Moras silvestres

13.

Capítulo 13

Los años cambiaron a SeokJin, pasó de ser ese pequeño niño con brazos delgados y mejillas esponjosas a todo un adolescente. Para su fortuna los cambios hormonales le afectaron para bien, ahora su figura se había estilizado de pies a cabeza. Sus hombros anchos y cintura delgada le daban la perfecta forma de reloj de arena que más de una vez llamó la atención de hombres y mujeres, sumado a sus delicadamente marcados músculos a causa del ejercicio, era lo que cualquier adolescente buscaba en su primer amor. Sin embargo, no solo era su cuerpo, su rostro fue probablemente lo que más agradecía todo aquel que lo miraba, tallado por los mismos dioses era poco para describir la perfección del hombre que parecía sacado de una revista.

Y por otro lado, el realmente importante, su personalidad parecía solo haberse adaptado a su edad, ahora tenía otros intereses, pero básicamente seguía siendo el mismo niño de años atrás. Sus visitas a la casa de la abuela nunca se detuvieron, pero su bondad aprendió de los límites y se acopló a su particular sentido del humor, junto al toque travieso que solo sus personas más cercanas podían ver. Aunque, lo que quizás para él fue lo más importante fueron sus sentimientos hacia una persona, más bien espíritu, que poco a poco pasaron de ser el cariño y amor que se siente por un amigo cercano al de un compañero, amante y confidente.

Ah, solo de pensar en esa persona que hacía latir su corazón de forma tan desenfrenada se le coloreaban las mejillas. Agradecía a todo lo que conocía por ser un adolescente que podía controlar bastante bien sus hormonas, no se sentiría cómodo durmiendo a lado de YoonGi si no fuera así.

Oh, pero no solamente su vida rodeó en torno a YoonGi, conoció cuando entraba al primer año de secundaria a un chico pelirrojo bastante peculiar que se llevó bien con él desde el primer día, no fue demasiado una sorpresa cuando al llevarlo a casa de su abuela y conoció a sus amigos, notaron que era un espíritu también, uno de los que vivía entre los humanos. Se volvieron grandes amigos, los cuatro, aunque TaeHyung contadas veces podía visitarlos, era la compañía predilecta para SeokJin durante el primer año y los cuatro que le siguieron.

–¡SeokJin hyung! –canturreó un joven con una particular sonrisa rectangular, lanzándose para abrazarlo.

–¡TaeHyung! –gritó emocionado SeokJin, correspondiendo el abrazo con una risa, lo había extrañado mucho.

Ah, se habían extrañado, ahora estaban comenzando el segundo año de preparatoria y el primero que YoonGi viviría como humano, había estado deseándolo desde hace tiempo, le parecía interesante poder experimentar un poco más.

Lo cierto era que desde hace tiempo habían estado conviviendo como humanos, pero solo él quiso entrar a la preparatoria, JungKook y JiMin decidieron que "por seguridad" solo utilizarían sus formas humanas para pasear en los arcades e ir a comer, eso de estudiar fuera de su mundo no les llamaba mucho la atención. YoonGi debía admitir que a él tampoco, pero cuanto más veía a SeokJin emocionado por ir al colegio cada año, él también deseaba hacerlo, además pensaba que si iban al mismo año también podría ayudarlo...

–Jinie –murmuró bajito, la gente los estaba viendo.

–¡YoonGi hyung! –gritó TaeHyung ignorando su alrededor para abrazarlo y tomar su mano, tirando de ella en dirección al salón principal.

SeokJin tuvo que seguirlos para poder tomar la mano de YoonGi y sonreirle, sabía que estaría nervioso por su primer día, sin importar si eras humano o espíritu esas cosas te afectan.

–Tranquilo gatito, no están acostumbrados a ver personas tan tiernas –susurró SeokJin a su lado, justo cuando estaban entrando al salón y YoonGi se sintió derretirse inmediatamente, buscando esconder su avergonzado rostro.

–Estás mintiendo –murmuró buscando escondite en su pecho cuando habían llegado a sus asientos, evidentemente sentándose juntos.

–No lo hago... –se rió en voz baja, viendo a YoonGi finalmente separarse cuando escuchó la voz de una persona mayor– relájate, solo debes ser como siempre.

Asintió un poco y se reincorporó, tomando la mano de SeokJin y sonriendo por sentir como jugaba con sus dedos, bueno, él definitivamente sabía cómo calmarlo.

Pd: ¡Ya son adolescentes! La magia de los fanfics, espero que les haya gustado esta especie de prólogo para esta etapa.

Pd2: ¿Alguien sigue leyendo esto? Pensé en retomarlo para cumplir un propósito de año nuevo, si alguien lo lee, ¿qué les parece esta pequeña intro? A partir de aquí vamos a ver su relación tan dulce como siempre, pero con algunos conflictos por lo que conlleva crecer.