Pesadilla© (Borrador)

Cap 18

Me encuentro sentada, en el mueble más grande de la sala, mirando a la nada, quieta perdida en lo que acabo de recordar, sintiendo como fragmentos de éste se pierden a la nada, saliendo de mi mente. Con el rabo del ojo puedo ver a Fernando recostado en la esquina de la pared, junto a la salida, mordiendose las uñas de las manos, esperando a que yo tenga algún tipo de reacción. Veo a Genesis entrar con un vaso lleno de agua, se sienta a mi lado y me lo entrega, junto a un calmante

-Tómate esto Catalina, te hará sentir mejor- veo la sinceridad en sus ojos y no dudo en tomarme la pastilla, necesito pensar con calma, relajarme y digerir toda la información obtenida en la últimas horas.

Me recuesto en el mueble, ella busca una manta que siempre tengo cerca, cada vez que decido leer algún libro o ver alguna pelicula aquí en la sala, la tengo disponible por el frío que a veces ataca en las tardes de lluvia, por la casa estar ubicada en el campo, después que me cubre, se va. Veo a Fernando arrodillarse a mi lado y tomar mi mano, con nervios reflejados en sus ojos. Acaso él sabe la verdad de quién soy? Debería saberlo, Si se hace llamar mi amigo, no? Pero por qué no me lo dice? Por qué miente?

Pero lo que realmente me estoy preguntando es... debo mencionar el echo de que yo soy Elena y preguntar el por qué me han estado engañando todos todo éste tiempo, haciendome creer que soy otra persona? O callar y ver en qué más me han estado mintiendo y descubrir la verdad en todo éste desastre que tengo por vida? Total no tengo a dónde más ir, pero será seguro quedarme aquí? Recordé quienes son mis padres y lo que pasó en aquél recuerdo, pero nada más, no recuerdo sus nombres, si tengo otros familiares, nada, no recuerdo nada más.

Elena, en el recuerdo, ve a dos personas en las sombras y yo fuerzo mi mente para recordar quienes son pero eso es lo único que veo, sombras que se desvanecen entre el humo de las llamas que consumen la casa al final de la calle...

Dios! Esto es tan frustrante... Realmente soy Elena? O es solo una jugada de mi mente desesperada por saber quien soy? Necesito saber, algo lo que sea!

Pero, por qué Alfredo me mentiría?, o en todo caso, ellos cuatro, porque al parecer todos tienen la misma versión. Serían capaz, todos ellos, de tenerme engañada? No no no, éso sería algo muy retorcido, algo muy cruel para hacerle a alguien. Un leve pensamiento cruza por mi mente, estaré secuestrada? Sacudo mi cabeza negando y río, eso sería imposible, Alfredo demostró que me amaba todo éste tiempo, tenía la libertad de hacer lo que quisiera siempre, pero realmente la tenía? Bueno éstas últimas semanas NO, y a los demás los vine a conocer hace unos días... Ay Dios, que hago?

- Yo soy Elena, Fernando? -pregunto con un hilo de voz sentandome nuevamente y lo que veo no me gusta... sus pupilas se dilantan, se levanta y se vuelve a la esquina de la sala, como si quisiera esconderse del mundo, se pone en cuclillas, pone la cabeza entre las rodillas, alza sus manos y las coloca en su nuca y comienza a negar en silencio.

-No no no!, ese nombre no existe, tú no eres Elena, qué estupideces dices? Tú eres Catalina - hizo una pausa que me pareció eterna, se levantó de golpe, mirandome fijo a los ojos y con una firmeza en la voz que erizo toda mi piel dijo:
- Tú eres Catalina, Elena desapareció hace mucho, mucho tiempo y no va a volver, Alfredo lo prometió, ENTIENDES??!!- gritó desesperado y salió de la sala

Escucho como sale por la puerta de entrada y ésta retumba fuerte al cerrarse nuevamente, haciendo que de un brinco en el mismo mueble, tiro mi cabeza atrás y cierro mis ojos, necesito información, necesito a Alfredo, que él me aclare esto que está pasando

Decidida, me levanto y salgo en busca de Fernando, pero cuando estoy afuera de la casa no lo veo por ninguna parte, me alejo un poco más pero nada que ver, así que vuelvo a la casa y directo al despacho a buscar el número de teléfono de Alfredo nuevamente. Una vez lo consigo vuelvo a la sala, agarro el inalámbrico y vuelvo a marcar, pero ésta vez me envia directo al buzón, cuelgo y me fijo en la pantalla de éste en la fecha, ha pasado una semana, desde el día del disparo y la pérdida de mi bebe- paso mi mano por mi vientre instintivamente y sé cuánto esto me afecta por que inmediatamente estoy llorando, pero éste dolor debo aplastarlo, tengo que concentrarme en mi objetivo y es saber la verdad de quien soy- así que, si mal no recuerdo, Alfredo dijo que llegaría un día antes de la fiesta y si es así tengo todavía tres semanas para recolectar toda la información posible, antes de enfrentarme a mi esposo.