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Izuku es un empleado en las oficinas All Might, una industria dedicada a las finanzas de otras empresas iguales o más pequeñas.
Debido a una baja de sueldo general la mayoría de empleados dejaron la empresa a la cual le habían jurado lealtad, pero Izuku junto a otros más se quedaron.
Luego de dos meses de remontar las ventas, la empresa dió un gran salto y los sueldos se multiplicaron, el sueldo inicial solo era un viente por cierto del actual. Los antiguos trabajadores querían volver pero Toshinori, el presidente de la empresa, no lo permitió. Por lo cual ahora necesitaban nuevos empleados que Shōto Todoroki, el gerente, se encargaría de entrevistar.
Habían diez nuevos candidatos e Izuku debía de organizar todo el horario de Shōto para que cada uno logrará ser entrevistado rigurosamente.
— Bienvenidos todos a la empresa All Might, todos van a ir entrando uno a uno por orden de apellido. — El chico lindo peliverde vió en su tabla de madera con la hoja. — Yūga Aoyama, pase. — Llamó y vió a los candidatos. Yūga de levantó de su asiento y con un leve empujón al conejito se encaminó a la oficina del bicolor.
A los quince minutos salió llorando al recibir un:
"— Esto es una empresa seria, no un circo para que te vistas con.. eso. —"
Uno por uno, los candidatos iban entrando y saliendo enojados, llorando o simplemente decepcionados de no haber logrado obtener el empleo.
El último candidato era un chico de cabello amarillo con un rayo en un lado del pelo. Apretaba su currículum nervioso por ver las reacciones de sus antiguos compañeros de universidad de la carrera de ingeniería matemática avanzada.
— Y.. por último, Denki Kaminari. — Dió un salto al sentir la dulce voz tan cerca, era la de ese tierno pecoso asistente híbrido de conejo. Se veía muy durable con sus orejas levantadas y como movía su colita verde y esponjosa.
— Ah, sí. Voy. — Izuku le dió las indicaciones y siguió el camino para ir a la entrevista.
—•●•—
Ok, tal vez tenía mucha suerte pero había sido aceptado para el trabajo de contador avanzado. Y tal vez era el favorito de dios, pero su puesto era como compañero de trabajo de Izuku. Al leer el papel con esa información saltó de felicidad.
— ¡Hola Kaminari-Kun! ¿Cómo va tu primer día? — Preguntó felizmente carga do una pila de papeles los cuales tenían problemas de diversas empresas para resolverlos. Denki caminaba a su lado y se veía gracioso, ya que el híbrido de lobo era muy alto debido a los genes de su animal, contando con un metro y noventa y cinco centímetros, e Izuku a penas contaba con un metro cincuenta. Fácilmente le sacaba unos cuarenta centímetros.
— Bien, Midoriya-Kun. Ya sabes, estoy acostumbrándome. — Rió rascando su nuca nervioso, su cola y orejas no paraban de bailar, emocionadas por el contacto con el otro lindo híbrido. — ¿Y quien es tu jefe, Midoriya-Kun? — Preguntó curioso al conejo. Izuku lo miró mientras seguían caminando.
