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Dos días después Wang Yibo salió de su aislamiento, lo único que deseaba más que darse una ducha de agua fría era encontrarse con Xiao Zhan luego de dos semanas separados. Pero según lo planeado, Xiao Zhan debía golpearlo y culparle de lo que Su Bai le había hecho en su ausencia.

Por esa misma razón, un cariñoso abrazo no fue lo que se llevó por parte del pelinegro, ya que este en cuanto lo vio aproximarse a él, recibió una fuerte patada en el abdomen que lo dejó sin aliento, Wang Yibo cayó al suelo apoyando la palma de sus manos en su estómago una vez que recibió el golpe, Xiao no le dio tregua alguna, ya que se abalanzó sobre él golpeándolo una y otra vez en su cara.

— Xiao Zhan.

Gritó Wang Yibo actuando, aún así, su objetivo seguía siendo el mismo, no lastimar a Xiao Zhan, pero en cuanto Su Bai salió a ver la pelea, tuvo que empujarlo con fuerza. Arriba, los presos miraban la pelea como si fuese parte de un espectáculo, incluyendo a Su Bai que estaba junto a Bae.

— Eres un hijo de puta mentiroso Wang Yibo.

Vocifera el pelinegro intentando golpear su rostro una vez más, pero Wang lo supo esquivar, ya que todo lo que este sabía se lo había enseñado el propio castaño.

— ¿Qué es lo que te pasa? No estoy entendiendo nada.

Wang Yibo se acercó a él y lejos de estar calmado, recibió un golpe lateral en las costillas que lo dobló del dolor.

— No intentes hacerte el inocente conmigo, no me engañas más Wang Yibo.

Habló un enojado Xiao Zhan, pero a su vez con dolor por los golpes que le propinaba al castaño, sabía que se le estaba escapando de sus manos, pero tenía que hacerlo.

— No sé de qué me hablas.

— ¿Cómo pudiste? Yo confié en ti, eres un cabrón.

Wang Yibo se dejó pegar esta vez cerca de la boca, luego llevó su mano a su labio roto y sintió un sabor metálico apoderarse de su paladar, claramente había sacado sangre de este. Rió internamente porque por fin, su pequeño chico se sabía defender.

— Xiao Zhan vamos a nuestra celda, hablemos ahí, sigo sin entender lo que está pasando...

— Por tu culpa estuve dos días en la enfermería, diste la orden de que metieran droga en mi...

Se quedó en silencio cuando dos guardias de seguridad se acercaron a ellos. Al ver que no pasaba nada, se retiraron quedándose bastante alejados de los dos. Wang Yibo rodeó los ojos haciéndose el confundido.

— Yo no tráfico con droga Xiao Zhan, y no di ninguna orden.

— Mentiroso.

— Ya basta Xiao Zhan. ¿Quién te dijo semejante estupidez?

— Su Bai me contó la verdad y Bae, el tipo que enviaste a cuidarme me lo confirmó.

Wang Yibo alzó la mirada para ver a los hombres que antes Xiao Zhan habían mencionado, Su Bai tenía una sonrisa victoriosa dibujada en su rostro, pues para él, todo había salido como él quería.

Wang Yibo se acercó a Xiao Zhan y lo agarró por la cintura.

—Lo hiciste muy bien Xiao Zhan, ese imbécil cree que ha ganado— Wang Yibo se alejó un poco de él — Xiao Zhan mírame. — El pelinegro alzó la mirada encontrándose con los ojos de Wang Yibo, ahora se daba cuenta que este podía convertirse en su debilidad, y que estaban hechos él uno para el otro — ¿Crees que yo sea capaz de eso?

— Eres respetado aquí. Todos te temen y no sé de dónde sacas tanto dinero cuando ni siquiera trabajas en los talleres.

Clamó Xiao Zhan furioso.

— Zhan, no puedes ser tan ingenuo.

— Te estuviste burlando de mí.

— Deja de ser tan estúpido niñato de mierda.

Dijo un Wang Yibo ya furioso.

El nombrado no le quitaba los ojos de encima a su oponente. Wang Yibo lo miraba profundo, frío, retador. La respiración de ambos estaba calmada.

—¿Por qué no repites eso que me llamaste?—una media sonrisa se disparó de los labios de Wang.

