CAPITULO XII

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Un corto tiempo después de aquella pelea, Jungkook firmó el divorcio.

Sin embargo, ahora mismo, ambos estaban unidos porque eran buenos padres.

— Aprieta aquí. —el castaño tomó a su ex-esposo de la mano, para tratar de calmarlo.

— ¡CIERRA LA PUTA BOCA, CARAJO! —gritó, eufórico.

Y lo normal, estaba dando a luz a un niño que al parecer era bastante grande. 

— Tú puedes... Te amo mucho. —dijo, bajito.

Finalmente, de la violencia que le generó oír aquello, fue que sacó toda su fuerza para terminar de pujar. Apenas oyó el llanto de su hijo, supo que podía irse a dormir en paz.

Se desmayó de inmediato.

Cuando abrió los ojos, en la habitación eran tres personas.

— Buenos días... Ya despertaste. — esa fue la voz de Jungkook, quien sostenía a su hijo— Vamos con papá...

Con una sonrisa y lágrimas en los ojos, Jimin lo recibió. Acunándolo entre sus brazos, se dedicó a admirar lo que tanto había esperado.

— Fueron unos largos meses esperándote... —sonrió— Estoy tan enamorado de ti, mi pequeño Jungsu... —una pequeña carcajada se le escapó.

Un nombre con la primera sílaba de su progenitor era lo correcto, después de todo, hasta en las ecografías, Jimin veía el rostro de su primer amor. Su hijo era el vivo retrato de su padre.

— Los médicos ya te han revisado, dicen que hoy por la noche ya te darán el alta. —informó Jungkook— Te llevaré a tu casa, no te preocupes por ello-

— No es necesario, de verdad... —sonrió— Mis amigos vendrán por mi, Tae y Gigi son los padrinos de Jungsu.

Y antes de que el más alto respondiese, unos golpes en la puerta se oyeron.

— Vinimos tan pronto como pudimos. —dijo la mujer.

Jungkook reconoció a uno de ellos como el hombre que estaba aquella vez en el departamento de su rubio.

— Felicidades, amor. —le felicitó Taehyung, tomando al niño en brazos— Hola, bonito...

— Está precioso, mi vida. —sonrió Seulgi— Pronto nacerá tu amiga... —le canturreó al niño.

El castaño observaba la escena de lejos, sintiéndose algo incómodo. Y pensar que muchas veces, Jimin quiso llevarlo a conocer a sus amigos y siempre se negó porque creía que no eran lo suficientemente buenos.

De verdad que ya no sabía cómo arreglar las cosas.

-

Un mes y medio se le pasó rápido, realmente... Y todo el contacto que tuvieron, fue referido a Jungsu. Tener un hijo y era realmente agotador, pero no cambiaría aquella experiencia por nada en el mundo.

— Jungkook... Pasa. —sonrió Jimin— Jungsu está en su cuna, riéndose del colgante de patitos que le trajiste.

— Me alegra mucho que le haya gustado... Pero esta vez no vine por él. O sea sí, pero quería hablar contigo también... —mordió su labio.

— Vamos al sofá, entonces. —suspiró.

Una vez ambos estuvieron sentados, Jimin lo miró para que empezara a hablar. Con el paso de los meses, aquella ira que tenía en un principio se había ido. Ahora sólo quería estar al cien por ciento para su hijo.

— ¿Cuánto tiempo más vas a seguir enojado conmigo? —preguntó despacio.

— Ya no lo estoy... —negó con la cabeza— Eres el padre de Jungsu, quisiera estar contigo en buenos términos para no afectar su crianza. —respondió con toda sinceridad.

— ¿Todavía me amas? —aquella pregunta lo tomó algo desprevenido, pero sería honesto.

— Sí. —asintió— ¿Puedes ser más directo, por favor?

