Capítulo 30

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Tiene su teléfono entre manos moviendo sus dedos sobre la pantalla con una expresión neutral en su rostro, está metida en el chat con su mejor amigo contándole que ahora tiene que cumplir con su trabajo de entregar todas las pertenecías de aquellos que murieron en el incidente de Monster Tom a sus respectivas familias que merecen recibir lo poco que queda de sus difuntos familiares, todo eso acompañada de su subordinado menos favorito el británico de cuencas negras que mientras los doctores y científicos trabajan en su visor tendrá la libertad de acompañarla para cargar con esa responsabilidad que es arrebatar la vida de un aliado

Tom no tenía ningún tipo de medio para darse aseo personal en su encierro, apenas se lo entregaron decidió hacerle la caridad de dejar que tome una buena ducha de alrededor de una hora entregándole su uniforme presentable para trabajar como un soldado decente de la Armada Roja

Pasaron retirando las pertenecías de los difuntos, no son muchas pertenencias pero fueron metidas en pequeñas cajas con identificación que están dentro de una caja más grande que sostiene el británico en sus manos siguiendo los pasos de su superior, está pide una comida para llevar en la cafetería logrando que Tom se embobe por el delicioso aroma de la comida caliente

Bajan hasta el estacionamiento donde la mujer inspecciona rápidamente su motocicleta antes de acercarse hasta un auto de cuatro puertas que no es suyo, es de la armada, pero lo puede utilizar porque son cuestiones de trabajo. El hombre de cuencas negras mete la gran caja en la parte trasera del vehículo para montarse como copiloto, la mujer toma el puesto de conductor pasándole el desayuno

—Tienes que desayunar, no quiero ver como te desmayas por estar muerto de hambre—encaja las llaves para encender el auto—No me molestaría en levantarte siquiera—

—Espero que lleguemos vivos a la ciudad, porque seguramente eres de esas mujeres que manejan fatal, no nos mates en el camino—el vehículo abandona el edificio de la Armada Roja quedando en una carretera bastante solitaria donde la castaña oscuro no se molesta en acelerar y frenar dejando que la cabeza del castaño claro se golpee contra la guantera—¡CUIDADO, LOCA!—

—Lo siento, es que soy una mujer que maneja fatal, confundí el freno con el acelerador de repente—dijo haciendo la tonta antes de continuar conduciendo

El resto del camino hacía la ciudad transcurre en silencio, no es como si tuvieran un tema de conversación, tampoco intentarán disimular el poco agrado que sienten por el otro, mejor no hablar para evitar peleas que puedan terminar en la mujer dejando en el medio de la carretera al hombre

El peor de los casos es terminar atropellándolo, aunque apuesta en su mente que es capaz de soportar que un auto lo atropelle

Tienen distintas ubicaciones por la ciudad que deben visitar para dejar las pertenecías, tomaron todas las energías posibles para enfrentar los rostros lamentables de los familiares, algunos lloran desgarradoramente por el dolor de la pérdida, otros muestran ira gritándoles un montón de reclamos llenos de groserías que no se molestan en responder porque tienen toda la razón para reaccionar de esa forma hacía ellos

—Lamentamos sus pérdidas, la Armada Roja seguirá protegiendo sus vidas por respeto a los difuntos, les daremos un sustento monetario para cubrir todos los gastos funerarios y todo lo que puedan necesitar de ahora en adelante—la Coronel repite esas palabras en varias ocasiones del día, grabándolas como un disco rayado en su mente recordando las expresiones de los familiares

Puede sentir como algo dentro de sí misma se lamenta cuando en varios hogares hay niños, llorando la pérdida de una forma que hasta le pone los ojos llorosos pero se traga sus lágrimas para mantener la postura

Red Army [Eddsworld x reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora