Mi corazón comienza a latir con fuerza, porque no solté la mirada de Eire, él hace lo mismo.
Siento como me recorre todo el cuerpo una corriente eléctrica, y mi respiración se entrecorta. Los recuerdos me atacan, y sus besos se hacen presente en mi cerebro ¿Cómo es posible? Parezco una adolescente, porque me alborota la idea de llamar su atención.
Pero todo esto se corta cuando Brahim me vuelve a toma de la mano, me coloca una mano en el mentón, sostiene con delicadeza mi piel y con una sonrisa muy seductora me habla.
—Se supone que tu plan es ponerlo celoso, y no mostrarle que tiemblas al verlo.
—¿Es muy evidente? —pregunto intentando fingir una sonrisa.
—Tanto que si fuera tu novio de verdad, ya estaría preocupado porque es categórico que me dejarías a los 2 segundo por él.
—Bien... vamos a la jefatura.
Él me da un pico fugaz, y de nuevo se me alborota todo. Supongo que son los recuerdos de Eire los que me comienzan a generar esta especie de calor en el pecho.
—¿Hacia falta el beso? —pregunto mientras caminamos de la mano.
—Ayer me dijiste que actuara mejor... hoy te doy lo que pides.
Río de manera genuina, porque se me hace gracioso que responda de esa manera. Es un idiota, un idiota guapo, un idiota guapo y buena persona, no le vamos a sacar el mérito.
Cuando estamos a una cuadra de la jefatura un par de hombres nos interceptan, Brahim me da un apretón de manos y la verdad que ahora el miedo me ingresa a las venas. Hace unos minutos esto era un escenario muy diferente antes de saber hasta donde puede llegar la crueldad de mamá ¿Y si estos hombres son sus cicarios?
—Señorita Gala de La Sierra... venimos por encomienda de su madre —habla uno de los hombres y sostengo más fuerte a Brahim.
—Le manda decir—habla el otro—, que se aleje de problemas. Y si no tiene intenciones de regresar junto a ella, que al menos proteja su buen nombre.
Se me escapa una risa sonora, suelto a Brahim y me acerco al par de escorias que están delante, miro dónde posan sus manos y veo las pistolas bajo su camisa.
—Qué piense en un mensaje más contundente... —miro hacia dónde están las pistolas—. Si quieren lo pueden hacer aquí y ahora. Sería interesante ver cuantos policías corruptos hay en esa comisaría... cuantos honestos y que mi amiga apriete el interruptor para que un pequeño articulo señale los negocios de mamá.
>>La que debe estar advertida es ella...
—Gala —me llama Brahim preocupado.
—Díganle que si no me deja en paz, que si no deja que viva tranquila con mi novio, voy a Destruirla, y que se mucho más de lo que ella cree que sé.
>>Una amenaza más o incluso mi muerte va a destruir su imperio ¿Entendieron?
—Tenga cuidado señorita Gala... o en vez de que usted reciba el paquete, lo hará su novio —advierte y me empuja con el índice.
—A ver —dice Brahim acercándose al tipo—. La vuelves a tocar y no me va a importar estrellar tu cabeza contra el cordón de la vereda, desgraciado. No me importa que me lleven preso.
—Gallito estamos —dice el otro hombre y se acerca a Brahim, él está por reaccionar, pero todo se detiene cuando alguien más interviene.
—Se alejan de ella y de él —la voz de Eire resuena en mi cabeza—. Ustedes, fuera. Les advertí con no tocaran a la chica.
—Jefe, nosotros... —intenta justificar uno de ellos.
—Te callas —ordena Eire y Brahim me agarra para llevarme hacia él —. La tocaste, y lo vas a pagar, ahora, se van.
Los tipos obedecen y se van a un auto que está cerca de nosotros, Eire queda frente a mi y el aroma al cigarro con su perfume irrumpe en mis fosas nasales.
—Hola, Gala.
—Eire —saludo —. ¡Qué poder y qué coraje el suyo de venir frente a la misma comisaría a hacer su show!
—Es la idea, que te des cuenta, Gala.
—Que me de cuenta ¿De? De lo imbécil y peligroso que puedes llegar a ser.
—Jamás te haría daño.
—¿De verdad? Y esos hombres se acercaron a increparme de la nada... dejemos las niñerías.
—No te increpaban a ti —alza la vista y mira a Brahim.
—¡Ah! —contesta él —. Pues la próxima que lo hagan cuando no esté con Gala, si de verdad no la quieres poner en peligro... es más vamos a solucionarlo aquí y ahora.
Eire sonríe triunfante, yo le ofrezco una mirada cargada de enojo.
—Basta... ¡Ya vete Eire!
—Nos veremos luego —dice a Brahim —. Gala... sabes dónde encontrarme.
Eire se retira, y no voy a mentir, me siento confundida, con miedo e incertidumbres.
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Alas Rotas (Libro 2 HDA)
AcciónGala de la Sierra descubre que la fortuna de su familia proviene del narcotrafico, el tráfico de influencias y estafas. Por ello, bajo la mirada amanezante de la misma decide a convertirse en Criminóloga para resolver los delitos de su familia. Un i...