A voice that says 'I'll be here, and you'll be alright
Minjeong
El envoltorio de aquel último pastel caía al suelo en una suave espiral a reunirse con los demás. Las botellas de agua medio vacías en la mesilla de noche, el portátil reproduciendo la tercera película del día a los pies de la cama, la luz apagada y las mantas enredadas sobre la chica que se comía la última chocolatina que quedaba en la casa.
Kim Minjeong era, en aquel momento, junto a todo el mobiliario de su habitación, una perfecta escultura de depresión. Desde el día anterior, un viernes, no había salido de su cuarto para más nada que para comer, aprovechando el hecho de que tenía su propio baño. Había recolectado todos los dulces de la casa y puesto Netflix en reproducción automática, abriendo solo la boca para decir que no cuando su madre o Minho llamaban suavemente a la puerta para preguntarle si le pasaba algo.
Los dos adultos estaban extremadamente preocupados desde que Karina los llamó diciendo que ambas habían visto a Kim Ki-bum en la acera de en frente de su casa, tanto que Minho había cambiado su tarifa de seguridad por la más cara que había, con aviso inmediato a la policía si alguien intentaba si quiera entrar en la casa sin llaves.
Taeyeon la había recogido de la casa de Karina en medio de un ataque de pánico, aquel día en el que la chica se quedó allí a dormir. Karina había tenido que pedirle que se sentara y prepararle una tila. Las dos jóvenes habían mirado a su respectivos padres, abrazados el uno al otro y consolándose mutuamente. No. No podían poner aquello en peligro.
El resto de la semana, Minjeong lo había pasado asustada. En medio de clases se le paraba el corazón pensando que había visto el reflejos de unos ojos oscuros en las ventanas, iba al baño en hora punta aunque tuviera que hacer cola porque el ruido la tranquilizaba. Si iba en silencio, sentía que en cualquier momento iba a sentir el eco de unos pasos predadores. Yeonjun había estado preocupado por ella, por su expresión ausente durante los almuerzos. Y no había visto a Karina desde la noche en la que volvieron a besarse.
Y no había sido culpa de la otra. Minjeong había escuchado desde su habitación la voz de Karina llegar desde la planta de abajo hablando con su padre, había escuchado el motor de su coche delante de la casa, había escuchado sus pasos por el pasillo, detenerse frente a su puerta y seguir adelante. Minjeong no había tenido fuerzas para verla, para mirarla a la cara, y no había salido a su encuentro.
Pero eso, por supuesto, iba a cambiar.
Un fogonazo de luz se dio de frente con su cara cuando la puerta se abrió de golpe. Minjeong parpadeó varias veces para que sus ojos se desacostumbrasen a la penumbra en la que habían estado inmersos y vio una figura de pie en el marco de la puerta, con los brazos cruzados y las piernas ligeramente abiertas. Se encontró con la mirada severa de Karina, una mirada que no veía desde los primeros días después de conocerla.
Minjeong no pudo evitar mirar de arriba a abajo a su hermanastra allí presente, que lejos de sus pantalones rasgados y sudaderas anchas habituales, parecía a punto de salir de fiesta. Empezando por sus pies, cubiertos por unas botas de suela ancha, subiendo por sus piernas hasta una estrecha falda negra hasta la cintura, donde un trozo de estómago - un trozo de abdominales - era visible hasta que comenzaba una blusa de tirantes.
Karina giró la cabeza ante aquel escrutinio, haciendo brillar los largos pendientes en sus orejas. Observó la imagen deplorable que daba Minjeong, con la que era seguramente la ropa de ayer.
-Apaga eso - dijo en voz autoritaria cabeceando hacia el ordenador.
-Estoy haciendo un trabajo de clase - se quejó Minjeong, lo que no era del todo una mentira. Veía por décima vez aquella serie musical, y de vez en cuando abría ese documento de texto y tecleaba sin muchas ganas algunas palabras para su redacción de Literatura. Pero ya llevaba cinco capítulos, y sólo cien palabras, así que los porcentajes eran aplastantes.
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Trouble - Winrina G!P
FanficCuando su padre le dijo que su nueva novia, la que se mudaría a su casa, tenía una hija más pequeña que ella, Karina jamás se imaginó que se tratara de una joven de diecisiete años. Y mucho menos, que fuera insoportable a la vez que la persona más a...