Love songs

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Tus pesadillas son canciones de amor

Karina

Todo estaba siendo una mierda.

Cuando su padre y aquella mujer que había invadido su casa habían dicho que se iban a pasar la noche a Nueva York Karina había estado feliz, a pesar de que aquella niñata que ahora vivía en el cuarto de invitados no se iría con ellos. Eso era lo de menos, podía subir a su cuarto y Karina tendría toda la casa para ella sola y los chicos.

Pero no, habían tenido que llegar Ningning y Giselle a invitarla a quedarse. Gruñó y se hundió más en el sofá, acabándose su copa de un trago. Y para colmo, sus estúpidos amigos estaban poniendo en ella toda su atención, sin parar de hacerle preguntas e intentar hacerla reír. Y el puto Jay... siempre igual. Minjeong estaba sentada en uno de los sofás junto a Chaewon, y por supuesto Jay, que siempre estaba buscando algún sitio donde meterla, se sentó a su lado, a contarle cosas que de seguro no le importaban.

Karina bufó. Tal vez, y sólo tal vez, entendía por qué lo estaba haciendo. Sin tener en cuenta que sólo tenía diecisiete años, alguien podía llegar a pensar que era guapa, algo de lo que Karina no se había dado cuenta la noche anterior. Guapa, y simpática, y con un rubor constante que la hacía adorable. Adorablemente molesta. Karina observó cómo Jay sacaba tabaco de liar del bolsillo de su pantalón, sólo que estaba segura de que no era solo eso.

-Si vas a fumarte eso abres la ventana - advirtió Karina. Podía soportar que su padre notara cierto olor a tabaco, pero el olor a porro era una cosa distinta.

Jay levantó las manos en señal de derrota y se levantó para abrir el ventanal que daba al jardín trasero. Karina notó cómo al volver a sentarse lo hacía más cerca de Minjeong. Ningning la miró, tal vez preguntándose por qué no paraba de gruñir. Taeyong rellenó los vasos que se iban vaciando.

-¿Estás segura de que no quieres una copa, Minjeong? - ofreció con una sonrisa -. Hay de todo.

-No, gracias. No bebo.

-¿Y uno de estos? - sonrió Jay echando una humareda por la boca.

-Tiene diecisiete, capullo - saltó Karina, tal vez con más connotaciones. Es menor, Jongseong, aléjate, joder.

-Como si tú no fumaras con diecisiete - rió Yeji, sin entender lo que estaba pasando.

-No, Yeji - negó Karina, no muy convencida -. Mira, haced lo que queráis, me la suda.

Jay, con Karina fuera de combate, le tendió a Minjeong el cigarro mal liado. Ella lo miró e hizo una mueca antes de negar con la cabeza. Jay se encogió de hombros, algo decepcionado. Entonces Giselle, tirando de la mano de Ningning hacia la cocina, le hizo un gesto a Karina para que las acompañara. Ningning cerró la puerta para que no los oyeran.

-¿Vale es cosa nuestra o Jay quiere tirarse a tu hermana?

-No es mi hermana - bufó Karina -. Pero eso parece.

-Es lo que pasa cuando las mujeres no te hacen caso, vas a por las niñas - bromeó Giselle haciendo reír a Ningning. A Karina no le hizo gracia -. ¿Y tú cómo lo llevas? Ya sabes, de tener a una niña pequeña a una chavala que va a terminar el instituto. Y que además es muy guapa.

Ningning asintió fervientemente. Muchas parejas estarían celosas después de eso, pero Karina estaba segura de que Ningning y Giselle veían desfiles de moda juntas sólo para ver a las modelos.

-¿Cómo quieres que lo lleve?

-No sé, Karina, no eres de hierro. Tú menos que nadie.

-¿Me estás preguntando si me quiero meter en la cama de una menor de edad que además es la hija de la novia de mi padre?

Trouble - Winrina G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora