Cap 14

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Qué carajos pasa aquí?- pegué un gritó, del susto que me dio Alfredo saliendo por la puerta seguido de los demás chicos, Pedro se alejó rápidamente de mí como si quemara

-Jajaja, nada, no pasa nada hermano, sólo estuve apunto de robarte a mi amada- Pedro comenzó a hablar más enredado, como si la lengua le pesara, se veía... mmm drogado? Pero en que momento? Cuando entré al cuarto, hace unos minutos, se veía bien y mientras bajamos las escaleras también, esto era una jodida pelicula?

-De qué estas hablando Pedro?- gritó Alfredo con odio en la voz, agarrandolo por el cuello mientras lo hacía retroceder, estampandolo contra uno de los carros estacionados en la entrada

-Alfredo sueltalo!, lo vas a matar!, no puede respirar!- gritaba mientras corría hacia ellos, por alguna razón Pedro no se defendía

Cuando estuve al lado de ambos traté de quitar la mano de Alfredo del cuello de Pedro, comenze a halar con toda la fuerza que tenía, casi enterré mis uñas en sus brazos, una y otra vez, parecía una loca, sacudiendome de alfrente hacía atrás, pero mi marido no lo soltaba. Unas manos me agarraron desde la espalda, a mi cintura y cruzando sus brazos en la parte baja de mi estómago y me dieron un jalón con tanta fuerza, que sentí como el aire abandonó mis pulmones, cuando me soltaron, caí al suelo de rodillas, lastimando éstas, al punto de que brotaran sangre de ellas

Me levanté nuevamente, con todo y dolor y falta de oxigeno, para correr nuevamente a Pedro, me detuve justo detrás de Alfredo, cuando quedé helada, Alfredo sacó una pistola de atrás de su cintura y apuntó a la cabeza de un Pedro pálido casi sin aire

-Alfredo! Qué demonios haces?! Sueltalo!- grité presa del pánico por presenciar un asesinato, Dios mío cómo llegue a estar aquí? Y desde cuando Alfredo carga con armas?

-Cállate perra!!!- soltó a Pedro al fín del cuello, sólo para girarse y golpearme con el dorso de su mano en un ojo, Mierda como dolía!, caí de culo a las escaleras y Fernando se acercó ofreciendo su mano para ayudarme a levantar, pero no dijo nada, no sé veía sorprendido. Un escalofrío recorrió mi columna, acaso ya habían visto a mi esposo en éste estado y porqué yo no, qué demonios le pasaba?

Levanté la vista a tiempo, para ver como Alfredo le decia:

-Esto te pasa por querer traicionarnos y tratar de arruinar nuestros planes, acaso creistes que no me daría cuenta, imbécil?!- seguido golpeó su cabeza con el mango de la pistola en su sien y Pedro calló, al segundo Alfredo lo pateo en las costillas una y otra vez... Dios lo iba a matar... Por qué los estaba traicionando?, qué planes habría arruinado si me hubiera marchado con él a tiempo? Acaso me estaba vigilando? Pero cómo, cuándo?

-Ya bas... ahhh! -una vez más, traté de intervenir, pero esta vez me vi interrumpida por el fuerte dolor que se instaló en la parte baja de mi vientre, automáticamente mis manos viajaron allí y otra punzada más fuerte llegó, me doble haciendo que mi pecho tocara mis rodillas y todo se comenzo a ver borroso

-Aahh!! Alfredo ayúdame!- lágrimas de dolor y desespero llegaron rápidamente a mí, pero Alfredo nunca se acerco, sentí algo húmedo entre mis piernas y cuando baje la mirada, sangre bajaba por ellas... Qué me está pasando?

Ante mi grito de terror, todos giraron a mí, olvidándose, Gracias al cielo, de Pedro. Otra punzada más, y otra, una tercera y yo ya me encontraba en el suelo temblando de frío, es como si la temperatura hubiera bajado diez grados bajo cero de un momento a otro, y el dolor no se iba!

-Dios mío, llama a una ambulancia!- escuché gritar a Fernando, Luis Mario se arrodilló junto a mí, en segundos, verificando mi pulso

-Shhh tranquila, todo va a estar bien hermosa- Luis Mario trató de poner una mano en mi vientre pero el dolor se intensificó, me preguntó si podía ver algo que movía de una lado a otro frente a mí y como respuesta solo recibió un grito agudo, desde lo más profundo de mi garganta, Dios iba a morir, me sentía que me rompía en mil pedazos de adentro hacia afuera. Él comenzó a quitar el pelo, que se adhiere a mi frente por el sudor repentino, acariciando a la vez mi mejilla para tranquilizarme

-Dime que no lo hicistes!!!- rugio como león enjaulado, un Pedro furioso, levantándose con algo de dificultad del suelo o algo así fue lo que pude distinguir, aparte de él, yo era la única en el suelo- Dime que no te atrevistes a tocarla?!, la dejastes embarazada?! La volvistes a lastimarrr!!!!- y lo próximo que vi fue a Pedro lanzarse hacía Alfredo, como hacen en una jugada de fútbol para derivar al enemigo, el arma cayó al suelo y ellos comenzaron a pelear

Levanté mis manos y éstas están bañadas en sangre, miré a Luis Mario algo desesperada y con mucho, muchisimo miedo. Estaba embarazada? Lo había perdido?, comenze a llorar más fuerte, aún a lo lejos escuchaba a Fernando hablando por teléfono y se veia su sombra caminar de un lado a otro.

-Escuchame bien hermosa, debes mantenerte despierta, esta bien? Catalina mirame, me escuchas?- con una mano acunando mi barbilla, lo sentía dar golpes suaves, con la otra mano, a mi cara pero yo estaba como en una nube flotando, no podía asentir a lo que me pedía, sólo lo seguí escuchando- No te duermas, por favor nena, no me dejes!- lo decía en un tono desesperado, era como si no supiera que hacer... acaso no era doctor? Dios que enredo

Luis Mario me comenzó a abrazar y a besar la cabeza fuertemente.

No sé cuánto tiempo pasó, pero cada segundo que pasaba me sentía más débil, un dolor en el pecho se juntaba con el de mi vientre haciéndolo imposible de aguantar, al pensar en lo poco que le importe a mi marido. Dios estaba perdiendo a mi bebe, nuestro bebe y ni eso le importó.

A lo lejos ya se escuchaban los sonidos de una ambulancia, mezclados con los golpes de Alfredo y Pedro que no paraban de pelear ni gritarse cosas que, realmente, no entendía ni me interesaba entender en éste preciso momento.

Luis Mario me tomó en brazos, no tuve fuerzas ni para quejarme del dolor que sentía, y comenzó a caminar por el inmenso y largo camino de gravilla hacía los portones de salida. Se escuchó a Fernando gritar que abrieran los portones, imagino que a los empleados, que no debieron perderse el horrible espectáculo, mientras, Luis Mario casi corría conmigo en brazos, el sonido de sirenas se hacía más y más fuerte cada vez, el sonido del portón abriendose me hizo saber que estábamos a punto de salir, pero antes de que todo se volviera negro...

Un sonido escapó al aire...

PUM!

Y un sólo disparo se oyó.

Pesadilla© (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora