Luna Oscura

Feliz Aniversario

No puedo creer que ya haya pasado un año desde la primera publicación de esta historia. Me había imaginado haber terminado este libro para estas alturas del año pero bueno, no puedo decir que me queje del punto de la historia en el que estoy.

Todavía no he contado nada de los personajes principales de esta historia y fue por eso que me pregunté, de qué manera podría celebrar esta ocasión. Así que después de mucho pensarlo he decidido hacerlo de esta forma.

Quiero agradecer a las personas que comenzaron la historia, que la leyeron en su primer borrador y que le dan una oportunidad a esta nueva versión ❤️. Gracias por ser parte de Dayra y de Ascian.

Los sucesos aquí narrados nunca sucedieron, no afectan el desarrollo de la historia y no tendrán relevancia ni en las muestras del pasado y el futuro de Dayra o Ascian, pero fue lo única forma que encontré de darles una muestra de cómo serían ambos, sin ninguna máscara.

Espero que lo disfruten ☺️, aunque es probable que vuelva a publicar el capítulo con las correcciones ortográficas correspondientes, ya que no me ha dado tiempo de pasarlo por Word.

~🌗~

Reino de Khelvar.

Milenio 1. Siglo 3. Año 05.

La Princesa Dayra miró el salón con nerviosismo. Había tantas personas que no conocía mientras que la animada música del violín solo aumentaba su temor, ella no sabía bailar.

Buscó a su hermano para encontrarlo bastante alegre en compañía de otros niños, hijos de importantes nobles de todo el continente que se habían reunido para la celebración que el Rey Deizon habría organizado.

Consideró durante un momento ir con su hermano pero lo desechó al instante, ¿Qué es lo que haría con todos esos niños?, la mayoría de veces no entendía los chistes de los que hacían y sus juegos le parecían muy agotadores. Aunque se divertía con su hermano, no lo hacía tanto cuando estaba en compañía de otros niños.

«Si solo Alice estuviera aquí...» pensó con tristeza.

La Reina Kelyha vió a su hija en medio del salón, que miraba a todos lados en busca de una salida y no pudo evitar sonreír. Se acercó con su hija, pasando en medio de los invitados que se reverenciaban al verla, le tocó el hombro con suavidad al llegar a su lado, asustándola.

—¿Pasa algo, Dayra?—le preguntó con calidez.

—No, mamá—dijo ella, sonriéndole a su madre—. No sucede nada.

—¿Segura?—preguntó con una sonrisa—, no tienes cara de que no pase nada.

La Princesa Dayra lo pensó durante un rato antes de hace una mueca de completo aburrimiento que hizo que la sonrisa dulce de su madre aumentara.

—Estoy aburrida—confesó la pequeña, cruzándose de brazos—, y no puedo ir con Caius porque está jugando con otros niños y no quiero incomodarle pero tampoco puedo irme porque no quiero que papá se enfade.

La Reina miró a su hija con ternura, desde que ella había tenido consciencia había estado preocupada por quienes la rodeaban y sopesando cada una de sus acciones para que no fueran a afectar a nadie.

Había demostrado las cualidades que debía tener una buena reina y ella no dudaba un solo segundo que lo sería.

—Dudo que tu padre se entere de que te has ido—le dijo la Reina Kelyha con dulzura—, ¿Por qué no vas al jardín a distraerte?