Capítulo 40. Raro

437 86 71
                                    

Pov: Orkias
Estaba en medio de mi ritual cuando los espíritus me avisaron que Luriel volvió al internado.

Juro que no iba a dejar a mitad mi ritual, mucho menos cuando tanto me costó conectar con Carina. Mi possessionem en su cuerpo no es tan fuerte, porque esa mujer es poderosa y a parte es como si tuviera algún tipo de protección que repele mi manipulación. Sin embargo, lo había conseguido, estaba en sus ojos, y ahí veía a mi abuela, a Daniel y a su madre con cara de preocupación.

No logré escuchar nada, pero si llegué a leer los labios de Daniel diciendo: El sacerdote.

Y esa fue toda la información que logré sacar. Ahora, encerrado en mi oficina con Luriel observo atentamente sus ojos. Algo en el me hace tenerle compasión extrema y por el otro que debería ser más duro con el muchacho.

En años anteriores no dudaría en saber que hacer, pero ahora mi menhe está tan llena de recuerdos, de dolores y de tristeza porque en verdad siento que debe extrañar un universo entero a su madre. 

Thalia, Anastasia y Cariem ingresan con brusquedad a la habitación  y asisten al chico antes de que yo pudiera decir algo, lo que provoca que retroceda y me convierta en un simple observador.

Thalia inyecta una vía en el brazo de su hermano, y Cariem lo purifica con el humo de un sahumerio, mientras Ana extrae un poco de su sangre y lo vierte en un tubo de ensayo. Todo esto bajo la tranquilidad del chico que a penas y se queja de dolor.

—Bien, como lo sospeché —dice Ana despeinando al chico que ya está con mejor semblante—. Venenos de serpiente y un poco de sangre humana es lo que hay en el cuerpo de Luri. Pero lo procesó muy bien, no hay daños, y ahora con el suero que le proporciona Thalia va a mejorar.

—No hay rastros de magia negra —asegura mi amigo mientras cierra si recipiente de sahumerios —. Solo tiene la energía desordenada, quizás la batalla, el secuestro y ahora lo que acaba de vivir. Pero en cuanto a protección o riesgo de Possessionem, no hay que preocuparse.

—Yo diría que hay mucho de qué preocuparse —interviene Luriel con la voz cansada.

Cariem lo observa, esperando que diga algo más pero el chico guarda silencio absoluto. Su hermana le ofrece una sonrisa tierna y agrega su cabello con ternura, y a pesar de que ellos guarden silencio por respeto a mi autoridad se que piensan lo mismo que el chico.

—Tienes razón —digo.

Luriel me mira con asombro, estoy seguro que esperaba más un regaño de mi parte que estar de acuerdo con él.

—Qué bueno que coincidan —agrega Anastasia —. Porque el veneno que tenía Zania preparado para Luriel si iba a ser de riesgo, atendiendo que él es alérgico a la apitoxina, y la concentración de cicuta era muy elevada.

>>Me desespera que tengamos que andar de puntillas entre nosotros, no podemos confiar ni en nuestra propia sombra.

****************************
Pov:Luriel.

—No entiendo... —la voz de Mirena hace que mi corazón tiemble, ¿en qué momento ella apareció aquí? —. Si Zania era nuestra enemiga, porque no lo pude ver, quiere decir que hay más como ella, y están lejos de mis ojos, o de cualquier alma del internado.

Miro el anillo de Cariem, y este brilla de un rojo intenso, ahora entiendo porque Mirena se materializó, él la trajo.

—Hay muchos bloqueos —dice Orkias—. Iracema bloqueada... tú, los espíritus, los poderes de Mortel y de Santos dentro del internado, alguien tiene acceso a información y pertenecias valiosas.

—¿Iracema está bloqueada? —pregunto entrecerrando los ojos.

Orkias y Cariem intercambian miradas, hay algo más entre esa información que no me están contando.

El justiciero del Panal [Libro 3] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora