♡ Cambiar por ti ♡

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El invierno ya estaba llegando a su máximo explendor, la nieve se acumulaba logrando formar una gran capa sobre el suelo, los pequeños copos que caían reflejaban el nuevo inicio que el haitani tenía en su vida.

Mientras caminaba por los pequeños pasillos de ese cementerio solo podía ver como la silueta de una pequeña adolescente llevaba un gran vacío y peso en su espalda, ese peso que por más que quisiera quitárselo jamás podría lograrlo pues era el peso y el dolor de estar sola.

- Rin, apúrate - Grito Nozomi mientras aumentaba la velocidad para llegar a su destino

El Haitani suspiro y solo se abrazo a si mismo para conseguir calor - No corras, te puedes cae... - Antes de poder terminar de hablar solo vio como la menor estaba en el suelo

Sin pensarlo dos veces corrió rápidamente hacia ella - ¿Estás bien? - Cuestionó con un semblante preocupado y nervioso

Nozomi río y se puso de pie tocando las mejillas de su padre - Claro, mucho antes de conocerte mamá y yo salíamos así y caía mucho, esto no es nada - Menciono entre risas pero con pequeñas lágrimas saliendo de sus ojos violetas

Un nudo se formó en la garganta del Haitani, el siempre hecho de pensar como a tan corta edad su hija había vivido experiencias que la marcaron para siempre lo hacía extremecer entre la tristeza y el rencor hacia Remi.

- Pero eso ya está en el pasado, ahora estoy yo aquí - Comento Rindou meintras la abrazaba fuertemente a la menor

La calidez del Haitani y la dulzura de sus palabras llegaron al fondo del corazón de la menor, a pesar de jamás pensar en necesitar una figura paterna en el fondo siempre tuvo envidia a las demás niñas, con temblor y una leve sonrisa fue correspondiendo el abrazo.

Rindou solo sonrió y la tomo de la mano para volver a caminar, mientras lo hacían las sonrisas y los pequeños chistes no faltaron, la cercanía que había entre padre e hija era muy notable a pesar de que ignoraran eso.

Después de un poco más de tiempo lograron llegar a su destino, una lápida dónde se admiraban los kanjis del nombre de Remi Okimoto.

Nozomi sonrió y a lado de Rindou comenzó a limpiar la lapida mientras hablaba sobre todo lo que había vivido desde que se había quedado sola.

- Sabes algo mamá, Rindou me cuida muy bien, así que no te preocupes mucho -

- Ya no voy a ala escuela, el tío Ran y Kakucho dijieron que no era necesario aunque Rindou se molestó , pero aún así el tío koko es mi maestro, es el más capaz de enseñarme de verdad -

- Sabes que más paso, conocí a un héroe, es Mikey... Me salvó de un perro gracioso no -

- El tío Sanzu es muy divertido aunque a veces da miedo cuando se ríe y habla solo pero me cuenta buenos cuentos en la noche, aunque no es como tú -

Para Rindou ver cómo la pequeña narraba con gran entusiasmo todas esas experiencias a una lápida vacía mientras que su madre realmente estaba viviendo la vida que siempre quiso, llena de libertad y diversión lo hacía enfadar, pero aún así no podía hacer nada, no rompería las ilusiones de su hija.

Al terminar de limpiar Nozomi empezó a orar, Rindou solo la observaba algo decaído y molestó pero aún así mostraba una sonrisa.

- Nos vamos - menciono Nozomi tomando la mano del Haitani

Rindou reacciono y bajo la mirada notando a la menor sonreír - ¿Ya estás lista? -

La menor asintio y aferrandose al Haitani para girarse lentamente para despedirse de esa lápida - Mamá, cuidanos a papá y a mi por favor - Menciono la niña regresando poco a poco la vista hacia su frente y avanzar.

Sonriendo algo decaidos juntos regresaron a la mansión Bonten, dónde el simple hecho de ser recibidos con sonrisas y la calidez de una familia les mejoro el día.

- Valla, pensé que no regresarían - Dijo Mikey sonriendo para darles la bienvenida

Sonriendo y siendo levantada en los brazos del peliblanco la menor río - Mikey!! Le hable a mamá de ti -

- Espero cosas buenas - Comento Mikey algo nervioso y preocupado

Al escuchar eso Sanzu se acercó tomándola y colocandola sobre sus hombros - ¿Y de mi le hablaste? -

- Claro, le hable de todos - respondió Nozomi extendiendo sus brazos

- De haber sabido que irían a verla hubiera ido a decirle lo buena estudiante que eres Nozomi-Chan - Comento koko mostrando al Haitani menor las notas de la menor

Todos rieron mientras hablaban y pasaban entre ellos a la menor, sin duda la llegada de esa adolescente les cambió la vida a esa organización criminal tan peligrosa que tiene en sus manos al país completo.

Rindou solo sonrió notando sus calificaciones, su sonrisa y como sus compañeros y jefe se divertían como jamás lo imagino - No es tan malo después de todo, no fue un error - Sususrro sonriendo levemente

- Papá, gracias por haber ido por mi ese dia tan triste - menciono Nozomi corriendo hacia el Haitani menor para abrazarlo fuertemente

El Haitani sonrió y bajo a su altura para acariciar su cabello - ¿Que raro que me digas papá tantas veces seguidas? -

Abrazandolo con más fuerza y acercandose a su odio Nozomi río - Es por qué lo eres, creiste que no me daría cuenta nunca, papá - dijo para separarse y regresar con los demás quienes la recibieron entre sus brazos

Rindou se quedó perpelejo, escuchar eso lo hizo sonreír y sentirse feliz, después de todo al fin formarían una familia sin más mentiras - Debo dar lo mejor por ti -

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