FALLING IN LOVE - KOOKMIN SHORTFIC [TERMINADA]

CAPÍTULO IX

Las fiestas fueron un diez, quitando la parte del sexo salvaje que casi le deja en coma, claro. Debió haberlo sabido, Jungkook siempre sería un salvaje.

Pero así le gustaba, así que estaba bien con ello.

Sin embargo, el verdadero problema llegó después de un romántico San Valentín, del cual ahora se lamenta ligeramente. Porque no, no se sintió mal hasta cuatro meses después, que su cuerpo comenzó a sentirse extraño.

Pero sacando cuentas, sí, había sido el desliz de San Valentín, completamente consensuado, pues no tenían protección y decidieron dejarle la cuestión a Cristo nuestro señor y salvador.

No imaginó ser tan fértil de quedarse embarazo a la primera.

Y ahora, Jimin se sentía tremendamente mal, porque estaba segurísimo de que Jungkook no iba a querer tener un bebé. Menos con él. Por alguna razón, temía que regresara el ogro ahora que estaban tan bien.

Ya no eran suposiciones, la prueba había dado positivo. Y de igual manera le correspondía saberlo, pues era su padre.

Eso, y que con o sin su apoyo, él planeaba tenerlo. Le hacía mucha ilusión ser papá.

— Minni... Independientemente de su reacción, debes saber que nos tienes a nosotros. —dijo Taehyung.

— Y por si fuera poco, hasta tendrá un amigo. —rió Seulgi— Demonios, no pienses que queremos minimizarte, pero dijiste que no te ocultáramos nada y-y entonces... Oh dios, estoy preñada como la mierda.

Jimin abrió la boca de par en par, con una expresión sorprendida y a la vez alegre.

— Por un carajo, seremos papás. —dijo emocionado, parándose de la silla para abrazarlos a los tres... Ahora, era un abrazo de cinco.

— Me hacen feliz, chicos. —dijo Taehyung— Seré padre y tío, no puedo pedir más.

— No sé ustedes pero yo daré la noticia luego de hablar con Koo. —les dijo a sus amigos— ¿Podrían ser discretos hasta entonces?

— Por supuesto, corazón. Tú ordena y yo hago. —el más alto de los tres rió.

— Ya nos imagino en el parque jugando con ellos, ¿no creen que será bonito? —ella mordió su labio.

— Serán los bebés más lindos del mundo. Eso seguro.

El saber que contaría con mucho apoyo si todo salía mal, le hizo sentir mejor. Pero sólo por si acaso, preparó un plan b en caso de que no todo fuese como lo había previsto.

Por eso, volviendo a la casa a dejar algunas cosas de la pastelería, se preparó de camino en el auto, para el peor escenario posible. ¿Podía algo salir peor de lo que ya habían pasado?

Suspirando, entró a la empresa y de manera automática, todos voltearon a verlo como si estuviesen sorprendidos o algo así. Los ignoró por completo y continuó su camino hasta la oficina de su esposo.

Volvió a tomar aire, sintiéndose nauseabundo y no sabía si por los síntomas o por la situación.

Y lo primero que vió al entrar le devolvió todo el coraje al cuerpo.

— Tienes cinco segundos para salir. —le dijo a la mujer a la que su esposo había estado besuqueando segundos atrás.

— A-Amor... Esto no es...

— Cierra la boca. —volvió a señalar a la mujer— Uno, dos...

— Y-Yo... —la secretaria de Jungkook tartamudeaba.

— Esto no es contigo, te vas ya. —la interrumpió— Tres, cuatro-

El portazo que indicaba su salida se oyó y sólo quedaron ellos dos dentro de la enorme oficina del más alto.

— ¿Por eso te da tanto miedo que yo tenga amigos? —preguntó, agarrándose del escritorio— Te molesta saber que yo podría hacer lo mismo que me haces tú.

— Te puedo jurar por mi madre que esto de verdad no es lo que parece- ¡Woah! —esquivó un tarro de lapiceras que terminó estrellado contra la pared— Amor... Hablemos...

Pero para cuando él había dicho esas palabras, Jimin ya había tomado una decisión.

— Me voy a la mansión. —se dió media vuelta para salir de allí.

Por eso todos lo miraron sorprendidos y algo asustados... ¿Hace cuánto que Jungkook le estaría viendo la cara de imbécil?

Se sentía terriblemente mal.

Apenas llegó, comenzó a hacer sus valijas, acomodando las pocas pertenencias que consideraba importantes y la ropa más grande que tenía. Si en total, en unos meses, su linda ropa ajustada ya no le quedaría.

Jungkook le habían engañado, igual que todos los hombres que habían querido ser los primeros. La única diferencia, es que con él si pasó. Y le duele mucho.

Ese momento fue especial para él... Al parecer, sólo para él.

Maldición, se sentía completamente triste. Para rematar, tal y como lo sospechó, su esposo llegó a casa antes.

— No puedes irte. —trató de detenerlo.

— ¿Cómo que no? ¿Entonces qué carajos estoy haciendo?

— Estás haciendo un berrinche por nada, por favor déjame explicarte.

— ¿Berrinche por nada? ¡Cínico de mierda! Sal de mi camino.

— No es eso lo que quise decir- yo... Por favor, escúchame-

— ¡No! ¡Escúchame tú a mi! —gritó— Ya no me importa el jodido contrato, no me interesa el dinero que nuestras familias puedan tener, y mucho menos volver a tener algo contigo. —tomó su valija para comenzar a caminar hacia la salida— Tú quédate con tu secretaria, con tus fiestas lujosas y todo lo otro. Yo me haré cargo de mis cosas.

— Jimin... Hey, no... —trató de agarrarlo del brazo— Hablemos-

— No, y no me vuelvas a tocar. —lo apartó— Ya he tenido más que suficiente de ti... No te quiero en mi vida, Jungkook.

Sin darle tiempo a responder, salió de la casa y se subió al taxi que previamente había pedido. Le dijo que manejase hacia la estación de buses, pues ya tenía perfectamente planeado lo que haría.

Iba a tener un bebé, que estaba seguro Jungkook no querría, en un ambiente donde todo lo que existían eran peleas respecto al dinero, y lo único cálido era la maldita hornalla de la cocina.

Esperaba jamás lo encontrasen, porque no tenía ánimos de seguir discutiendo. Con nadie.

Su esposo legalmente podía ser feliz con su secretaria, y él sería feliz con su hijo.

Aunque su corazoncito pesara, estaría bien. Sanaría.

— Voy a recuperarme, ya verás. —acarició su panza, una vez arriba del colectivo— Seré el mejor papá que pueda para ti... Que serás el mejor hijo que alguien como yo pueda tener. —una lágrima rodó por su mejilla.

De verdad, todo en él pesaba.

Había roto su móvil viejo y compró uno nuevo rápidamente, antes de pasar por la terminal. Sólo agendó a Taehyung, a Seulgi, y a Jieun en la pastelería. A esta última le envió un documento de emergencia donde establecía cómo serían las cosas. Pues sí, eso también lo tenía por si las dudas.

Así que no habría problema, podía manejar MinTT a la distancia.

— Iré a tooodos tus actos, y te vestiré bonito... Te ayudaré con tu tarea, y cocinaremos muchos pasteles juntos. —mordió su labio— Te amaré con todo mi corazón, y ahora mismo... Espero con ansias conocerte. —sonrió.

Él estaría bien por su cuenta; en total, gran parte de su vida fue así.

omg drama hi !! hajdjajd gracias x leer y comentar les tkm 🤍