Capítulo 84. Sola.

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Estoy llorando en el regazo de Jose, sollozo con fuerza y parece que mi corazón está por hacerse cenizas.

Intento meter aire en mis pulmones, pero no puedo, Jose me acaricia la cabeza y esto duele como la mierda.

No comprendo en absoluto porqué tomó tal decisión si antes de su ataque estábamos bien.

Siento que mi cuerpo se sacude por el llanto, y aún así quiero seguir llorando. Soy una tonta.

—¿Por qué, Jose? Ya no quiero llorar.

—Ya no quieres llorar, pero lo necesitas. —sigue acariciando mi cabeza y eso me da una sensación de calma.

—Es solo un chico, me repito, o sea, creí que si un día terminaramos lo iba a gestionar mejor. Pero mírame, llorando a mares, con un rodete y con ganas de comerme una barra entera de chocolate sola. ¡Haciendo honor al estúpido estereotipo!

—¡Qué dices tonta! Obvio que te va a doler, son 2 años de relación, se aman como locos, y claro que lo estas gestionando de maravilla  yo en tu lugar lo tendría colgado del techo.

Se me escapa una sonrisa, me siento de golpe e intento respirar para centrarme.

—¡Es una mierda! Todo esto —digo sorbiendo, voy hasta mi cajón de la mesita de luz y tomo un pañuelo para limpiarme la nariz—. Tienes razón, debería colgarlo del techo. Es un idiota, claro un Gianti al fin y al cabo.

>>Que se vaya a la mierda, con su estúpida y bella cara. Va a venir rogándome volver... —siento que se me arruga la frente y el corazón se me hace chiquito—. ¿O yo iré a rogarle que me de una explicación?

—No, mientras yo esté con vida —dice Jose y se agarra un dulce de mi mesita—. Si el quiere hablar que venga, pero tu no vas a pedir nada al imbécil de mi primo.

—Porqué me dejo sin darme una mínima razón.

—Debo remarcar en la parte en donde dije: El imbécil de mi primo.

Me vuelco de nuevo en el regazo de Josefina, esta vez no lloro, solo me acurruco y me dejo mimar. Como odio sentirme tan desolada. Odio que esto tenga tanta relevancia en mi vida en comparación a otras cosas que están pasando.

Creo que lo que más me duele es que mañana iba a ser otro cumple mes y justo tocaba salida del internado.

—Me niego a sufrir por él —digo dolida—. Aunque lo ame demasiado. Aunque sea casi parte de mi... me niego Jose.

—Ojalá fuera así de fácil dejar de sentir mi vida. —Ella seca con su dedo las lágrimas que siguen brotando de mis ojos—. El amor es raro... un día te tiene saltando de puntilla y al otro estás llorando en el regazo de tu amiga.

>>Pero para eso estamos las amigas... aquí me tienes, Ira, a tu lado  siempre voy a estar de tu lado.

—Gracias Jose... se quede debe ser difícil sabiendo que es tu primo del que voy a estar hablando mal en los próximos días.

—Amo a mi familia, Luri es un gran primo, pero eso no lo hace exento a que tenga defectos y que yo también agregue cosas de él cuando decidas hablar mal de su persona. El chisme primero, la venganza segundo... y los lazos al final.

Reímos, en verdad tiene razón ¡Benditas las amigas con las que puedes llorar y reír en una misma hora!

Escucho la notificación de mi celular, es el Beehive, lo sé por el sonido, el celular de Jose también lo recibe. Ingreso a la aplicación y al ver que se trataba de el Informante no le iba a prestar atención, pero cuando me doy cuenta que me comienzan a @ en el post, decido ingresar.

El justiciero del Panal [Libro 3] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora