CAPÍTULO XI

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Jimin terminó volviendo a Seúl cuando faltaba poco más de un mes para dar a luz, pues en donde estaba, el servicio médico no era tan bueno y quería que su bebé naciera en las mejores condiciones posibles.

Claro que no volvió a la mansión, sino que rentó un pequeño apartamento en el centro de la ciudad. Un edificio bonito, acogedor y con vecinos agradables. Una maravilla por un precio razonable. 

Decidió estar en paz con su esposo porque a pesar de que no quería que nada volviera a pasar entre ellos, él seguía siendo el padre de su bebé... Y no era quién para negarle a su hijo.

— Estoy segurísimo de que será un tiempo laaargo... —suspiró— Llega pronto, quiero conocerte. —acarició su pancita.

Mientras tanto, Jungkook estaba más que decidido a recuperar a su esposo... Pronto ex.

Pensó para sí mismo que si quería recuperarlo, debía ser por las buenas. Y ese matrimonio era lo peor que les había pasado. Creía firmemente que si no se hubiesen conocido de ese modo, todo habría sido distinto.

Pero también solía preguntarse, si no fuera por ese compromiso... ¿Se habrían conocido alguna vez?

No lo sabía, pero lo que sí sabía es que quería recuperar su amor, y a su hijo. Y si no era posible que Jimin volviese a quererlo, se conformaba con poder ver a su niño crecer.

Además, rebobinando en lo que había pasado en el último tiempo, creía que no ser demostrativo no significaba que no le prestara atención. Realmente lo hacía, demasiado para su gusto. Y en cuanto al reloj, siempre lo traía con él, envuelto en un pañuelo de seda, en cualquier prenda o saco que llevara puesto. ¿Por qué? Porque le daba miedo que se rayara, o se rompiera, o que alguien quisiera quitárselo. Lo apreciaba tanto que realmente no quería que nada le pasara y miraba la hora a escondidas en el baño.

Luego, de su secretaria, era verdad lo que había dicho. Siempre pensó que era bisexual pero finalmente notó que era gay, y desde que se casó con Jimin, tampoco hubo otra persona.

Ella, Hyewon, solamente estaba robando información para Feng & Co, los rivales de toda la vida. Utilizó los sentimientos que ella tenía por él para poder sacarle datos de lo que planeaban contra la empresa.

¿Cruel con los sentimientos de ella? Puede ser, pero era su economía y con la cual construiría un futuro para su esposo. Ahora más, sabiendo que ambos tendrían un bebé. Bueno, lo tendría Jimin pero se entendía que ambos eran los papás.

Y reconocía, que se merecía todo lo que le estaba ocurriendo, porque no fue un buen esposo, no fue una buena pareja, ni amigo, siquiera una persona decente con Jimin.

— ¿Por qué no me dijo que estaba embarazado? —se preguntó a sí mismo en voz alta, sentado en la barra de la cocina mientras desayunaba.

— No quiero ser metiche pero lo seré... —apareció Jiwoo en la cocina— ¿Recuerda esa vez en la que hablaba con uno de sus tantos y tontos amigos? ¿Cuando dijo que jamás tendría un hijo con un cualquiera como Jimin? —preguntó.

A Jungkook le vinieron todos los recuerdos de ese día a la mente, y deseó jamás haber nacido.

— Parece que ya lo sabes... —se encogió de hombros— En fin, yo voy al patio a regar su jardín. Que tenga buen día.

Entonces, comenzó su episodio matutino de rememorar todas las cosas que hizo mal. Desde las veces en las que lo trató mal por nada en absoluto, o cuando tiraba sus postres a la basura... Absolutamente todo el tiempo que pensó creyendo que él era un perdido, patético, cualquiera... Cuando en la realidad, él fue su primera vez. Alguien para nada perdido y mucho menos patético. 

FALLING IN LOVE - KOOKMIN SHORTFIC [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora