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Izuku escuchó su alarma, se levantó feliz. ¿Porqué? Cualquier persona estaría molesta por ser levantada, pero no para el Omega. Estaba feliz de haber sido despertado por su alarma y no por golpes de su esposo.
Se frotó sus ojitos, agarró una toalla y fue rumbo al baño. Estaba relajado, mucho más de lo normal.
Su esposo había dejado una pequeña nota en la mesa de noche. "Me fuí antes a la oficina, tenemos una junta de negocios."
Eran las siete de la mañana, ya salido limpio se cambió de ropa y agarró su bolsito amarillo y salió de la casa rumbo al hospital para revisarse, el dolor de estómago y cabeza seguían presentes en su pequeño cuerpo.
En el transcurso del viaje no hubo ningún inconveniente, cuando llegó a la recepción del hospital al saber que era el esposo de un gran empresario exitoso lo dejaron pasar rápidamente.
— Y cuéntame, Yagi-San. ¿Que sientes y porqué has venido aquí? — Preguntó el doctor encargado de él, viéndolo fijamente.
— Me ah estado d-doliendo un poco la cabeza y tengo mucho dolor de estómago. Vomito todo lo que como y cuando h-hago mis n-necesidades sale.. sangre.. — Susurró lo último con un sonrojo en las mejillas por hablar de su intimidad.
— Bien.. creo saber que es lo que tienes. ¿Por casualidad no te has sentido más sensible últimamente? — Preguntó para asegurar, aunque estaba casi seguro de que sabía lo que era.
— S-si.. ¿Sabe lo que tengo? — Preguntó con preocupación, no quería demorarse y no llegar a hacer la comida para su esposo y recibir golpes de castigo.
— Solo necesito confirmar algo, por favor anda a esa habitación y haz orina aquí. — Señaló un pequeño frasco y se lo pasó al Omega, el Alfa solo rió al ver el nerviosismo del chico.
Salió unos cinco minutos después, con su sonrojo intensificado y el doctor salió un momento a hacer unos exámenes que estarían listos en cinco minutos.
El doctor entró nuevamente con una sonrisa en su rostro, con unos papeles en su mano y un aura muy alegre.
— ¿Quieres que te diga yo la noticia o la lees tu mismo? — Preguntó con alegría, casi que saltaba en su propia oficina.
— L-léala usted, doctor.. — Respondió con nerviosismo, ¿Acaso era algo grave?
— Izuku Yagi, tu estas embarazado. — Izuku dejó caer su bolso al suelo, el cual sostenía con sus manos.
— ¿E-E..embarazado..? — Susurró para si mismo, soltando algunas lágrimas. Un bebé no estaba en sus planes.
— ¡Sí! ¿Acaso no estas emocionado? — Preguntó y sonreía, ¿Porqué estaba tan feliz? Para el no era muy buena la sorpresa.
— P-p-ero.. yo solo tengo diecisiete años.. doct-tor.. — Más que reclamar se hablaba a sí mismo, un bebé de seguro complicaría su vida mucho más con Toshinori.
— ¿Acaso no quieres a tu hijo? No será difícil con tu marido, ¿Cuanto llevan casados? — El Alfa empezó a invadir el espacio personal del Omega, quien seguía en shock.
— T-Tres años.. — Susurró y recogió su bolso del piso, sorbiendo su nariz.
Antes de que el doctor siguiera hablando, le pidió que le diera el papeleo, se los dió. Se despidió apresuradamente y salió de la clínica.
Aún sorbiendo su nariz se fue casi corriendo a su hogar, no quería un niño. Ni si quiera pudo terminar sus estudios y ahora tendría que cuidar de un cachorro.
Abrió con dificultad la puerta y se derrumbó allí mismo. Lloró, lloró y lloró. Fue a tropezones a la cama y se acostó allí en posición fetal, aún llorando.
Escuchó un ruido en la entrada, ya ni le importó su esposo, solo quería desahogarse.
— ¿Izuku? ¿Que haces aquí y no en la entrada para recibirme?.. — Cuestionó con el ceño fruncido, pero se calló al ver cómo su Omega lloraba. — ¿Que te pasó? — Preguntó, acariciándole la espalda.
Izuku solo sacó los papeles del bolso, y se los entregó. Solo lloró más al sentir su mirada en él.
— Embarazado.. — Susurró. Izuku se estaba esperando el golpe, pero recibió un abrazo al poco tiempo. — ¡Estás embarazado! ¡Soy el Alfa más feliz! — Gritó, abrazó a su Omega por la espalda para luego alzaron y llenarlo de besos.
Izuku se sorprendió, definitivamente no esperaba eso, ni siquiera le dió ninguna opción. El quería abortar en alguna clínica y tener hijos más adelante. No quería un niño en ese momento, en esa casa llena de golpes.
La verdad el quería tener hijos, pero no ahora, quería mejorar el ambiente en su hogar. No ahora, no ahora que Toshinori lo golpeaba por cualquier cosa. Pero veía a su Alfa muy feliz. Tal vez, solo tal vez para hacer feliz a su esposo, tendría al bebé.
Esa noche Toshinori no le puso ni un dedo encima. Cosa que lo puso increíblemente feliz, por fin pudo dormir sin tener ni un moretón encima.
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Hola chicos, aún estoy con algunos pedidos así que subo este borrador para no tener la historia abandonada.
