Capítulo 4

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Este relato contiene un alto contenido sexual y lenguaje obsceno, con escenas de sexo implícito.
Calificada para mayores de +18

EL DÍA HABÍA SIDO COMPLICADO y duro para Mónica en el hospital. Iban escasos de personal lo cual significaba que tenían más trabajo. Acababa agotada, en cuanto llegara a casa llenaría la bañera y se tomaría un buen baño de agua caliente. Después tenía que ponerse a recoger algo la casa porque había quedado con Frank y no le gustaba que pensara que era una dejada.

La verdad es que no tenía muchas cosas en su casa, procuraba dejar siempre todo ordenado antes de salir para el trabajo. Alguien diría más bien que era minimalista. No porque no pudiera comprar más cosas sino porque en realidad no las necesitaba.

Llenó la bañera hasta arriba con sus sales favoritas y se introdujo en ella. El agua caliente le provocó una sensación muy agradable. Sus manos jugaban con la espuma y recorrían su cuerpo suavemente desde el ombligo bajando hasta su vello púbico en forma de uve. Estaba tentada de acariciarse el clítoris pero pensó que acabaría masturbándose y prefería correrse con una buena polla y no con su dedo.

Al teléfono llegó una notificación. Lo había dejado sobre el lavabo y no alcanzaba a cogerlo, tendría que salir de la bañera para ver quien era.

Se envolvió con una toalla para no coger frío. Pero al coger el móvil se le cayó la toalla quedando desnuda mientras leía:

-Voy a follarte hasta que pierdas el sentido.

Madre mía que directo. Leer eso hizo que inmediatamente su entrepierna se humedeciera y se sintiera excitada.

-¿A qué hora quedamos?

-Estoy en la puerta, si me abres...

Vaya... pensó en decirle que volviera más tarde, pero pensándolo bien estaba excitadísima... No recordaba cuantas veces había imaginado un encuentro como aquel. Sus fantasías llenas de pasión, deseo y un fuego abrasador le recorria las entrañas. Y ahora sus más húmedas fantasías se harían realidad.

Sonó el timbre. Mónica pensó en taparse con la toalla pero decidió que abriría la puerta así, desnuda.

Cuando Frank la vio como Dios la trajo al mundo se le cortó la respiración.

-¿Así abres la puerta a la gente?

-Bueno es que me has hecho salir de la bañera.

Se apartó para dejarlo entrar. Frank cerró la puerta tras él y entró hasta el comedor. Se paró delante del sofá mientras se quitaba el cinturón.

Mónica le siguió en silencio, mirándolo atentamente.

-De rodillas. -ordenó.

Ella se puso de rodillas mirándolo divertida. Le ató el cinturón al cuello y empezó a tirar de ella para que anduviera a gatas. La hacía caminar tirando con una mano mientras con la otra le dio un azote que la sorprendió.

-¿Pero qué... -se quejó.

-Has sido mala y mereces un castigo. -La azotó de nuevo. Y volvió hacerlo, sus nalgas se enrojecieron de inmediato y le transmitieron un agradable calor directamente a su sexo intensificando la excitación.

La llevó de esta manera hasta el dormitorio.

-Bájame la bragueta. -dijo mientras la sujetaba con la correa.

A Mónica se le hizo la boca agua al ver el bulto en la entrepierna. Le obedeció e introdujo la mano en la bragueta sintiendo su calor y como su verga a penas cabía en el pantalón. Cuando la liberó no hizo falta que le dijera nada más. Cerró los ojos y sacó la lengua y la recorrió desde la punta bajando lentamente hasta abajo. Después subió lamiendo como si se tratara de un sabroso helado hasta la punta dejando un hilo de saliva en el glande.

-Abre la boca. -Le ordenó Fran y empujó para que entrara en esa jugosa cavidad caliente y húmeda.

Conny movió la cabeza adelante y atrás mientras sujetaba la polla con un mano y la movía masajeándola.

-Aaaahhh,... que bien la comes. -Frank le sujetaba la cabeza apretándola para que su verga entrara más al fondo.

Frank le estaba follando la boca sin piedad, casi le llegaba a la garganta ahogándola cuando apretaba y no dejaba que echara la cabeza hacia atrás. Al final la liberó. Y sacó ese enorme falo totalmente impregnado en saliva caliente. Le quitó la correa del cuello y tirando de un brazo la levantó arrastrándola hasta la cama.

-Ponte a cuatro patas y ven al borde de la cama.

Sin previo aviso Frank la azotó de nuevo y otra vez en la otra nalga.

Rozó con la punta de la polla la húmeda vagina pero no la penetró.

-Muévete adelante y atrás.

Monica empezó un vaivén atrás, adelante, se estaba follando ella misma con la polla de Frank. Cada vez más fuerte, más hondo. Sintió como un orgasmo le subía desde lo más profundo de sus entrañas. La azotó de nuevo cogiéndola después por las caderas y clavándose en ella hasta el fondo. Estalló en un orgasmo que la hizo gritar. El placer le recorrió las caderas llenando su interior de una sensación indescriptible. Monica sintió que se derretía. Menos mal que no se masturbó antes. Frank se apoderó de todo su placer y siguió embistiendo estaba a punto de perder el control, deseaba correrse ya. Se la sacó de repente y tiró de ella para que se arrodillara a sus pies. Y sin mediar palabra se la metió en la boca mientras se corría, la sacó y acabó de tirarle la leche por la cara y los pechos, cayéndole por el ombligo, marcándola como a su perra. Se quedó ahí mirándola empapada con su semen, oliendo a sexo y recuperando el aliento. Sintió ganas de orinar y lo hizo sobre ella.

-Abre la boca -le dijo, y le orinó completamente la boca mientras ese líquido cálido y amarillo caía por el pecho, el vientre, las piernas, hasta el suelo. La había marcado. Esa era su perra.

Fue una sensación sublime. No había pudor en lo que acababan de experimentar. Dos amantes que se habían abandonado al más puro placer.

Frank pensó en follarla hoy por última vez, no deseaba cogerle cariño pero cualquiera se resistía a experimentar semejante placer con una puta tan complaciente.

Le gustaban mucho las mujeres y prefería la variedad a atarse a la misma persona. No deseaba verse envuelto en ninguna relación. Debía hacerlo, debía dejarla, pero tal vez más adelante. Mientras disfrutaría de sus orgasmos todo lo que pudiera.

Si te está gustando este libro no olvides darle mucho amor y comentar.

Eso me anima a seguir escribiendo sobre este tema.

Deseo CarnalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora