Sus brazos me rodearon con desesperación después de la broma pero yo seguía inmóvil, tratando de asimilar lo que pasaba. Había imaginado una y mil formas de encontrarnos pero ninguna como aquella. ¿Sería un sueño? ¿Seguía ebrio y estaba alucinando?
-¿Puedes al menos fingir que estás feliz de verme? -Preguntó con ironía mientras se apartaba de mí.
-Es que yo... -El habla se me cortó cuando nuestros ojos conectaron y la corriente eléctrica volvía a unirnos con un hilo invisible.
-¿Tú...? -Se burló con una sonrisita.
-Mierda, me estoy volviendo loco. -Froté mis ojos un par de veces antes de volver a enfocar la mirada en aquél apuesto rostro. Tenía el cabello más corto de lo que recordaba pero le quedaba de maravilla despeinado a propósito. Su rostro seguía siendo el mismo, facciones rusas y marcadas cicatrices que le hacían ver aterrador.
-Vamos, Byers, no me mires así. Casi babeas. -Hizo el ademán de limpiar mi barbilla con sus dedos mientras sus ojos me escaneaban también.
-¿Eres real o estoy alucinando? -Pregunté sin querer. Él se echó a reír y supe que era totalmente real. Su risa despertó en mí algo que creí haber perdido, de pronto el corazón me latía fuerte en los oídos y una oleada de felicidad inundaba mi pecho. Sin poder (ni querer) evitarlo me lancé a abrazarlo con fuerza, él correspondió de inmediato entre suspiros mientras sus manos acariciaban con ternura el cabello.
-Te extrañé tanto. -Murmuró sobre mi oído, haciéndole coro a los latidos de mi corazón. -Pero al verte ahora, sé que la decisión que tomamos aquél día fue la correcta. -Se separó apenas unos centímetros del abrazo para mirarme de nuevo, al parecer él tampoco se lo creía.
-No sabes lo mucho que te extrañé, imbécil. -Le reclamé antes de esconderme en su pecho para soltarme a llorar como hace tanto no hacía. -Te necesité cada maldito día.
-Ya estoy aquí, kicci. Y no me iré de nuevo. -Sentenció con firmeza, sus dedos entre mi cabello me regresaron a los días de juventud que compartimos en mi habitación. -Hagamos las cosas bien esta vez.
-¿Dónde estabas? -Pregunté con curiosidad, todavía apoyando la frente en su hombro.
-Ya sabes, por aquí y por allá. -Respondió vagamente. -Reuniendo el valor y el dinero para venir a llevarte conmigo.
-¿A dónde iremos?
-A donde tú quieras.
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young love don't last for life (borill)
FanficEl sabor amargo del alcohol no era especialmente mi favorito, pero descubrí después de la primera vez que podía tener pequeños momentos de felicidad durante las noches de los viernes cuando Mikhail y yo compartíamos una botella de vodka sobre su cam...