-¿Aun no lo entiendes Potter? Tu eres mi perra aquí.
Grace transmigra al mundo de Harry Potter, ella tuvo muchas complicaciones en su vida anterior y ahora solo quiere disfrutar de este extraño sueño tan placentero.
Y lo mejor? Se cogería a su Sugar...
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Miedo, Terror y por último irá pura.
Estaba tan furioso que siseaba cada palabra con su lengua bifurcada maldiciendo en ambos dialectos.
Se descuido y podía admitir su culpa junto con su castigo auto impuesto.
Rebuscó en todas sus pertenencias pero no estaba!
Su Grace su amada Grace, la futura madre de sus crías no nacidas la perdió! Literalmente.
Ahora debía estar en manos de algún idiota que pensó que era buena idea robarle algo suyo y creyera que no se daría cuenta por la réplica pobre del bolso suyo.
Sentía que moriría de los nervios, su amada era un Succubo y no dudaba de su encanto natural, el Sangriento que la tenía en sus manos se aprovecharía de su discapacidad!
Le falló, era un mal compañero uno muy malo al permitir que la robaran de su lado su Grace...debía tener tanto miedo.
—ES TU CULPA! —Grito colérico siendo sujetado con dificultad por el Lupin que a duras penas podía detener el desastre que se formó en la habitación.
—MIA!? Cómo Merlin es mi culpa! Tu fuiste el que quería comprar esos petardos!!
—SE SUPONIA MALDITO INUTIL QUE NUNCA DEJARIAS DESPROTEGIDO EL SANGRIENTO BOLSO!!! —Potter sin Advertencia alguna desgarro su mitad inferior mostrando una mortal extremidad serpentina con la que cegado por su irá mando a volar muy lejos al Lupin.
Remus atravesó con toda la gracia que no tenía sobre la cama destrozado está en el proceso.
En un intento de protegerse de la irá del Potter, Sirius se transformó en Canuto dándole más agilidad.
Golpes hiban y venían con muchos gruñidos de ambas bestias enojadas, Remus se sobó la cabeza adolorido agradeciendo a su maldición por hacerlo tan resistente si hubiera sido un humano seguramente ese golpe lo habria enviado a las puertas del cielo mucho antes de lo esperado.
Como si no hubiera pasado nada se levantó esquivando con dificultad los objetos que lanzaban a diestra y siniestra.
Un perro una serpiente y un lobo entran en un bar...
Remus rio en bajo por su propia broma tonta antes de sacar un silbato debajo de los escombros de la cama.
Y tan pronto como lo soplo ambas criaturas pararon en un santiamén para taparse los oídos adoloridos por el sonido desgarrador para sus sentidos auditivos.
—Si ya an terminado de hablar, chicos—Dijo Remus con sarcasmo sacando el mapa del merodeador de sus tunicas— Creo que notarán el mapa que puede identificar la hubicación de todos repito todos en el castillo en mis manos.
James abrió los ojos atónito, arrebatando el pergamino en manos de su amigo lo abrió buscando desesperadamente el nombre de su amada.
Sirius tambaleó asta el lado de su amigo más cuerdo viendolo rencoroso.
