Your death » Yeongyu

Capítulo quince.

Las pijamadas se habían vuelto una de las cosas favoritas de Beomgyu.

Disfrutaba enormemente pasar tiempo junto a sus amigos, nunca había tenido un grupo de amigos que lo incluyeran y lo hicieran sentir cómodo, por eso se sentía tan contento con ellos, aunque a veces insistieran en hacer comentarios poco discretos para molestarlos a él y a Yeonjun. Beomgyu en respuesta solo se sonrojaba y reía nerviosamente mientras Yeonjun los ignoraba con éxito.

Resulta que besarlo frente a sus amigos cambió un poco las cosas, Yeonjun se volvió aún más pegajoso, si es que eso era posible, no se apartaba ni un segundo de Beomgyu y ya no le importaba robarle besos al chico de ojos bonitos enfrente de sus amigos.

Yeonjun se sentía mucho más tranquilo ahora que la muerte de Beomgyu finalmente era en paz, ya había sido así un par de veces pero era un récord que Beomgyu permaneciera con esa muerte por más de una semana, eso quería decir que Yeonjun estaba haciendo las cosas bien. Ahora se permitía disfrutar del tiempo junto a Beomgyu al no tener esa preocupación constante de que éste acabará con su vida, se había acostumbrado mucho a abrazarlo y besarlo, era algo que por el momento no quería cambiar.

No podía decir que estaba enamorado como lo solían molestar sus amigos, porque Yeonjun nunca se había enamorado y no sabía lo que era sentirse de esa manera, la gente solía decir que cuando lo estabas se sentía como si estuvieras flotando en una nube, con el corazón lleno de alegría y emoción.

Yeonjun no se sentía de esa manera con Beomgyu.

Él mantenía una preocupación constante por el menor y normalmente lo único que llenaba su corazón cuando se alejaban era desesperación.

Habían terminado una exitosa noche de películas, las frituras se acabaron mientras el filme iba terminado. Cuando el reloj marcó las dos de la mañana y la tercer películas había terminado decidieron que ya era hora de dormir, así que comenzaron a acomodar los tres colchones en el suelo de la sala de Taehyun.

Con todo ya acomodado cada uno se pudo acostar, iban a dormir todos juntos porque bueno, de eso solían tratarse las pijamadas. Beomgyu se acomodó en uno de los extremos, no quería robar mucho espacio y como no solía dormir con nadie, a excepción de a veces con sus hermanos que tenían el sueño muy pesado, no estaba seguro si era un dormilón fácil; no sabía si se movía mucho o incluso hablaba. Obviamente Yeonjun se acostó a su lado.

Le costó un poco conciliar el sueño porque durante unos quince minutos escuchó como Taehyun y Soobin conversaban entre susurros, al parecer no fue al único que mantenían despierto ya que fue Kai quién los mandó a callar. Yeonjun también seguía despierto, Beomgyu lo supo porque antes de caer dormido él tomó su mano.

Se sumió en un profundo sueño que se volvió horriblemente vívido.

Se encontraba atandose los cordones mientras dos pequeñitas esperaban a que terminará impacientemente. Iban tarde, pero Beomgyu siempre había llegado tarde a todos lados así que no le preocupaba mucho.

Salieron de la casa y el mayor cerró con llave para poder emprender camino con tranquilidad, tomando de la mano a las dos niñas.

A su derecha, Minjeong se tropezó casi cayéndose al suelo, sus cordones se habían desatado. Largando un pesado suspiro Beomgyu soltó la mano de la otra niña para agacharse, ya que parecía que Minjeong no se los volvería a atar por su cuenta.

- Pensé que ya te había enseñado a atarte los cordones, Minjeong -regañó Beomgyu.

- ¡Es qué es muy difícil! -se quejó la pequeña con un adorable puchero en sus labios.

Beomgyu sonrió y estuvo apunto de responderle que aunque fuera difícil debía intentarlo una y otra vez hasta que se volviera algo fácil.

Las palabras no salieron de su boca. Un fuerte dolor llenó su corazón casi dejándolo sin poder respirar, pronto se dio cuenta que estaba llorando. Levantó la vista del suelo para poder mirar a su hermanita y volvió a revivir aquélla expresión que nunca podría borrarse de su mente, Minjeong lucía horrorizada.

Beomgyu sabía lo que sucedía. Lo había vivido una y otra vez, sus sueños se encargaban de recordarle sus propios errores, de atormentarlo, de hacerle saber que nada podía ser cambiado.

Volteó, viendo como la niña con melenita caminaba dando pequeños saltitos en la calle, sin notar que un auto se aproximaba a grandes velocidades, sin notar el rojo del semáforo que solo anunciaba desgracias.

Beomgyu gritó su nombre, como siempre lo hacía, y corrió tras ella, pero él nunca llegaba.

Todo se volvió negro y lo único que podía escuchar eran llantos desgarradores y el sonido de una sirena, el ruido se volvió insoportable, sentía que sus tímpanos estaban apunto de explotar.

- Beomgyu -escuchó que aquélla voz lo llamaba.

Su cuerpo fue sacudido y finalmente Beomgyu despertó. Estaba agitado y sudando frío. Sus manos temblaban y su corazón estaba acelerado como si hubiese corrido una maratón.

- Beomgyu, ¿Qué pasó? -lo volvió a llamar esa voz a su lado.

Quería responder pero las palabras no salían de su boca, ¿Dónde estaba? Estaba todo oscuro, no lograba ver nada con claridad. ¿De quién era esa voz? Le sonaba tan conocida.

- Beomgyu, ¿Estás bien?

Finalmente pareció volver a la realidad. Estaba en la casa de Taehyun haciendo una pijamada con sus amigos, Yeonjun estaba a su lado.

Yeonjun. Era la voz de Yeonjun.

- Yo... -habló, su garganta se sintió seca y ardió- estoy bien.

- ¿Quién es Chaewon? No parabas de nombrarla.

Aquél nombre le hizo doler el corazón, sus temblorosas manos empuñaron la manta bajo estas. Se hizo el desentendido al no querer decir la verdad.

- No es nadie -respondió. Ahora podía ver un poco de las facciones de Yeonjun, su vista ya no estaba tan nublada. Necesitaba un poco de consuelo, alejarse de esa terrible pesadilla llamada vida-. ¿Puedo abrazarte? -preguntó, era lo único que necesitaba en ese momento para reparar un poco su destruido corazón.

Yeonjun puede escuchar el temblor en la voz de Beomgyu, sabe que algo no anda bien, quiere ayudarlo, consolarlo, hacerle olvidar lo que sea que le este haciendo mal. Acaricia su mejilla acercándose lentamente con la intención de darle un beso. Ese fue su error.

Todos cometemos errores a lo largo de nuestras vidas, quizás en realidad el error de Yeonjun fue salvar a Beomgyu de caerse aquél día en la feria. O hablarle, o abrazarlo, o besarlo. Quizás todos fueron equivocaciones.

O quizás nunca se equivocó queriendo ayudar, sino más bien se equivoco al no saber demostrar bien su sentir.

La respiración de Yeonjun se pausa durante unos cortos segundos cuando lo ve de nuevo. Se siente como ser empujado al inicio de un laberinto que estabas apunto de superar, ya no sabes por dónde ir, pierdes la cabeza y ya no sabes como actuar.

Porque Yeonjun está apunto de volverse loco cuando en una visión ve como Beomgyu se cuelga con una cuerda en lo que parece ser su habitación.

- ¿Quién es Chaewon? -vuelve a preguntar, su voz suena enojada aunque realmente no lo esté. Está lleno de impotencia y frustración.

En un principio pensó que si Beomgyu no quería decirle quién era esa chica detrás de ese nombre estaba bien, pero ahora al ser consciente que quizás esa tal Chaewon está vinculada con el dolor que está matando por dentro a Beomgyu, no quiere dejarlo pasar.

- Te dije que no era nadie -responde Beomgyu, su voz quebrandose con cada palabra.

Las manos de Yeonjun tiemblan de la impotencia que le da que Beomgyu no pueda abrirse con él. No puede tolerarlo así que se voltea dándole la espalda para que Beomgyu no lo vea llorar.

Las acciones son dificiles de entender cuando no conocemos los sentimientos detrás de estás.

Por eso, cuando Yeonjun se voltea Beomgyu lo único que saborea es el rechazo. Ha despertado de una pesadilla y lo único que busca es un poco de consuelo con un abrazo, pero ni siquiera eso le puede dar Yeonjun.

Necesita que alguien reparé su corazón, pero nadie lo hará.

Lentamente desliza su brazo por la cintura de Yeonjun, dándole un abrazo por detrás pero él simplemente se aparta alejándose, y Beomgyu se permite llorar en silencio hasta quedarse dormido.

...

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