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No había podido pegar el ojo en toda la noche luego de escuchar la conversación de mi hermano y mi cuñada; por más que le daba vueltas al asunto el resultado era el mismo: era absurdo, insólito llegar a creer que Usako estuviera enamorada de mí. ¿Cómo podría ser? Siempre la he visto como una hermanita menor, tal como lo dijo Endymion, aunque de cierto modo las suposiciones de Serenity sembraron dudas en mí.¿No has visto cómo se comporta cuando viene de visita? Cómo lo abraza, como lo mira…
Casi siempre se abalanzaba sobre mí, me abrazaba fuertemente y permanecía aferrada, como si no quisiera dejarme ir nunca, pero jamás vi algo de malo en ello, desde pequeña lo hacía y jamás fue motivo de problemas, no entiendo ¿porque ahora lo es? pensé en esos momentos.La alarma de mi teléfono celular sonó, haciéndome sobresaltar, parpadee un par de veces y lo tome de la mesa de noche para apagarla; me dirigí al armario y preparé mis cosas para ir a la universidad, dándome una ducha rápida después y bajando a desayunar con la familia.
―Buen día― saludé de la manera más cortés, camuflando la sensación que me producía estar en ese comedor; principalmente por que fue justo Serenity la primera persona a la que vi una vez entré.
Ella no me miraba con buenos ojos, como de costumbre.
―¿Qué tal tu primera noche?
Preocupante y todo gracias a tu esposa me digo a mí mismo.
―Un poco… rara.
―Comprendo. No es fácil acostumbrarse a dormir solo de nuevo.
‹‹Justo en la llaga.››
―Si― digo en medio de un suspiro.
―Me voy a ver a Usagi, ya se le está haciendo tarde para la escuela―dijo Serenity.
Un pretexto más para no compartir la mesa conmigo.
Kakyu se acercó con una charola, en ella traía mi desayuno, tan pronto clave mi tenedor en un trozo de piña escuché los gritos desesperados de Usako, además de los regaños de su madre.
― ¿Cuántas veces tengo que decirte que te acuestes temprano? Tú y ese bendito celular. ¡Apresúrate! ¡O no te dejarán entrar!
Usako llegó corriendo a la mesa, con su mochila a rastras y su saco del uniforme a medio abotonar. Tomó una tostada y una manzana.
―Hola Tío… Hola papá y, Adiós.
―Usagi, espera.
Ella se detuvo en seco y después se giró hacia el comedor, se veía ansiosa y con deseos fervientes de salir corriendo. Eran más de las 8, era lógico que se sintiera así de apurada.
― ¿Y ahora qué? no me digas que me vas a preguntar si esto― señaló hacia cada uno de los alimentos que llevaba en las manos―, es lo que voy a desayunar.
―No, no es eso. Es sólo que necesito que nos reunamos para hablar.
―Que nos reunamos ¿Quiénes?― inquiría mirándonos a cada uno.
―Los cuatro: Tu madre, tu tío, tú y yo.
Así que Endymion había decidido actuar rápido, era de esperarse, si Serenity lucía un poco nerviosa aunque se esforzara por disimular. Quizá temía equivocarse o aun peor la reacción de Usako cuando supiera la verdadera razón detrás del comportamiento tan estricto de su madre.
― ¿De qué quieres que hablemos?― le pregunté aun sabiendo la respuesta.
Cruzamos miradas.
―Es un tema… delicado.
El ambiente se cubrió con un silencio desolador. Mismo que sería interrumpido por un grito de Usako:
― ¡Es tardísimo! Lo siento, pero me tengo que ir. Después hablamos… bye.
Usako corrió hasta la puerta, dejándonos a todos con la palabra en la boca.
Endymion volteó hacia la mesa, dándome una mirada casi afligida.
― ¿De qué quieres que hablemos?― reiteré la pregunta de hacía unos minutos.
La mirada de Endymion cambió de expresión ante mi pregunta, podría jurar que estaba avergonzado.
―Cuando Usagi regrese de su escuela. Necesito que estemos los cuatro reunidos, es un tema que nos atañe a todos.
Asentí en repetidas ocasiones. Respiré hondo y bebí un poco más de jugo. Eso me ayudó a relajarme para no confrontarlos en ese momento.
―Está bien; siendo así me marcho.
Tomé mi mochila y salí en dirección a la universidad. Alcancé a escuchar la despedida de Endymion y Serenity, la cual fue frívola y carente del amor desbordante que solían demostrar.
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🦋 . 𝐌𝗮𝘀 𝐀𝗹𝗹𝗮 𝐃𝗲 𝐋𝗮 𝕄𝘂𝗲𝗿𝘁𝗲🦋 (Terminada. ✔️)
FanfictionDarien Shields tenía la vida perfecta, una novia perfecta y por supuesto un futuro brillante, nunca había conocido el concepto de la tristeza; hasta esa fatídica noche en la que por una muy mala jugada del destino pierde a su único y verdadero a...