Destined to be together

Capítulo 32

El claro cubierto de nieve y la brisa helada era lo único que la mantenía despierta. Los nervios comenzaban hacer estragos en ella, sus manos sudaban y la incomodidad de su cuerpo no ayudaba mucho.

Utilizo la ropa que los dioses le habían  encomendado, era muy ligera por lo cual el frío calaba sus huesos  sin pensarlo mucho se lanzó un hechizo para mantener su calor corporal.

La mano de Theo se mantenía firme, mientras sus ojos recorrían cada palmo del claro, fijando su vista de golpe en un punto especifico

- Comenzó.- Varias luces se veían a lo lejos, el suelo comenzaba a retumbar con  cada hechizo lanzado a la distancia, el equipo de .... debe de estar en plena lucha.

- Mira que bien acompañada estas mi querida Hermione.

Una voz en mi cabeza me ponía alerta, cualquier cosa podía pasar ahora. Doorian estaba presente.

-Theo, el esta aquí.

Sentí como se estremecía, dando órdenes por el intercomunicador que llegaba a toda la alianza del escuadrón, debía mantener mi mente fría, no podía sucumbir a las provocaciones de ese ser.

                     ¡BOOM!

Una onda expansiva detonó justo al frente de nosotros, mi cuerpo salió volando hasta estrellarse en un árbol, aturdida me pare inmediatamente buscando con la mirada a Theo y a los demás escuadrones.

- Utiliza tu poder Hermione.

La profunda voz de Zeus comenzaba a darme órdenes, sin dudarlo comencé a maniobrar los dones que se me fueron otorgados.

En el oído escuchaba las voces de los demás líderes, dando cuenta de como íban las cosas por sus sectores. Por más que trataba de visualizar a Dorian, no podía encontrarlo por ningún lado, solo su presencia se me hacia notar.

Luces, sangre, gritos se oían por doquier, ya Theo se encontraba a una distancia prudente manejando a diestra y siniestra la varita, mientras atendía su franco derecho, yo me encargaba de las bestias lobos que se aproximaban.

Sin dudarlo levante mis manos, miles de choques eléctricos pasaban por ellas, y la sensación de calidez embriaga mi ser, junte la energía que más podía y la lance contra las bestias. Como una cadena uno a uno iban cayendo, pero no podía descansar, unos morían y otros tomaban su lugar rápidamente.

Comencé avanzar sin darme cuenta, concentrada en las sensaciones que agobiaban mi cuerpo, la voz de Hades me ponía los pelos de punta, maldecía a cada cosa que se ponía enfrente mío.

-Mocosa, no te detengas, !Pero que haces!, ¡mira al frente!- Suspirando y haciendo caso omiso a sus regaños segui avanzando y tirando hechizos y olas de energías de diferentes calibre.

Mi respiración se aceleraba, no se cuantas horas llevábamos ahí en el claro, lo que antes fue un claro blanco hermoso, ahora era un mar rojo con cuerpos tirados.

La zona de guerra se fue expandiendo hacia el pueblo, aunque era de suponer la gran cantidad de magos más la cantidad de bestias que había acumulado Dorian, era un número considerablemente monstruoso.

Hermione tuvo que detenerse un momento, había llegado a una casa ya en ruinas, sentía su hombro dislocado  y unos cuantos cortes más. Por la radio llegaban las indicaciones de los capitanes, sintiendose más tranquila al escuchar voces de sus amigos.

                      ¡BOOM!

Otro retumbar, la casa comenzó a desmoronarse, debía de salir ahí mismo, abrió su bolso en donde sacó un recipiente y conjuro agua, no sabía cuan sedienta se encontraba hasta que el agua tocó sus labios.