CAPÍTULO VI

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A los seis meses de haberse casado, Jungkook sabe que ya no puede negar más el hecho de que, ahora se siente enamorado de su esposo. Muy enamorado, de hecho.

Sabía que algunas veces la cagaba, pero de a poco, iba aprendiendo qué cosas estaban bien y qué cosas estaba mal. El haber sido criado por gente tan cerrada y conservadora le jugaba malas pasadas de vez en cuando.

Era consciente de que lastimaba a Jimin, pero jamás adrede. Solía darse cuenta de sus errores a las horas o incluso a los días, y trataba de compensarlo luego.

Jimin en cambio, sabía hace unas semanas atrás que se sentía atraído hacia él. Notaba un cambio positivo en él.

Las cosas habían cambiado desde aquella vez en el auto, cuando le preguntó si estaba siendo infiel. Supuso que su esposo aún necesitaba comprobar sus intenciones.

Aún así, ahora le quedaba cómodo que lo llevara a trabajar.

— El ogro ya no es tan ogro, parece. —rió una de sus empleadas.

— ¿La verdad? No. Ha mejorado y nuestra convivencia es mejor. —sonrió.

— Es bueno ver que se llevan bien ahora... No parecía tan malo, si debo ser honesta, sólo medio imbécil. —se encogió de hombros— Y así suelen ser todos los hombres.

Jimin soltó una carcajada.

— Jieun, creo que me estoy enamorando de mi esposo. —confesó.

— Siento que si no fuera por ese compromiso, ustedes hubiesen caído el uno por el otro al instante.

— Pues quizás sí... Pero... Me gustaría no haber nacido en una familia poderosa, así nada de esto me estaría pasando.

— Ve el lado bueno, si estás triste, puedes irte a llorar a Miami o al Coliseo Romano. —rió.

— Sí. —sonrió.

Esa noche, hizo una cena para dos, pues Jungkook dijo que quería comer arroz con filete y, a él no le costaba nada cocinar algo tan simple.

Sin embargo, yendo al depósito, se encontró con una escena algo, por no decir extremadamente, desagradable.

Jaehee, la madre de Jungkook, estaba teniendo sexo con el cocinero, uno de los que no se sentaba con ellos a la mesa, claro.

En la mansión habían dos alas, y lo que las unía era el hall y el enorme living. En una vivían los padres de Jungkook, y en la otra ellos dos. Pero el depósito también era uno sólo.

Así que salió de allí pronto y aguardó hasta que los vió salir, desde lejos claramente. Pues poco le importaba y no quería saber con quién se acostaba su queridísima suegra.

— Jimin... Tenemos un evento mañana, ¿ya decidiste qué te vas a poner? —preguntó su esposo— Quería que te pusieras un traje más pastel... El evento es tranquilo y de día, ambientado en el jardín.

— Bien... Tengo el verde agua que me diste el otro día, es bastante clarito. ¿Sirve?

— Sí. —sonrió— La comida estaba buenísima.

— Gracias.

Continuaron hablando un rato largo y más tarde, ambos estuvieron descansando en sus respectivas habitaciones.

-

Al día siguiente, en el evento, Jimin volvió a sentirse molesto. No sólo porque su esposo le había invitado al evento de florero, sino que lo presumía cual trofeo frente a los demás. Y aunque parecía raro, también había hablado demasiado con su secretaria, hasta parecía su novia.

FALLING IN LOVE - KOOKMIN SHORTFIC [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora