La atormenta que retumba afuera de mi ventana ha terminado de arruinar todos mis malditos planes. Me había prometido ir al campo y poder tomar las fotografías que se supone, tenía que sacar desde hace dos semanas, pero que me hice la tonta y le he dado largas, y cuando por fin decido ir a sacarla, se viene la tormenta.
Con lo mucho que detesto la maldita lluvia.
Mi única opción es esperar a que termine el diluvio e irme, o hacerme pato dos semanas más hasta que vengan nuevamente las ganas de ir al campo.
mierda.
Suspirando me tumbo en la cama y me quedo viendo el techo color blanco, esperando a que cese la lluvia, pero parece que entre más espero, menos cesa.
¡Al carajo!
Gruñendo me levanto y dejo en su caja mi muy hermosa y muy querida Canon de 20.2 megapixeles, sobre la cómoda. Ni modo, he de esperarme otras dos semanas. No estoy de humor como para esperar, más a parte de que soy la persona menos paciente que existe en este mundo.
Me quito la chamarra color vino, para después aventarla al sillón desgastado que hay junto a la ventana de mi pequeño, pero muy acogedor cuarto y me decido ir a la cocina por un vaso de leche y una buena porción de Nutella y así tumbarme en la cama con la portátil en mi regazo y poder disfrutar de mi cita con American horror Story, es lo menos que me merezco ¿no?Bueno, aunque no me lo merezca, eso haré.
Dirigiéndome a la cocina, que aparentemente está deshabitada, -gracias a Dios- me dispongo a buscar mi droga... o sea la Nutella. Cada cucharada que me meto a la boca es como si estuviera teniendo un orgasmo en mi paladar, y puedo asegurar que más de uno piensa igual que yo. ¿A quién diablos no le puede gustar la Nutella? ¡A nadie! O bueno, sólo a los locos borrachos como mi amigo Jared.
Abro las puertas de la alacena, donde normalmente pongo el bote, pero no hay nada... Frunzo el ceño pensando si realmente lo he dejado ahí, haciendo una recopilación de la última vez que lo tomé...
oh, no.
Cierro y abro las otras puertitas, pero siguen igual que las anteriores.
No, no, no.
Sharon....
Azotando los cajones de la cocina, me encamino a zancadas a la habitación de mi compañera de piso...y aunque en estos momentos me cuesta decirlo, también es mi mejor amiga, y de una patada abro la puerta haciendo que se despierte bruscamente de su siesta.
—¿Qué te pasa? -brama.
—¿Por qué demonios te comiste mi Nutella?
Incorporándose en la cama, con su cabello pelirrojo todo despeinado y una muy mala cara, me mira y parece que está apunto de explotar.
—¿De qué carajo hablas? ¡yo no me comí tu puto chocolate!Ah, ¡Sharon de mi amargado corazón!
¿Pero es que piensa que me chupo el dedo?
En este apartamento únicamente vivimos tres personas; Sharon, Jared, y yo. Y Jared odia la Nutella. Fulminándola con la mirada, estoy apunto de exigirle que me compre un bote nuevo, pero, digamos que mi amiga me conoce perfectamente bien así que me gana antes que pueda siquiera decir media palabra.
—Jad fue. Él y su novia tuvieron la grandiosa idea de tener sexo, mientras ella se comía la Nutella de su....
—¡De cuerdo, ya! —la interrumpo sabiendas de lo que estuvo apunto de contarme, consciente de la repulsión que esto me provoca y los efectos que tiene en mi estómago.
Con tan solo imaginar a mi baboso compañero de piso... Bah, qué asco.
Salgo de su habitación, mientras ella me grita maldiciones, diciendo que como vuelva a entrar así a su habitación me va a meter la Nutella por el trasero.
En otras circunstancias me hubiera dado risa, pero ahorita me encuentro suficientemente enojada como para andarme con bromitas. Aunque sé que es una estupidez; no tolero que agarren lo que no es suyo.
Abro la última puerta desgastada del pasillo y casi de inmediato me invade un terrible olor a pies sudorosos y calzones sucios... Jared.
Ignorando el espantoso olor, me concentro unos segundos en el par de traseros desnudos que se hallan tumbados bocabajo sobre el colchón.
Resoplo, me da ganas de echarles una cubeta de agua helando, pero me abstengo, si lo hago, seguro que me lo regresaran, y peor.
Desviando la vista de esa escena poco grata y tan desagradable, me encuentro con mi bote de Nutella tirado en el suelo, a punto de terminar.
Hijos de la....
Me acerco para tomarlo y poder aventárselos en la cara, pero me arrepiento de inmediato, sabrá dios dónde ha estado esa Nutella.
Volteo a su mesita de noche donde hay tres condónes ya usados, ¿Es que no pueden ser más higiénicos? Conteniéndome a vomitar en su alfombra gris observo su cartera junto a la lámpara desgastada color roja...
Idiotas.
Alzando la comisura de los labios, tomo la cartera con las puntas de los dedos y saco un billete de cien dólares. Espero se dé cuenta que tomé el dinero y jamás vuelva a comerse mi Nutella.
Salgo a toda prisa, desando respirar aire limpio y me dispongo a lavar mis ya infectadas manos. Dios, ¿Es que Jad no puede ser un poco más limpio? Y peor aun ¿A su novia Lindsay no le da asco dormir y tener sexo en ese cuarto tan infernal? Puede agarrar una enfermedad ¿No?
![](https://img.wattpad.com/cover/39762230-288-k6332.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Despierta ©
RomanceA veces, llegas a un punto en el que caes, te hundes, y aunque tienes una soga para sostenerte, no la aceptas. Pero no porque no quieras, sino por miedo a que ésta en el camino se rompa y el dolor sea mucho peor que el primero, hasta llegar al punt...