— Quiero volver contigo, lo sabes... Ser una familia, tú, Su y yo. —mordió su labio— De verdad lo siento si tú no me crees... Pero cambié por ti, de verdad soy una persona nueva. Lo único que no se fue es todo el amor que siento por ti, sigue intacto. Fui malo contigo y sin justificación alguna, lo sé y pago por ello todos los días. Tus ojitos jamás debieron derramar lágrimas por mi culpa. —su pie se movía rápidamente, estaba nervioso— Y duele mucho no tenerte conmigo... Quiero salir contigo a todas partes, llevarte a conocer lugares nuevos, llenarte de besos, de obsequios, de recuerdos bonitos, quiero que sepas que te amo de verdad.

Jimin lo miraba, algo tembloroso también.

— Jamás tuve algo con la secretaria, sólo buscaba defender la empresa. Quería generar el capital suficiente para poder renunciar e iniciar con cualquier otro proyecto que no involucrara a nadie de nuestras familias. Sólo tú y yo. —mordió su labio— Y-Y en cuanto al reloj, sé que piensas que lo odié, pero no es así... —le mostró el objeto envuelto en un pañuelo de seda— Lo llevo conmigo siempre, pero no quiero que se ralle, o que alguien lo rompa, o que traten de quitármelo... Tú me diste un regalo precioso, quería conservarlo intacto. —las lágrimas caían por su rostro— Tengo que dormir con una montaña de ropa tuya que dejaste en la mansión para sentir que sigues ahí conmigo... Voy a cuidar el huerto porque todo allí tiene tu esencia... Ya no soporto estar lejos de ti.

— J-Jungkook... Yo... 

— Vuelve conmigo, por favor... No tenemos que ser la pareja del momento si no estás listo, porque entiendo perfectamente que te hice mucho daño, pero al menos no rechaces mis abrazos... —sollozó, yendo hacia donde estaba sentado el rubio.

Cayendo en sus rodillas, apoyó sus brazos en los muslos de su bonito Mimi.

— ¿Podemos intentarlo de nuevo? Prometo ser el hombre, esposo, amigo y confidente que te mereces. —mordió su labio— Y juro morir si alguna vez vuelvo a lastimar tu confianza.

Jimin moría de ganas por arrojarse a sus brazos, desde siempre. Había estado enojado por un largo rato y había dicho muchas cosas feas desde el dolor, que de verdad no sentía. Porque a pesar de todo, no se arrepentía de nada de lo que había hecho con Jungkook.

Pero le daba miedo que todo fuera horrible de nuevo. ¿De verdad había dejado de ser un ogro?

El término ogro involucraba todo lo que había dicho desde cualquiera hasta el ser básicamente un adorno. También incluía los desprecios y a todos los postres que había arrojado al patio. Incluía todo lo malo.

— Promételo... —mordió su labio— Promete que no serás un ogro de vuelta... —sollozó— Y que pase lo que pase entre nosotros... Jamás dejarás a Jungsu solo.

— A ninguno de los dos, Mimi. —sonrió— El ogro no volverá jamás. Y quizá no llegue a príncipe pero, prometo ser el hombre que más te ame en todo el mundo. —besó sus manos.

Jimin terminó envolviéndolo en un abrazo, susurrándole sí podemos al oído.

Su corazón volvió a decirle que no se equivocaba. Comenzó a creer que jamás lo había hecho, solo que la vida les jugó malas pasadas.

— Te amo, Mimi. —susurró luego de unos minutos.

Ahora ambos estaban en el sillón, pero el rubio se había dormido sentado en su regazo.

Con paciencia, lo cargó hasta su cama y le quitó tanto la ropa como los zapatos, arropándole con dulzura para luego volverse hacia la cunita de Jungsu.

— Hola bebé... —le sonrió— Tu papá y yo nos seguimos amando... Viviremos juntitos los tres.

El niño sólo reía, literalmente durante los veinte o treinta minutos que ellos estuvieron en el living, él continuó riendo con el colgante de patitos.

— Podrás parecerte mucho a mi, pero estoy seguro de que esa personalidad que estás formando... Es puramente de tu padre. —sonrió.

Sacó a Jungsu de la cuna para llevárselo a la cama, junto con Jimin. Allí, se quitó los zapatos y se recostó con ellos.

Sintiéndose en paz.

holis jjjjj gracias x leer les tkm 🤍

FALLING IN LOVE - KOOKMIN SHORTFIC [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora