Capítulo cinco.

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Las manos de Yeonjun aún tiemblan de la impotencia y dolor que hace menos de una hora había sentido. Desde hace un rato se despidió de sus amigos totalmente ido, cuando estuvo a punto de irse Soobin se apresuró a caminar a su lado, y Yeonjun pronto se lo agradecería ya que en reiteradas ocasiones estuvo apunto de caerse al suelo debido a su estado, pero Soobin estuvo ahí para sostenerlo.

Él mayor no era capaz de mantener sus piernas firmes, como si mantener su propio peso fuese la tarea más difícil en ese momento.

La imagen de Beomgyu en aquél edificio lanzándose solo hacía estragos en su mente, se repetía una y otra vez como si estuviera ahí con el único fin de torturarlo. El ritmo cardiaco acelerado de su corazón no lograba calmarse por más aire que intentaba tomar en busca de calma.

Tuvo la suerte de que Beomgyu no le cuestionó nada sobre su accionar en cuanto lo abrazó, inclusive un poco preocupado se dedicó a brindarle caricias en la espalda con el fin de consolarlo.

Ninguno de sus amigos se atrevió a cuestionar el tan extraño actuar de Yeonjun, simplemente asumieron que se había preocupado por Beomgyu, creyendo que pudo haber caído por las escaleras y terminado con lesiones no deseadas y dolorosas.

Ambos azabaches llegaron al edificio donde vivía Yeonjun, él ni siquiera fue capaz de colocar la llave en la cerradura para abrir la puerta del edificio, sus manos temblorosas se lo impedían así qué Soobin tuvo que ayudarlo.

De la misma manera, intentar subir las escaleras era un martirio para él, sus piernas le jugaban en contra así que Soobin también lo ayudo a subir a su departamento. La puerta del departamento fue abierta por él menor, porque parecía que el temblor en las manos de Yeonjun no iba a cesar de ninguna manera.

Soobin acompañó a Yeonjun hasta su habitación y lo ayudó a sentarse en la cama, observó como el mayor luchaba para quitarse las zapatillas con una mano, porque en la otra sostenía con fuerza aquél osito de peluche que había ganado. Su rostro aún parecía consternado, quería preguntar pero sabía que nunca se podían obtener respuestas claras de Yeonjun.

- Yeonjun -llamó a su hyung, él ni siquiera levantó la cabeza para mirarlo, solo asintió levemente para hacerle saber que lo estaba escuchando-. Me quedaré aquí hoy, me preocupa tu estado y no quiero dejarte sólo, ¿Está eso bien para ti?

- Sí -soltó luego de unos segundos en silencio-. Gracias.

Soobin vio como Yeonjun se refregaba la mano hecha un puño por los ojos, seguramente estaba llorando de nuevo. Largando un suspiro se acercó a su amigo y se sentó a un lado suyo, sin saber como iba a responder se permitió abrazarlo.

Yeonjun ni siquiera se quejó del contacto físico, en cambio se recosto contra el pecho de Soobin. En ese momento necesitaba tanto un abrazo.

"Jun".

La voz de Beomgyu susurrando su nombre antes de saltar apareció en su cabeza y pronto las lágrimas comenzaron a caer con fuerza, los sollozos abandonaron su garganta con desesperación mientras se aferraba con fuerza a Soobin.

¿Tan cruel había sido con el chico de ojos bonitos? Él no quería ser malo, no quería serlo, simplemente tenía miedo, miedo de afrontar la muerte de otra persona de nuevo. Odiaba encariñarse con la gente y Beomgyu parecía un chico muy fácil con el cual encariñarse, así que Yeonjun creyó que lo mejor era evitarlo a toda costa para no desarrollar ningún vínculo con él

Yeonjun no evitaba a Beomgyu porque fuese molesto o otra cosa, él lo evitaba porque no quería ver su muerte, ver como moriría aquél chico de ojos bonitos, ver que algún día se apagarian las estrellas en sus ojos.

Y ahora sabía como moriria, Choi Beomgyu se iba a matar y Yeonjun podría ser una de las razones detrás de ello.

El corazón de Soobin dolió con fuerza, era la primera vez que veía de aquélla manera tan lamentable a su hyung.

Your death » YeongyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora