Red Army [Eddsworld x reader]

Capítulo 8

—¿Cómo te sientes ahora?—el hombre de cabellos azabaches permanece sentada a los pies de la cama de su mejor amiga mirándola

—Mejor que antes—respondió alzándose de hombros—El doctor me ha comentado que debo estar unos cuantos días más y podrá darme de alta, no sé qué hará con mis entrenamientos—se preocupar por aquello tan importante

—No te preocupes por ello—le pidió—Paul y Patrick han tomado tu reposo sin problema, tan pronto como seas capaz de entrenar podrás retomar los entrenamientos y ellos se encargarán de dejarte al día, esto no afectará tu rendimiento porque fuiste lesionada durante el entrenamiento—

—Eso me hace sentir más tranquila—se relajó acomodándose en la cama—Estar tanto tiempo acostada sin hacer nada me hace sentir enferma—

—Es por tu bien—recalcó con ligera seriedad—No seas necia queriendo hacer las cosas por ti misma, solo atrasarás tu recuperación—conoce perfectamente las actitudes de su mejor amiga para saber lo necia que puede ser

—Solo he sido necia por una vez, pero ya aprendí la lección—levantó sus manos desviando su mano haciéndose la inocente—Acataré todas las órdenes del doctor si eso me permite volver a entrenar—

—Te será un poco difícil iniciar después de tantos días en reposo, pero confío en que retomaras el ritmo en poco tiempo—intentó hacerla sentir tranquila respecto al entrenamiento—Igualmente no es como si tu rendimiento fuera pésimo—

—Eso dices tú—rodó los ojos—Siento que soy una anciana haciendo ejercicio—

—Mentirosa, existen peores personas—señaló el azabache—No eres como otros de tus compañeros que todavía no soportan los ejercicios de calentamiento o se asustan cuando ven que su oponente levanta un puño para golpearlos—

—Gracias por subir mis ánimos, Yanov—se tuvo que reír, siente un ligero dolor en su pecho por los moretones, hizo una mueca preocupando a su acompañante

—Ey, ey—se le acercó apurado—____, ¿necesitas algo?, ¿qué te duele?, ¿te duele mucho?—interrogó

La castaña oscura levantó una mano, indicando que todo está bien para no alterar los nervios del azabache

—No te alteres—pidió en un susurró—Es solo un ligero dolor en mi abdomen, es por los moretones que tengo pero al menos no duelen tanto—

El azabache se tranquilizó, tomando la mano de su amiga resguardándola entre las suyas, nunca podrá dejar de preocuparse por aquella mujer con todos los años de amistad que tienen, ya no es solo una simple amiga, es su familia, una persona importante en su vida que teme perder

—¿Te has sentido sola?—cambió de tema todavía sosteniendo la mano de la menor

—He tenido compañía pero sabes que no soy de hablar fácilmente con desconocidos—sabía que su amigo la entendería fácilmente

—Nunca eres buena para entablar conversaciones con cualquier persona—reconoció con una leve risa achicando sus ojos grises—¿No te gustaría la compañía de los chicos? Ellos también han estado preocupado por ti—

Los ojos marrones oscuros de la menor se iluminaron levemente, notándose por el azabache

—Me gustaría verlos—comentó dejando de sentir las manos de su amigo resguardando la suya

—Los avisaré que puedes recibir visitas, de seguro vendrán cuando antes, pero yo debo volver al trabajo—se tuvo que despedir, tomando entre sus manos las mejillas de la menor agachándose un poco para dejar un beso sobre la frente de la contraria—Cuídate mucho, vendré a verte mañana, ¿está bien?—