Capítulo 5

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-Eres divertido -el rubio sonrió, giró sobre su cuerpo, recargando su rostro en su manos, pataleando ligeramente, observaba con el filo de su mirada el porte del azabache, sonrió al sentirse cómodo a su lado -¿quieres ser mi amigo? -Itachi levantó sus cejas con sorpresa, sonrió ligero, asintió. El rubio sonrió emocionado, respetaría su decisión de no saber de su vida, eso incluía omitir a su amigo, tal vez en un tiempo pueda convencerlo de por lo menos volver a verlo -¿quieres que pesque unos pescados y los comamos juntos?, traje mucha comida que me dieron los aldeanos -el azabache negó -no te preo… -el estómago del mayor sonó, se llenó de vergüenza, había salido sin comer de la aldea -eso es un sí, tu espera que ahora mismo los consigo -el pequeño se desnudó con velocidad a su lado, el azabache podía escuchar que lo hacía, un leve sonrojo cubrió sus mejillas, el rubio se lanzó al lago de la cascada riendo -ahí están bastardos, me los comeré ttebayo -el Uchiha sonreía divertido por lo que escuchaba -el agua está deliciosa, ¿no quieres entrar? -el mayor negó amablemente -no, en otro momento será -el pequeño rio divertido -te lo pierdes Itachi, pero ahora verás, te haré unos pescados deliciosos para celebrar nuestro reencuentro y nueva amistad ttebayo-

El rubio hacía sentir en paz al mayor, por años se sintió fuera de lugar en la pequeña aldea, pasaba horas sentado en ese lugar solo, escuchando los ruidos a su alrededor, sabía que había más allá afuera para él, pero tenía un miedo enorme a regresar, no quería recordar, algo le decía que no debía hacerlo, cuando el rubio le dio la opción de saber, se llenó de pánico y duda, por una parte quería saber quién era, pero por otro lado, su instinto con el que había sobrevivido todo ese tiempo le gritaba que no lo hiciera. sSe alejaba de la aldea para no ser una carga, sabía que había sido un hábil ninja, era ciego, pero podía valerse por sí mismo, parecía que la vista no le faltaba, cazaba y pescaba para alimentarse, tenía muy desarrollado sus otros sentidos. Cuando el rubio llegó lo había escuchado, se molestó por como llegó en sigilo, estaba por derribarlo cuando escuchó su nombre de una voz temblorosa y sorprendida, además, estaba inquieto por no poder sentir su chakra, cuando escuchó que se estaba escondiendo, ahora entendía, debía tener alguna clase de sello, sus conocimientos y memoria del mundo ninja no estaban perdidos, simplemente sus recuerdos sobre su vida y las personas a su alrededor. El doctor le había dicho que era pérdida de memoria selectiva por un trauma emocional, por años ha estado en tratamiento contra el cáncer de pulmón, más la ceguera, aún no entendía porqué seguía vivo.

Un delicioso aroma llegaba a su nariz, tenía hambre, el pequeño tomó su mano y colocó un palito en ella -es pescado, come por favor, ahora saldrá una sopa, los sellos son una maravilla, aquí tengo todo lo que necesito, ya verás, renocerás mis habilidades culinarias de inmediato ttebayo -Itachi se había quedado en blanco cuando sintió la pequeña y suave mano del rubio, giró su rostro con duda, al escucharlo, una sonrisa ligera salió de sus labios. El pequeño lo había visto sonreír en varias ocasiones, le agradó verlo de esa manera, su rostro triste a momentos se borraba, le agradaba su sonrisa, era cálida -¿tus manos no parecen las de un shinobi? -el rubio levantó un puchero -el chakra de Kurama no permite que se formen callos en mis manos, ni cicatrices -el pequeño jaló su mano libre para que tocara su mano -¿sientes?, dicen que tengo manos de bebé, bastardos -

El azabache sonrió divertido -me agradan, son cálidas -el rubio sonrió feliz -es la primera vez que me lo dicen, siempre me han molestado por ello, come que se enfría -al ser despistado el rubio no reparaba en su condición visual, eso le agradaba al Uchiha, que no lo tuviera encima tratando de ayudarlo, sopló su pescado y comenzó a comerlo con tranquilidad -está rico -Naruto sonrió divertido -te lo dije, ahora sale la sopa de hongos, es mi especialidad, mi Ero-sennin me la enseñó, se te caerán los calzones cuando la pruebes -el azabache reprimió una pequeña risa por sus tonterías -que emoción, ya está lista, ahora verás -el rubio colocó el pequeño vaso de bambú con la sopa a su lado -ten cuidado, está caliente, espera unos minutos-

-Traje los pergaminos de mi clan, mañana me pondré a entrenar y a estudiar, quiero conocer todo lo que conlleva mi legado, me da vergüenza que he tenido los pergaminos un tiempo y no los haya puesto en práctica, claro que sé algo de fuinjutsu, pero nada más, dentro de los pergaminos hay libros, ¿quieres que te lea? tienes cara de que eso te gusta -el azabache asintió emocionado, los libros le llamaban la atención, pero su condición no lo permitía y le daba vergüenza buscar a alguien que lo apoyara -te lo agradezco -el pequeño sonrió -perfecto, que los clones entrenen y estudien, mientras nosotros leemos -el azabache sólo asentía, no perdía nada estando a su lado, sabía que no le quedaba mucho y quería disfrutar un poco.

El pequeño abrió sus ojos con terror al reaccionar -nunca creí que mencionaría esas tres palabras en una frase, estoy sintiendo vértigo, estoy madurando, comienzo a envejecer ttebayo -el pequeño se tiró en la roca, comenzó a rodar de un lado a otro -estoy perdidooooo ¿qué sigue?, ¿ya no me gustará el ramen a caso? Itachi sálvame -el azabache soltó una pequeña risita. Naruto se giró, lo vió con sorpresa un poco embelesado, sonrió emocionado con esa pequeña muestra de humanidad del Uchiha -deberías sonreír más seguido, te ves bien -el azabache tomó su cabello con ansiedad, asintió -ya está la sopa comamos- ambos comenzaron a comer con calma -es verdad, está bastante rico -el pequeño rio poquito -lo sabía, soy un maldito chef, eres el primero después de mi Ero-sennin en disfrutar mis deliciosos platillos-

En las sombras... (Itanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora