capítulo 10

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Mónica estaba dando los últimos toques a su maquillaje. Los labios rojos y los ojos perfilados en negro. Ropa interior negra, medias de liguero y minifalda. Ese top remarcaba sus pechos levantándolos.

Esa noche habían quedado en verse en el coche, follarían en él como dos adolescentes. Mónica le recogió y se sentó en el asiento de atrás. Mientras ella conducía él le iba tocando los pechos por debajo del top. Aquello la encendió al instante. Su mano bajó hasta su entrepierna perfectamente depilada. Estaba mojada y excitada, deseosa de que la tomara.

—Tengo la polla durísima. Tendrás que atenderla muy bien.

—mmm....

John había introducido un dedo en la boca de Mónica y ella succionaba con desespero. Su sexo ardía.

Se pararon a las afueras de la ciudad en un aparcamiento donde ya había varios coches. Se trataba de un picadero donde acudían los amantes furtivos a darse el lote.

—Baja del coche y sube atrás.

Mónica bajó pero se fue al maletero a buscar una toalla que colocar sobre el asiento trasero. Mientras buscaba no se dio cuenta que John la había seguido hasta que notó sus manos levantándole la falda y bajándole las bragas de encaje.

—No te muevas. —Le ordenó.

John se había arrodillado a sus espaldas y había empezado a lamerle el culo.

Aquello la pilló por sospresa y la hizo gemir de placer.

Mientras no paraba de lamer John introdujo dos dedos en su coño que estaba totalmente húmedo empapándole los dedos completamente. Los movía adentro y afuera. Dentro, fuera mientras su lengua dibujaba círculos en esa abertura prohibida.

Sus entrañas se llenaron del más absoluto placer estallando en la boca de John que succionó con avidez.

John la ayudó a incorporarse mientras le besaba el cuello y la asía fuertemente de los pechos apretándolos.

Mónica se giró para besarlo y entonces vio que un coche había aparcado junto al suyo. En su interior había un chico joven con la ventanilla bajada y era evidente que se estaba masturbando. Mónica le sonrió y le excitó muchísimo sentirse observada. John ya se había dado cuenta de que tenían público pero no le importó y siguió dando rienda suelta a su imaginación.

John la poseyó ahí mismo sabiéndose observado la penetró desde atrás contra el coche llegando hasta lo más profundo de su abertura que lo recibía con regocijo. Con cada estocada John sentía el ardor que emanaba de su coño friccionando sus paredes dándole un placer que lo hacía enloquecer. Mónica gemía y jadeaba ruidosamente y eso contribuía a aumentar su excitación. La vio moverse atrás y adelante para ensartarse todavía más profundamente en su estaca. John la azotó a ambos lados de sus nalgas. El observador salió del coche dejándose llevar por la escena porno de la que era testigo y se quedó junto a la puerta de su vehículo observándolos con una mano tocándose los testículos y con la otra  su dura verga.

Aquello excitó muchísimo a John que cogió a Mónica por los hombros obligándola a arquear su espalda y llegando más profundamente. Notaba como los músculos del interior de su vagina se contraían continuamente haciendo que se corriera una vez tras otra. De repente John sacó la polla enrojecida por la excitación y la obligó a arrodillarse.

—Abre la boca

A lo que ella obedeció de inmediato abriendo la boca y sacando la lengua presta a recibir su premio. John explotó en un magnífico orgasmo, derramando su sémen por toda la cara de Mónica que recibió con una sonrisa de satisfacción. A unos metros estaba el observador pajeándose a una velocidad de vértigo y John le invitó a acercarse animándole a meterle la polla en la boca que acababa de llenar de semen. Esta lo recibió con gratitud y succionó hambrienta. Engulléndolo hasta lo más profundo de su garganta.

Deseo CarnalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora