Vaquita. || KatsuDeku, DekuBowl

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Izuku Midoriya era un pequeño niño de cuatro años que había quedado huérfano

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Izuku Midoriya era un pequeño niño de cuatro años que había quedado huérfano. Su Kosei era peculiar. Destinado a la granja, Izuku podía transformarse en un híbrido de vaca. Le salían cachos, oreja y cola. Junto a un aumento de pecho puesto que expulsaba leche cada cierto tiempo.

Las empleadas del lugar lo amaban y les parecía la cosa más tierna del mundo, y tenían razón, ¿Quien no caería de rodillas ante esos ojazos verdes y pecas? Simplemente nadie.

Solo había pasado un mes desde su ingreso y ya tenía muchas solicitudes de adopción, pero se encargaban de investigar si eran personas confiables o no, no podían entregar niños a gente incompetente.

De todas las familias solo habia una normal, la familia Bakugō. Estos fueron citados para que pudieran convivir con el menor para ver si se llevaban bien y podrían tener una buena convivencia.

Mitsuki fue la primera en pasar. Casi muere de ternura al ver al ternerito abrazar su pierna por no ser lo suficientemente alto para poder abrazarla a ella.

Hablaron mucho y se divirtieron, solo que luego Izuku tenía marcas de uñas en las mejillas porque Mitsuki las apretaba mucho.

Luego fue Masaru. Con el señor todo fue mucho más tranquilo, ya que le transmitía una vibra de seguridad al infante. Incluso le dió unas galletas de chocolate que Izuku comió gustoso mientras era observado por el adulto quien estaba feliz de que su regalo fuera aceptado. Izuku le agradeció con un abrazo a su pierna.

Por último, Katsuki. El hijo legítimo de los Bakugō. Este estaba molesto, no entendía la necesidad de adoptar a alguien cuando ya lo tenían a él.

Pero cuando entró en la habitación entendió todo. Ese mocoso como le decía era el ser más puro e inocente que había visto, le daban ganas de encerrarlo en una cajita de cristal para que nadie ni nada le hiciera daño.

Luego de ver como se llevaba la familia, terminaron los papeles de adopción, Mitsuki estaba emocionadísima.

— Mañana podrán recoger al niño. — Informó la recepcionista. Mitsuki hizo una mueca de disgusto antes de ponerse a pelear, ella quería llevarse a Izuku ese mismo día. — E-Está bien, lléveselo hoy. — Dijo asustada.

Otra empleada fue a buscar a Izuku a su habitación. Este estaba jugando con un oso de peluche que le dieron sus padres antes de morir.

La chica le ayudó a hacer su maletita, donde dejó su ropita y unos pocos artículos de limpieza. — ¡Estoy listo! — Dijo sonriente.

Una vez todo listo Katsuki guió a su ahora nuevo hermano menor hasta el auto. Luego los adultos se sentaron adelante.

— Y así fue como le di una paliza al tipo. — Katsuki terminó de relatar como casi mató a un tipo que lo quería secuestrar. Izuku lo veía atento.

— ¡wow.. eres genial! — Izuku le sonrió, Katsuki en sus adentros prometió cuidarlo y protegerlo de todo el mundo.

— Bueno chicos, vamos a casa. — Dijo sonriendo Masaru y arrancó el auto, a Izuku le esperaba una nueva y buena vida.

. . .

— ¡Déjame Kacchan, bájame! — Izuku de ahora catorce años le gritaba a su hermano mayor. Ya no era el niño pequeño tímido, ahora era lindo, sexy, era amable con buenas curvas. Lleno de pretendientes.

Y a Katsuki no le gustaba para nada eso. Siempre estaba detrás de él cuidando su "Inútil trasero" de los demás chicos pubertos.

Katsuki ahora era un joven de dieciocho años, guapo, fuerte, violento y muy, pero muy alto. Medía un metros con noventa y siete centímetros.

E Izuku se quedó atrás. Midiendo tan solo un metro con cuarenta y siete centímetros. Tenía que mirar a Katsuki para arriba y este para abajo.

Hacía unos minutos un muchacho se le había declarado, y por mala suerte de el Katsuki lo había ido a buscar a la escuela. Se llevó un buen golpe e Izuku se llevaría un buen regaño. El cenizo lo agarró como costal de papas al hombro y lo llevó al auto resongando.

— ¿Así que por eso no querías que viniera eh? Por andar con un novio.. — Suspiró enojado ignorando los lloriqueos de Izuku. — Maldito Deku, tu no tienes que tener novio todavía, lo tienes prohibido.. — Dijo y lo sentó delicadamente en el copiloto y luego el en el conductor.

Izuku lo miró esperando a que Katsuki hablara.

— ¿Si te compro un frapee de caramelo me prometes que no vas a tener novio durante los próximos seis meses? — A Izuku se le iluminaron los ojos. Asintió y fueron por el café. Izuku estaba feliz tomando su café y Katsuki le sonreía mientras le acariciaba sus orejas manchadas. Lo quería mucho.

 Lo quería mucho

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•28/07/23.
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