-¿Aun no lo entiendes Potter? Tu eres mi perra aquí.
Grace transmigra al mundo de Harry Potter, ella tuvo muchas complicaciones en su vida anterior y ahora solo quiere disfrutar de este extraño sueño tan placentero.
Y lo mejor? Se cogería a su Sugar...
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—Se lo que ví mi amor era ella la compañera de nuestro hijo!
—¿Estas seguro Flemaont?
Pregunto la bella mujer bajando su tasa de te sorprendida por las palabras de su esposo.
Chillaria de alegría si pudiera pero su educación altamente arraigada le decía con severidad que aquello no era algo que hiciera una Lady ¿bueno que se joda no? Ya estaba hecha polvo.
—Lo juraría por mi magia mi hermosa mujer —El patriarca tomo la mano delicada de su esposa besando sus nudillos, sonrojando a la contraria.
Apesar de lo años tu nunca cambias querido esposó, pensó con cariño Euphemia que se encontraba ruborizada por el acto de su esposo.
—Ho !Merlin estoy tan feliz nuestro Jamie pronto conocerá a su pareja¡ —sus ojos se cristalizaron un poco por la felicidad que sentía.
Su amado hijo su único hijo su Jamie por fin encontraría a su Compañera.
Que bien porque no creía ser tan permisiva como siempre lo ha sido si tomaba como pareja a esa nacida de muggles que lo trataba tan mal, pobrecito de su hijito.
Si no fuera por su esposo ya habría contratado a alguien para que le enseñaste una lección a esa inrrespetuosa, hablarle de es forma a su Jamie el próximo Lord de la noble y antigua casa Potter.
Simplemente despreciable.
—¡Fleamont tienes que decirme dónde está deseo conocer a la mujer de nuestro Jamie!
Ambos rebotaban de felicidad de que si no fueran porque ya ambos muy mayores estarían corriendo por toda la casa.
—Ho...emm querida respecto a eso...—mierda pensó fleamont cómo decirle a su esposa tal noticia sin preocuparla.
—¿Que? Que paso amor vamos dímelo, no debe de ser...
Las llamas de la chimenea ardieron, la pareja bajo la mirada a las llamas viendo un rostro de una mujer que se notaba nerviosa.
—Lord Potter...hablo de San Mungo, l-la mujer que trajo ayer ella...no está.
3...2...1..
—Fleamont si no quieres dormir en el sofá, sera mejor que empieces a explicarme ahora porque mi futura nuera estába en San Mungo ¿Quieres querido? —la sonrisa dulce de la mujer que sostenía su varita serca de su zona sagrada no ayudaba en nada.
Fleamont sudo frío —Por supuesto mi pichonsito de azúcar —trago duro antes de arrodillarse en la chimenea despidiendo a la enfermera— verás...
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