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Izuku Midoriya podía considerarse afortunado. Tener por destinados a dos Alfas héroes guapos, ricos y famosos sin duda era razón para ser feliz.
Pero no para él.
Su casa era un infierno para él. Shōto y Katsuki no eran como se mostraban en cámaras y en la vida real.
Ambos eran unos abusadores con él, abusadores. Esa palabra les quedaba corta.
Siempre tenían una forma de humillarlo. Lastimarlo. A veces ni si quiera eran necesario los golpes, con solo palabras su amor propio rozaba el núcleo de la tierra.
— Creo que estás engordando. —
— ¡Tú comida sabe horrible! —
— La esposa de X era tan bonita, ojalá y fueras como ella. —
— ¡Ya cállate, solo Alfas hablan en la mesa! —
— ¿Viste a esa Omega Katsuki? Ella sería una buena esposa. —
— Serías mejor si te parecieras a X, Deku. —
— Deberías de comer menos, no queremos un Omega gordo y feo. —
— ¡Pareces un puto esqueleto! ¡Come más mierda! —
— Tú sonrisa es algo rara, mejor no sonrías si estás con nosotros, no queremos causar mala impresión. —
Comentarios como esos hacían que ya no tuviera ganas de nada. También ver la forma en la cual lo maltrataban ambos.
A Katsuki le encantaba golpearlo, su forma favorita era estamparlo contra la pared utilizando su Kosei. Otras formas eran hacerlo resbalar por las escaleras, "accidentalmente" tirar agua caliente en sus brazos y piernas. Patearlo, y cualquier forma de violencia que atentara contra su cuerpo. Acompañado de los comentarios que hacían que cada vez que se mirara al espejo desviara la vista.
En cambio a Shōto, le gustaba atormentarlo psicologicamente. Darle falsas ilusiones de que iba a cambiar. Haciendo que odiara su cuerpo, su forma de ser, su forma de actuar, su forma de cocinar, todo de él, todas sus inseguridades eran de parte de él, acompañado del abuso físico, que cuando Izuku "lo sacaba de las casillas" Utilizaba un poco su Kosei para dañarlo.
Y lo peor de todo, es que cada cierto tiempo le daban la ilusión de que iban a cambiar.
— E-Entonces.. llegarán a comer hoy..? — Preguntó con ilusión. Hacía unos cuantos meses no almorzaba juntos e Izuku le encantaba tener a ambos en la mesa, aunque no pudiera hablar mucho porque según palabras de Shōto, "En la mesa solo hablan los Alfas"
— ¡Puta madre que sí! ¡Y sírveme más! — Gritó Katsuki azotando la mesa con su puño. Izuku se levantó asustado y asintió recogiendo el plato vacío, volviendo con este lleno de comida.
