- Mamá, mamá, mamá, mamá, mamá, mamá, mamá -repetía un pequeño SeokJin, habían pasado dos días desde que conoció a su nuevo amigo y para su mala fortuna no había tenido la oportunidad de verlo una vez más porque su mamá no le había llevado a la casa de su abuela- ¡Mami!
- ¡Hijo! -respondió frustrada la señora Kim, dejando de lado la mezcla de panqueques que estaba preparando, utilizando un tono cansado pues apenas eran las 6 de la mañana y su hijo parecía tener más energía que nunca.
- Quiero ir donde mi abuelita -pidió abultando su labio inferior y tirando un poco del delantal que llevaba la mujer- por favor, hoy es viernes mami ¡Mañana no hay clases y puedo ir a dormir allá!
La mujer suspiró, su hijo era una bendición para ella, no era mimado, sabía entender cuando le decían que no a algo que deseaba, trataba con amabilidad a todos y era muy amoroso con su pequeña familia, una criatura muy inocente que los últimos días parecía poseída por alguna clase de espíritu maligno. Estaba cansada, ella solo deseaba que le devolvieran a su angelito.
- Esta bien, iremos cuando regreses de clases -un grito victorioso resonó de los labios del infante que abrazo a su madre y corrió al instante a su habitación para prepararse para ir a su escuela dejando sola a la mujer con una sonrisa en la cara.
Volvió a lo que hacía, esos días el trabajo que tenía se le había acumulado y encontraba imposible ir a dejar a su pequeño SeokJin en casa de su abuela, aunque sabía lo importante que era para su hijo ir a ver las plantas. Su esposo había ido a un viaje de trabajo y eso le añadía más carga en el cuidado del hogar al ella trabajar desde casa pues generalmente esas tareas se las dividían entre la pareja y en ocasiones, su hijo les ayudaba. Su corazón se sintió cálido al poder estar en paz por fin sin los pedidos de SeokJin de ir a casa de su abuela y la carga del trabajo encima de sus hombros, su familia era pequeña, pero era una familia feliz.
- ¿Mami? -fue lo primero que dijo SeokJin al entrar a la cocina con su mochila en sus hombros, sentándose en su silla especial que era más alta para que pudiera alcanzar la mesa sin problemas.
- Dime, corazón -su madre le sirvió el desayuno y antes de llenarse las mejillas con los panqueques rellenos de chocolate, el pequeño contestó - ¿Cómo puedo hacer que el tiempo pase más rápido?
La mujer soltó una pequeña risa, sentándose frente a su ocurrido retoño- no creo que eso se pueda, pero dicen que cuando te diviertes el paso del tiempo no se siente, así que diviértete mucho hoy y verás como no lo notas y ya estaremos juntos en la casa de la abuelita.
SeokJin de verdad pensaba que su madre era muy inteligentísima porque siempre tenía razón ¡Ya estaban en casa de su abuela y no se sintió como una eternidad!
- ¡Abuelita! -saludó rápidamente el niño dejando dos besos en cada mejilla de su abuela y dándole un fuerte abrazo que fue bien correspondido- ¿Puedo ir al jardín abuelita?
- Está bien, pue- -ni siquiera fue capaz de completar la frase cuando ya SeokJin se había ido corriendo con todas sus fuerzas en dirección al jardín. Soltaron risas y decidieron tomar un té juntas mientras SeokJin se divertía en el jardín un rato, ya luego iría su mamá a despedirse.

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Moras silvestres
RomantikA Kim SeokJin le encantaba comer las moras silvestres que crecían en el jardín de su abuela, pero le encantaba más el chico que salía de entre las ramas para poder hablar con él. Un agradecimiento super especial a @_YERO_ por la preciosa portada que...