La vida de sunoo era perfecta ¿cierto?
Eso es lo que todos creían, al ser millonario, con un buen padre y un buen hermano eso se aparenta, pero no, todos están completamente equivocados y eso que piensan se aleja a la cruda realidad que él vive.
Sh...
La noche porfin llegó, es el único momento en el que puedo tener tranquilidad y un poco de paz.
Me senté junto de la venta y comencé a ver en dirección al cielo. -Diosa Luna, ¿por qué me pasa todo esto?-dije con desánimo. - ¿En verdad soy una mala persona?, ¿merezco todo esto?, y-yo trato de esforzarme por ser bueno, saco las mejores calificaciones de todo mi curso, no me meto en problemas, pienso que soy un buen hijo, un buen hermano, entonces ¿por qué me odian todos los que me rodean?, ¿fue demasiado egoísta de mi parte el nacer y arrebatarle la vida a mi madre? Y-yo no desee nacer; mamá, papá y Hee hubieran sido la familia perfecta, entonces porqué les diste a este estorbo-dije en un hilo de voz.
Me levante de mi lugar y caminé rumbo a mi escritorio, abrí el cajón y tomé aquella pequeña navaja que nunca habia utilizado. La mire con detenimiento y luego observe mi brazo, nunca hice algo como esto, creía que era demasiado fuerte como para poder soportar todo este sufrimiento sin la necesidad de crear otro dolor, que equivocado estaba.
Con temor deslicé aquella navaja por la parte de mi muñeca, una, luego otra, y otra vez, hasta que caí en cuenta de lo que estaba haciendo. -No no no, sunoo por dios que hiciste - rápidamente me dirigí al baño y tomé papel para poder parar el sangrado. Eres tan cobarde que ni siquiera puedes acabar con tú miserable vida/ pronunció mi lobo / ¿Qué es lo que te detiene?, nadie te aprecia, heeseung solo está a tu lado por el simple hecho de que es tu familia, tu padre te odia, sunghoon solo te ve porque es amigo de tu hermano, te vuelvo a preguntar ¿Qué te detiene? / de un momento a otro comencé a sentir como mi cuerpo no reaccionaba, lo único que podía mover eran los ojos, pude observar como mi mano nuevamente era cortada por aquella navaja, una y otra vez, lo último que recuerdo fue como caí inconsciente en el piso del baño.
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Desperté. Seguía en el piso del baño. Por fortuna o desgracia no me desangre. Lo ves, a nadie le importas, pudiste haber muerto y nadie se daría cuenta/ Me dolía saber como siempre tenía razón en todo lo que decía. Me lave y vende mi muñeca, baje a desayunar, la misma rutina de cada maldito día.
