Trouble - Winrina G!P

Worse Things

I don't steal and I don't lie, but I can feel and I can cry, a fact out that you never knew.

But to cry in front of you, that's the worse thing I could do.

Minjeong /trigger warning: violencia, bullying/

3 años y medio antes

Que Minjeong llegara llorando a casa no era una cosa inusual. Llegaba llorando, media hora después de lo que debería, porque no había cogido el autobús. ¿Para qué? Prefería ir a pie y que nadie la molestara, aunque no siempre era así. A veces la seguían, le gritaban cosas, incluso le ponían la zancadilla para que cayera al suelo. Había aprendido a evitar las calles transitadas de aquel barrio a las afueras en el que vivía, evitar los sitios donde había gente, donde sus compañeros solían salir.

Sus padres no sabían nada, por supuesto. ¿Qué iba a decirles? Normalmente no estaban en casa cuando llegaba. Su madre estaba trabajando en el hospital y su padre dando tumbos por los bares que aún no le habían prohibido la entrada, así que Minjeong tenía tiempo para lavarse la cara y borrar cualquier rastro de que allí había habido lágrimas.

Pero aquel día Kim Ki-bum estaba en casa. Minjeong ni siquiera se dio cuenta de que su coche estaba en la entrada cuando subió las escaleras del bloque de pisos. Su padre debió escuchar las llaves abrir la puerta porque la estaba esperando en el salón, sentado en su viejo sillón.

Minjeong se quedó paralizada cuando lo vio, sin esperárselo allí. No se sorprendió cuando vio una botella de alcohol vacía en su mano. Ki-bum era un borracho, un alcohólico que se gastaba en cerveza el dinero que ganaba su mujer haciendo horas extra para pagar las facturas. Había ido a peor con los años, hasta el punto en el que a Minjeong le daba miedo estar a solas con él en la misma habitación. Había en algo en sus ojos, ojos de loco.

-Hola, Minmin - la saludó él -. ¿Por qué lloras?

Minjeong se pasó las manos rápidamente por las mejillas y sorbió por la nariz.

-No estoy llorando - negó, y se encaminó a su habitación -. Voy a hacer deberes.

-Bah, pueden esperar, ven a hablar con tu padre un rato.

-Tengo examen mañana y...

-He dicho que vengas, Minjeong.

Minjeong dio dos pasos adelante, Ki-bum acariciaba el cuello de la botella con los dedos. Estaba borracho. Siempre tenía esa sonrisa diabólica cuando estaba borracho o drogado.

-Sabes Minmin, el otro día estaba en el bar, y oí una cosa muy interesante. Ya sabes, el partido había acabado, y uno escucha las conversaciones de las mesas de al lado aunque no esté atento. - Hizo un gesto con las cejas -. Aunque, sería imposible no haberla oído. Eran chicos, tendrían tu edad. Sabes que te he dicho que tengas cuidado con los chicos, ¿no, Minmin?

-Sí, papá.

-Bueno, pues estos resulta que estaban hablando de ti. Me señalaban cuando creían que no me daba cuenta. ¿Y sabes que decían? - Minjeong negó con la cabeza. Casi sentía las lágrimas en la garganta -. Decían que Kim Minjeong, que mi hija, es una desviada de mierda.

Ese fue el momento en el que a Minjeong se le paralizó el mundo. Pero también la acompañó una sensación vertiginosa de caerse por un precipicio después de haber estado agarrándose a un saliente durante una eternidad.

-Eso es mentira - dijo Minjeong tratando de que su voz no temblara.

Aquella era una frase que había repetido tantas veces que al final esperaba poder creérsela. Todo sería más fácil. Pero no. A Minjeong le gustaban las chicas, y esa era una verdad que la había acompañado toda su vida, siempre había sido así y siempre lo sería. Muy a su pesar. Qué fácil sería enamorarse de un chico, presentarse a sus padres, ir juntos al baile de graduación...