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Una suave melodía sonaba en el jardín, SeokJin cantaba tranquilamente acariciando los cabellos de YoonGi que dormitaba en sus piernas, disfrutando de las voces de sus amigos en esa tranquila mañana. El humano les había enseñado una canción que tuvo que aprenderse para sus clases y estaba feliz de que cantaran juntos. Aunque estaba sintiéndose algo triste porque en la mañana su mamá y su papá le dejaron en la casa de su abuelita sin acordarse de darle un beso en la frente, parecían apurados y les hubiese perdonado de inmediato si no fuese un día tan especial.

En el fondo se sentía triste porque sus amigos tampoco le habían deseado feliz cumpleaños, pero era razonable en su cabecita ya que nunca les había dicho la fecha y ahora le avergonzaba un poco decirles. Aún así prefirió ver el lado positivo y aprovechar el día que milagrosamente estaba soleado para estar con sus queridos amigos, además, más tarde su abuelita le haría su pastel favorito y podrían comerlo juntos. Ahora solo le quedaba esperar que sus padres regresaran para que sea un buen día.

Claro que los planes de ese día cambiaron cuando decidieron jugar a las escondidas y él terminó atorado dentro de uno de los muebles de la bodega, se supone que JungKook los buscaría, pero cuando pasaron unos minutos y se aburrió. Luego de un rato, decidió llamarlos porque no aparecían, para su suerte YoonGi fue el que caminó hasta él y le abrió la puerta. Definitivamente fue un alivio y lo abrazó al instante para que no viera sus ojos llorosos.

No dijeron una palabra, YoonGi especialmente resistiendo para no soltar ninguna palabra demás, cubriendo su boca para que sus risas nerviosas no se escucharan y sosteniendo la mano de SeokJin para llevarlo arriba.

–¡Sorpresa! –escuchó un grito, viendo a sus padres y sus otros dos amigos junto a su abuela emocionados abrir los brazos entre el montón de globos y serpentinas que decoraban la habitación.

De inmediato sintió unos pequeños brazos que rodeaban su cuerpo y eufóricamente también correspondió al abrazo de YoonGi.

–¡Feliz cumpleaños SeokJinie! –habló emocionado el niño, dejándole un rápido beso en la mejilla antes de avergonzarse–, perdón por dejarte solo abajo, pero queríamos sorprenderte.

–Gracias Yoonie.

Y luego vinieron las otras felicitaciones, cada uno en esa habitación sintiéndose afortunado de estar ahí pasando un buen rato con sus seres queridos y SeokJin en secreto anhelando su siguiente cumpleaños para poder recibir otro beso de su querido amigo. 

Moras silvestresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora