Pesadilla© (Borrador)

Cap 13

Continuación del Flasback

Pedro POV

Subí corriendo a mi cuarto, busqué una libreta y una lápiz y comenze a dibujar, era uno de mis pasatiempos favoritos, además de componer canciones, que por cierto, nunca llego a cantar, por mi timidez. Unos suaves golpes en la puerta no me hacen perder concentración en lo que hago

- Pedro, hijo, tengo excelentes noticias!- escuché decir muy excitada, a mi mamá, (una mujer que para sus cuarenta años sigue siendo igual de hermosa que a sus dieciocho y que es muy dedicada a su familia) abriendo y entrando por la puerta de mi cuarto mientras, yo, sigo dibujando

- No lo vas a creer!, a tu papá lo acaban de ascender de puesto, en su trabajo, nos vamos a Londres, no es increíble?, Nos vamos a LONDRES!!!!- gritó emocionada- Alista tus cosas, por que el vuelo sale en seis horas, así que no hay tiempo que perder

-De qué éstas hablando mamá?, no nos podemos ir- dije- no ahora que la encontré, pensé

- Que dices Pedro?, llevas pidiendome hace varias semanas que te saque de esa escuela, ahora te quieras quedar?- dijo algo frustrada, tenía razón, ya no soportaba más los abusos y me quería ir, pero ahora es diferente- A tu papá le costó mucho trabajo conseguir ese puesto y nosotros no somos quienes para retrasarlo, así que, ya sabes, a empacar rapidito, hay que estar dos horas antes en el aeropuerto, sólo llevate lo más importante, también tenemos dinero para hacer nuevas compras allá-  y así sin más me dejó solo en el cuarto sin tan siquiera escuchar mis razones

Joderrr!, que voy a hacer?, no la puedo abandonar, aunque, que otra cosa puedo hacer? Sólo tengo doce años, no tengo amigos que me acojan en su casa y no creo poder conseguir trabajo a esta edad, solo me queda esperar, al momento en que la vuelva a ver, hale de mi cabello en modo de frustración, me levante y comenze a hacer la maleta

Que vida de mierda!

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Cinco años después...

Después de tanto tiempo, al fin, volvía a mi país, amo el clima tropical de mi isla, ahh! como lo extrañaba. Entré a la que un día fue mi habitación, con la caja, más importantes de todas, en mis manos.

Gracias a Dios no vendieron la casa y pudimos volver a instalarnos en ella, a mi padre lo volvieron a ascender, pero ésta vez, le dijeron que sería permanente, así que nos trasladamos nuevamente a nuestro país y antigua casa

Coloqué la caja sobre la cama y la abrí con mucho cuidado de no dañar su contenido, mi madre casi me deja en Londres, por no querrer despegarme de ella. Saqué la primera hoja de papel, y con cinta adhesiva la pegué y así fui sacando y pegando, todas, sucesivamente, una a una, de las hojas del montón que yacían en la caja, en la pared frente a la cama de mi cuarto.

Una vez finalice, me aleje para admirar mi creación. En cada hoja había un fragmento de retrato, echo por mí, que uniendo cada una se formaba una, sola, gran fotografía. Mi obra de arte. Mi estrella, mi algodón de azúcar, estuvo siempre aquí, conmigo. Di un profundo supiro, Por fin estamos en casa!

Seguí, por toda la habitación, haciendo lo mismo, era como si hubiera tapizado el cuarto entero de ella, solo ella. Hice todo tipo de retrato, pero el más que me gustó fue uno de nosotros haciendo el amor por primera vez, un recuerdo imborrable, aunque no a ocurrido, cuando lo haga, sé que será igual de bueno que en mis pensamientos

Desde que viajamos a Londres, no dejé que mi madre volviera a entrar a mi cuarto, ni a recogerlo, yo sólo me encargaba de la limpieza y con mi primer trabajo, compre una nueva cerradura para la puerta, así que nunca a visto mi mayor obra de arte. Ese era mi pequeño santuario y nadie tenía derecho a entrar.