Capítulo 7

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MÓNICA SE SORPRENDIÓ a si misma cuando apartó la mano de la entrepierna de él. No recordaba en qué momento su mano había bajado hasta ahí. Era evidente que John estaba deseoso de que continuara con los tocamientos, así que se bajó la bragueta y le facilitó la labor sacando su dura verga. Mónica bajó la mirada y se sorprendió del tamaño de ese miembro. Se le hizo la boca agua al verlo enhiesto y no pudo reprimirse. Dobló las rodillas hasta que su boca quedó a la altura de ese miembro viril. Lo rodeó con una mano y lo dirigió hacia su boca que lo recibió ansiosa.

Empezó a chupar y succionar hambrienta, embriagada por ese aroma a masculinidad. Lo notaba palpitar. De vez en cuando abría la boca y lo dejaba escapar dejando un hilo de saliva para recorrerlo con la lengua hasta sus testículos. A la vez que asía con una mano   ese miembro, con la otra apretaba alternativamente los testículos arrancándole gemidos de placer lo que le indicaba que ese hombre al que acababa de conocer estaba disfrutando con sus atenciones. 

John la cogió de los hombros obligándola a levantarse mientras una de sus manos se apoderaba de uno de sus generosos pechos apretándolo y retorciéndole magistralmente uno de sus pezones. Esta vez fue ella la que gimió de placer. Mónica lo guió hasta su dormitorio agarrándolo de la polla y ahí se desvistieron impacientes. Mónica lo tumbó y se sentó a horcajadas sobre su duro miembro que invadió su intimidad clavándose en él hasta lo más profundo mientras se movía en círculos para sentirlo.

John pellizcaba los pezones haciéndola jadear mientras empujaba su miembro arriba y abajo para llegar hasta el fondo. No iba a poder aguantar mucho más, estaba a punto de correrse pero no quería hacerlo antes que ella, así que se refrenó un poco y cuando sintió que Mónica estaba a punto de derretirse sobre él aceleró el ritmo lo que provocó en ella un orgasmo que la hizo gritar hasta casi perder el sentido. John se abandonó al placer y la tumbó de espaldas para derramarse sobre su vientre llenándolo de semen y restregando su verga en él. Mónica seguía estremeciéndose con los últimos espasmos del orgasmo. John subió hasta su boca para que se la limpiara a lo que Mónica reaccionó gustosa succionando hasta la última gota de ese néctar delicioso.  Y se dejó caer a su lado completamente satisfecho. 

 Cuando recobraron el aliento, John la miró con esos ojos color oscuridad, Mónica se reflejaba en ellos y pensó que tal vez el futuro la pillaría por sorpresa, sentía que flotaba en el aire su felicidad. Mientras notaba en su piel sus caricias y sentía su aroma. Había soñado con esos ojos mirándola fijamente y ahora que lo tenía al lado no sabía si estaba entendiendo bien la situación.

Grácias por leerme, si le va gustando la temática no olviden regalarme una estrellita. Eso me anima mucho a seguir escribiendo.




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