A Xiao Zhan le estaba gustando mucho ese juego. Se acercó más al cuerpo del castaño, dejando ver que era su un poco más alto que él.

— Puedes lamerme las bolas, Wang Yibo —sonrió.

No hizo falta saber que pasó después. Inmediatamente Wang Yibo dirigió su puño al estómago de Xiao Zhan, sacándole una buena cantidad de aire. Xiao se tomó la zona dañada, escupiendo algo de saliva en el proceso. Sintió como el castaño tomaba su cabello y lo apretaba con fuerza, obligándolo a verlo a los ojos.

Sonrió con burla en medio del dolor, el rostro de Wang Yibo ardía y no por la furia.

— Será un honor, lamerte las bolas— Dijo en un susurro, esa voz ronca y demandante, lograba hacer que cualquiera lo deseara.

—Te diré algo, Wang...—susurró escuchando con deleite como el otro hombre gruñía. —Yo haré lo que quiera, no necesito ya tu protección. —apretó más su tráquea obligándolo a abrir la boca. —Puedes besar mi trasero, imbécil.

Lo soltó con fuerza, pero claramente no se quedaría así. Wang Yibo se volteó para encararlo. A los segundos ambos estaban rodando en el suelo, repartiendo golpes para nada suaves y sangrando en diferentes partes de su rostro.

Dylan trató de ayudar a Wang Yibo, pero con un empujón de Zhan terminó en el suelo, pegando su rostro en el suelo. Todos los presos bajaron haciendo un círculo alrededor de la pelea, viendo como los dos presos se masacraban entre sí, incluso esperando un ganador. Fue hasta el rato donde dos guardias de seguridad llegaron a separarlos. Zhan no dejaba de sonreír a pesar del daño, aquello estaba siendo tan perfecto, pero aun así terminó con su ceja y mejilla sangrando. Wang sólo quedó con heridas en ambos labios y un corte en su frente.

—Te mataré. —amenazó Wang Yibo.

Xiao Zhan ese mismo día fue trasladado de celda, le tocó ahora compartir litera con Bae, ya que el mayor se había quedado solo luego de que su compañero recibiera la libertad en la mañana. Por otro lado Wang Yibo se quedó solo en su celda, rasgó un pedazo de sábana para así poder limpiar su herida. Cuando estaba mirándose al espejo de su celda vio el reflejo de Dylan acercarse a él.

— ¿Qué mierda pasó en mi ausencia Dylan?

Simuló Wang Yibo en una pregunta.

— Su Bai, eso pasó, el muy hijo de puta entró a tu celda, agarró a Xiao Zhan desprevenido y le introdujo una bolsita de droga en su interior. Wang Yibo, la historia se repitió. — Sólo que aquella historia había terminado mal, la única diferencia que ninguno de ellos abusó sexualmente del pelinegro.

— Bae me traicionó, nunca pensé que él haría algo como eso.

— Ya sabes que no debes confiar en nadie Wang Yibo.

Mientras Dylan le hablaba, Wang Yibo veía a Bae pasar cerca de su celda con Xiao Zhan, el pelinegro lo miró de reojo, fue la señal de ambos para seguir la otra parte del plan.

Wang Yibo agarró un pedazo de espejo roto que tenia escondido debajo de su colchón y salió detrás de ellos.

— Wang Yibo. ¿Qué harás?

Quiso saber un aterrado Dylan.

— Bae.

El castaño nombró al mayor esquivando a Dylan de un empujón cuando intentó detenerlo. Cuando estuvo ya cerca de él, le dio un falso abrazo y le enterró el cristal en un punto de su abdomen que no fuese un riesgo para su vida. Bae lo miró con los ojos bien abiertos, Xiao Zhan se quedó inmóvil viendo como Wang se alejaba de ellos luego de hacer aquello.

— ¡Ayuda! ¡Que alguien me ayude!

Exclamó Xiao Zhan sosteniendo a Bae por la cintura para evitar que este cayera al suelo. Rápidamente tres oficiales llegaron a ellos y se llevaron a Bae a enfermería.

Xiao Zhan: ¿Cómo sabrás donde apuñalarlo?

Wang Yibo: No lo sabré.

𝑫𝒂𝒓𝒌 𝑫𝒆𝒔𝒔𝒊𝒓𝒆𝒔 [𝒀𝒊𝒛𝒉𝒂𝒏]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora