Capítulo doce.

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Superar un rechazo podía ser muy doloroso, pero Kai supo cómo manejarlo.

No permitió que las cosas se volvieran incómodas en el grupo e intentó actuar como si en realidad nada hubiese sucedido, aunque su corazón doliera cada vez que los veía juntos debía aceptar la realidad.

En cada salida que tenían, debía sonreír para que nadie sospechara que le dolía cuando Yeonjun tomaba de la mano a Beomgyu, o cuando lo abrazaba por detrás distraídamente, o cuando lo dejaba sentarse en su regazo.

Aún podía ver los ojitos de Beomgyu buscándolo cuando Yeonjun hacía algo, buscando que no le doliera o al menos que no se notara lo suficiente para no sentirse culpable, así que el rubio debía sonreír solo para que su mayor no se sintiera mal.

Aprendió a no culpar a Beomgyu. Al principio realmente sintió que él le estaba quitando algo de su propiedad, pero luego comprendió que en realidad Yeonjun no era de su propiedad. Kai lo había conocido primero, pero eso no significaba que Yeonjun debía amarlo, él podía ser libre de elegir a quién amar.

Además, quería mucho a Yeonjun y aunque lo veía muy pero muy apegado a Beomgyu, estaba notando un cambio un tanto positivo. Yeonjun ahora sonreía un poco (cuando miraba a Beomgyu) y era más abierto al contacto físico (mayormente con Beomgyu, por no decir solo con él).

Quería lo mejor para él, había odiado verlo en su momento tan solitario y luciendo tan triste que realmente le deseaba lo mejor, sin importar que él no estuviese en lo mejor.

Sintió unas pequeñas palmadas en la cabeza y volteó a ver quién lo había hecho, era un sonriente Soobin.

- Lo estás haciendo bien.

Un poco avergonzado dejó de mirar a Yeonjun y Beomgyu para dejar de pensar en ellos. Estaban en una especie de picnic todos juntos sentados en una de las mesas de la plaza, pero ellos dos no estaban comiendo porque estaban muy concentrados leyendo, juntos. Y como a Yeonjun le solía gustar, Beomgyu estaba sentado en su regazo.

Sonrió un poco mientras alcanzaba uno de los sándwiches que había traído Yeonjun; lo comió mientras escuchaba cómo Taehyun seguía comentándoles (solo a él y Soobin porque los otros dos no prestaban atención) sobre una nueva película de terror que saldría y muchas razones por las cuales debían verla juntos.

Kai sonrió mientras veía cómo Soobin miraba a Taehyun. Realmente esperaba algún día encontrar a alguien, estar junto a sus amigos ya comenzaba a hacerlo sentir un poco solo.

- ¡Ah! Mamá preparó estos postrecitos para ustedes -dijo Taehyun mientras sacaba de su mochila los dichosos postres; eran cinco, uno para cada uno. Emocionados, Soobin y Kai rápidamente tomaron uno, amaban la comida de la mamá de Taehyun-. ¡Ustedes dos! Tomen uno.

- Déjanos terminar esto y ya comemos -le respondió el mayor.

Taehyun rodó los ojos, cansado de que esos dos se metieran en su burbuja para ignorarlos cuando ni siquiera eran nada. Con una sonrisa un poco malévola, tomó uno de los postres y se lo extendió a Soobin que en respuesta lo miró un poco confundido.

- Come dos si quieres, se lo merecen -le murmuró.

A Beomgyu ni siquiera le gustaba leer tanto, pero por Yeonjun lo hacía. Sonaba un poco estúpido, pero realmente disfrutaba de su compañía. A veces se perdía entre párrafos o Yeonjun pasaba las páginas cuando él no había terminado de leer, pero no le importaba. Cuando el capítulo finalmente terminó, Yeonjun cerró el libro y lo dejó a un lado. Beomgyu se levantó del regazo de Yeonjun y se sentó a su lado.

Yeonjun observó toda la comida en la mesa y su vista se clavó en el último postre que quedaba.

- ¿No había uno para cada uno?

Your death » YeongyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora