Dos chicas universitarias se enteran de la gran repentina desaparicion de su mejor amiga y hermano. Ambas chicas deciden investigar sobre el tema, buscando pistas, hasta resolver el caso, pero durante la investigación, encontrarán cosas que no deber...
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La japonesa estaba furiosa, ¿Cómo su padre tuvo el honor de pegarle?.
Su labio dolia como la mierda y esto le estaba hartando, no por el simple hecho de que su padre la había golpeado, si no que había hablado mal de su propio hijo. Era obvio que a la japonesa le importaba un carajo que a ella le toco la peor parte, pero nunca en su vida le iba a perdonar a un señor que hablo mal de su propio hermano, del hijo de ese señor.
¿Acaso parecía una loca que rondaba por las calles en busca de un chico menor que ella? ¿Estaba mal preocuparse por su hermano de esa manera?, simplemente no lo entendia. Momo siempre fue de las personas que se enfocan en ellos mismos, sin importar lo que pasara a su alrededor, a excepción de su hermano, pero por primera vez en su vida las palabras de ese señor le golpearon fuerte y lo único que quería hacer era hundir su cara en una almohada y asfixiarse hasta perder la conciencia completamente.
Sin darse cuenta, pequeñas gotas de lagrimas empezaban a salir por esos ojos tristes. No era de llorar, pero la opresión que estaba en su pecho no se iba. Apreto el acelerador de su coche, el viento se combinaba con esas lagrimas, hasta el punto de sollozar. Lo único que quería era a su hermano de vuelta, y no pararía nunca hasta saber algo de el. No le importaba si tenia que pisar cada parte del mundo, pero lo haría porque lo amaba.
Llego a su estudio de fotografía, era el único lugar en donde podía hacer lo que quiera, podía darle claridad a su vida como a una fotografía. Estaba tan mal que apenas llego y tiro todo lo que se encontraba en su vista, quería gritar hasta que su garganta doliera, quería llorar esas lagrimas que mantuvo desde que encontró a su hermano escondido en su closet, quería sacar ese nudo que tenia atorado en su garganta.
Todo su estudio estaba destrozado, cámaras tiradas, fotografías rotas que ella misma ocasiono, su hermoso cabello rubio estaba despeinado y mojado, sus ojos hinchados, su nariz roja y su respiración agitada. Queria despertar de esa horrible pesadilla, quería volver a cantar canciones de rock con su hermano o bailar hasta que sus piernas duelan. Simplemente quería desaparecer.
La puerta se abrió de golpe, encontrando a cierta chica peliceleste agitada y mirándola tristemente. Truenos era lo único que se escuchaba de fondo y la dulce melodia de la lluvia cayendo como cometas.
- ¡Oh por dios!, ¿Pero que paso aca? mas bien ¿Qué te paso? - La coreana se acerco rápidamente hacia la japonesa, agarrando su rostro y observándolo desesperadamente - ¿¡Que coño le paso a tu labio!?.
Momo la miró sin articular alguna palabra, dahyun suspiro y la volvió a mirar.
- Perdón, no debí hablarte así... Solo te venía buscando desde hace horas y me preocupe por no encontrar rastro tuyo, así que recordé que tenías un estudio y no dude en venir y ahora te encuentro aca tirada con tus cosas regadas por todo el lugar y tú labio roto – Suspiro nuevamente – te llevaré a mi casa, pase por la tuya antes de venir y no encontré a tu madre, así que no pienso dejarte sola haya.
Momo se iba a negar pero se detuvo al ver la mirada de Dahyun, sin más que hacer suspiro y se levantó, sintiendo ardor en su labio.
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- Ten, mi madre preparo chocolate caliente – Dahyun le ofreció un poco de chocolate caliente, ya que hacía mucho frío. Se encontraban en su habitación, que está estaba decorada con unas paredes de color rosa, una cama individual y pequeños adornos rosas.
Momo la miró por unos segundos y sonrió.
- ¿Por qué haces esto? – Dahyun la miró confundidamente - ¿Por qué me ayudas si nunca lo habías hecho?.
- Quiero ayudarte a encontrar a tu hermano y yo a mi amiga, si nos juntamos podremos resolverlo juntas – Dahyun sonrió alegremente y Momo asintió.
Un cómodo silencio se apoderó del lugar, Momo tomando el exquisito chocolate pero sintiendo cada vez ardor en su labio, dahyun noto esto y se dirigió al baño, sacando de este un estuche.
- ¿Q-Que haces? – Momo se asustó al sentir el tacto de la menor en sus labios.
- Trato de curarte.
Exparsia un poco de pomada en su labio para que no se infectara, trazando pequeños círculos a la herida.
Momo raramente sintio un pequeño cosquilleo en su estómago, bajando lentamente su mirada a los carnosos labios que tenía frente suyo, tragando secamente.
Sin saber que cierta persona las observaba por la ventana con cierta molestia y celos.
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