Capítulo 9

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Capítulo 9
“¿Quién ganará?”

Bianca Ferrari.

Aún recuerdo la cara de James mientras bailaba. En un principio fue de excitación, sus ojos irradiaban lujuria, por mí, cuando me veía moverme de manera sexy. Luego, en el momento que desprendí mi top mostrando el corpiño, su rostro cambió a uno furioso, ira que no iba dirigida a mí, sino a todo aquel que me mirara. Prácticamente todos y todas.

Cuando nuestras miradas se encontraron, mis manos comenzaron a recorrer mi cuerpo, de la forma que quería que él me tocara.

La manera en la que deseo que el me toque.

Terminé con un beso a Samantha, la chica que había conocido en esa misma fiesta. Una chica muy hermosa y agradable.

Un beso de amigas. Fue sensual y lo disfrute.

Aunque, siendo sincera, no niego ni afirmo haber imaginado y deseado sus labios sobre los míos.

Como si fuera poco, mi fin de semana se basó en no dejar de pensar en nuestro encuentro en una de las habitaciones, solo nos rozamos, pero me volví loca, perdí mis sentidos, sentía que ardía por dentro y también por fuera.

No logro entender, no sé como comportarme, son nuevas las emociones, sensaciones, son extraños y desconocidos los sentimientos que me invaden. Me siento diferente, no pienso antes de actuar, me dejo llevar por mi cuerpo.

El corazón se me acelera cuando él se encuentra cerca de mi.
Estoy en un incendio del que sólo van a quedar ruinas una vez que se apague.

El acuerdo de odiarnos sigue en pie, aunque de mi parte lo que menos siento por él es odio.

No quiero que James tenga lugar en mi mente, pero me cuesta, se me dificulta mucho. Me visita frecuentemente en mis sueños.

...

Nuevamente inicio de semana.

Bajo a desayunar con mi familia, cuando podemos desayunar los cuatro juntos lo disfruto mucho. Si bien disfruto la soledad en mi biblioteca o en mi habitación sé que es necesario momentos sociables y eso incluye compartir con mi familia.

Con una sonrisa digo.

—Buenos días.

—Buenos días, cariño—dice mi madre.

Me acerco a mi padre y él toma mi rostro en sus manos y me da un beso en la frente.

Nuestra relación es la mejor del mundo, es de mis personas favoritas. Es especial, confío ciegamente en él, podemos tener conversaciones de todo tipo sin aburrirnos. Parte de responder con sarcasmo y siempre con altura sin necesidad de insultos o tener seguridad en mí, me lo inculcó él.

Mi madre es la que consiente a mi hermano y padre a mí.

—¡El sábado a la madrugada nos iremos a Grecia! —exclama mi madre eufórica.

—¡Genial! —digo, necesito un descanso de James y de la patética rivalidad entre nosotros—. Ya necesitábamos un viaje familiar.

Mis padres se miran y Dante agrega.

—Viaje familiar, con los Johnson.

¿Qué?

No puede ser, no puedo irme a Grecia y verlo allí. Será lo más parecido a ver un Dios girego, me niego.
No lo voy a negar, soy buena en casi todo, pero no tengo un autocontrol tan fuerte.

El último año Donde viven las historias. Descúbrelo ahora