Capítulo 4

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Naruto lamió sus labios con ansiedad, rascó su brazo con duda -¿puedo sentarme a tu lado? -el rubio había buscado un lugar donde sentarse y todo estaba mojado, tal vez era estúpido, pero sólo quería escuchar su historia, el azabache asintió un poco con duda. El pequeño de inmediato tomó lugar a su lado, se puso serio y bastante nervioso -?quieres que te cuente? -el mayor guardó silencio unos minutos, analizaba si era adecuado. Naruto no quería ser quien le contara su dolorosa vida, el azabache había sufrido bastante, estaba nervioso por su silencio, tal vez sólo no debía meterse -no, pienso que si olvidé es porque muy en el fondo no quiero recordar -el pequeño soltó el aire que contenía en su interior, se relajó al escuchar el no, se sentía mal, pero en verdad no quería ser quien lo perturbara y lo hiciera sentir miserable, sabía por Sasuke que su hermano sentía una gran culpa por sus actos, aunque hubiera sido por un sacrificio mayor. Itachi había escuchado ese suspiró de parte del rubio, bajó su rostro con duda, era mejor así, algo le decía que no debía recordar.

Los dos guardaban silencio escuchando el ruido tranquilizador de la cascada -¿por qué has venido a este aldea?, por lo que sé está bastante oculta del mundo -el pequeño lo escuchó con atención dejándose caer en la piedra, acostado podía observar los grandes y frondosos árboles, analizaba cómo explicarle, era alguien que significó bastante en su vida, cambió su manera de pensar y ver su sueño de ser Hokage, gracias a la promesa que le hizo rescató a su amigo, además, se sentía en confianza a su lado, a pesar de que fueron enemigos, nunca sintió una intención real de su parte por lastimarlo, ese último encuentro en el claro del bosque antes de su muerte le hizo ver la calidez de su chakra, aunque aún no sabía que era esa sensación.

-Tenía un sueño, uno bastante grande diría yo, en mi infancia los aldeanos y algunos shinobis en Konoha, hicieron de mi vida un infierno, no tenía padres que me cuidaran o vieran por mi, constantemente ignoraban mi existencia y me daban la espalda, a veces me agredían físicamente, en ese tiempo tenía seis años -Itachi escuchaba con atención algo sorprendido por la clase de personas que habitaban esa aldea tan poderosa -no sabía el porqué, simplemente quería que me reconocieran, un día escuché la historia del cuarto Hokage y sus hazañas, estaba maravillado, yo quería ser igual de fantástico que él, yo quería ese reconocimiento para mí, me puse como meta ser el Hokage más poderoso del mundo, me reconocerían y se tragarían sus palabras-

Naruto suspiró hondo -Hace algunos años alguien me dijo "tu no te conviertes en Hokage para ser reconocido por todos, aquel que es reconocido por todos se convierte en Hokage" esas palabras marcaron mi vida, mi manera de pensar y de guiarme, ya no buscaba el reconocimiento, en ese momento ya lo tenía, buscaba marcar la diferencia, me enfoqué en el sueño de mi Ero-sennin -el Uchiha sonrió al escuchar el apodo, era divertido, las palabras que dijo se le hicieron conocidas, llamaron su atención -eso es verdad, un kage debe ser alguien a quien reconozcan -el rubio rio con diversión, desconcertando al azabache -son tus palabras, tú me las dijiste -los ojos perdidos del Uchiha se abrieron con sorpresa, un ligero sonrojo cubrió sus mejillas, el rubio lo vio algo embobado, sacudió su mente, continuó.

-El sueño de mi sensei, Ero-sennin, era la paz del mundo ninja, tengo amigos por todo el mundo ninja, en la guerra alcanzamos esa alianza, esa paz que tanto buscaba mi Ero-sennin -Itachi levantó sus cejas con sorpresa al recordar el nombre del rubio, era el héroe del mundo ninja -cuando lo logramos, me enfoqué nuevamente en mi sueño, ya tenía el reconocimiento y la aceptación, debía cumplir requisitos, a pesar de mi poder, aún era gennin -Itachi guardó silencio, eso no era lógico -el consejo aún no me aceptaba, ponían mucha trabas para dejarme avanzar, con esfuerzo de mi abuela adoptiva, la quinta Hokage y mi otro sensei, Kakashi, ahora el nuevo Hokage, logré llegar a chunin y después a jounin de élite, me entregaron un equipo, ahora todos ellos son jounin, hace unos días, Kakashi-sensei me llamó a su oficina, tenía una noticia importante para mí, creí que era mi momento, estaba feliz, por fin mis esfuerzos de toda mi vida se verían recompensados, podía implementar todos esos proyectos que con mis amigos construí para mejorar la calidad de vida de la gente en la aldea, tenía proyectos para alianzas, todo eso se derrumbó, Kakashi-sensei dijo que el consejo no me veía apto para el puesto, no tenía lo que se necesitaba para ser un líder, él trató de apelar en tres ocasiones distintas, fue rechazado, me harté, me harté de siempre luchar y pelear por un lugar, por mis sueños, por todo, se escuchará cobarde y tonto, pero estoy cansado-

-Toda mi vida ha sido una maldita agonía, renuncié al servicio shinobi, pedí permiso para viajar, llegué a este lugar para ocultarme, sé que tarde o temprano me buscarán y me regresarán, pero por lo menos quiero buscar nuevamente mi camino y tratar de ser feliz -Itachi analizaba sus palabras con cuidado, entendía que su vida había sido complicada -no es de cobardes buscar tu felicidad, no creo que sea tonto, simplemente estás cansado -el rubio giró sus gemas hacia el mayor observándolo con cuidado -realmente siempre has sido alguien amable -el Uchiha sonrió un poco avergonzado -¿por qué te buscarían?, si renunciaste al servicio eres un aldeano más, no deberían buscarte -el rubio rio con sorna -hay una razón por la que mi vida fue una mierda, soy el jinchuriki del kyubi, bastardos idiotas, Kurama es bueno, desde la guerra han usado su imagen como símbolo de la alianza, comerciando con sus muñecos de acción y nadie le ha dado las malditas gracias a mi amigo -

El azabache sonrió divertido -ahora entiendo, gracias kurama-san -Naruto rio con diversión -dice que puedes ponerle un altar y pasar a ser el único Uchiha aceptado en su lista -ambos sonrieron divertidos, el azabache se dio cuenta del apellido que usó para referirse a él, le daba terror y algo de aberración el nombre, no quería indagar.

En las sombras... (Itanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora