mientras volvía a besar al menor.

— Te amo más — respondió Hoseok sonriendo.

— Espera ¿y si lo lastime? No debimos hacerlo ¿Tienes antojo de algo? ¿Estás cansado? ¿De verdad estás bien? ¿Vamos al doctor que revise que este bien? — habló mientras lo veía con atención.

— Yoonie, es más pequeño que un frijol, todo estará bien — murmuró sin dejar de ver al alfa.

— ¿Seguro? — preguntó llevando su mano hasta el abdomen del menor.

— Muy seguro, ahora tengamos la segunda ronda — se acomodo subiendo al regazo del mayor.

— Pero no quiero hacerle daño — murmuró el mayor.

— Cuando este bebé salga por un orificio del espacio perfecto para tener tu nudo y este deseando no tener nunca más sexo contigo, vas a desear haber aprovechado este tiempo y hacerme el amor — habló sonriendo.

— Te amo, los amo — murmuró besándolo, acomodándose para que esta vez Hoseok estuviera arriba.

Estaba feliz, estaba casado con Hoseok y ahora con la noticia de formar una familia más grande con el menor.

Nada podía ser más perfecto que todo eso que estaba viviendo al lado de la persona que más amaba.

Si encajas en mi lista - YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora