Capítulo 21. Operativo rescate

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Miro el maps y veo la ubicación exacta de Gala, menos mal y le había puesto un rastreador en sus calzados. Ahora voy a poder ir en su búsqueda.

Asier y Renan fracasaron y la verdad es que no tengo ganas de esperar a que consigan permiso de su superior para ir al rescate de la chica. Así que me subo a la jeep que conseguí como medio de transporte y me dispongo a buscarla.

Me enfurece tanto que haya salido sin mi consentimiento. ¿Qué tiene en la cabeza que no entiende que debe avisarme lo más mínimo que haga?

Cuando estoy por salir de la base el vehículo es interceptado por una motocicleta, el conductor es Renan. Se quita el casco y me desafia con la mirada.

—¿A dónde se supone que vas? —pregunta

—A una fiesta... ¿Qué no es obvio? Voy por Gala. Porque ustedes son lentos

—No puedes hacer eso. Vas a tener que esperarnos.

—Fíjate Renan... que paciencia. No tengo. Voy a rescatar a Gala.

—¡Voy contigo! —Grita y yo solo le ofrezco una mirada y le niego con la cabeza.

—No, si quieres me sigues, en mi auto no te subes. 

Arranco y acelero, giro produciendo ruido con las llantas, me meto a la carretera, mientras alzo la velocidad de a 100. Menos mal estoy en un vía rapida. Porque el sitio en el que está Gala es a 30 minutos, cerca del Rio Paraguay. 

Renan me sigue, al menos se atrevió a hacerlo, no como Asier que sigue esperando órdenes de sus superiores. Me alegra no tener que responder a esas estupideces y que a mi solo me mueve mi deseo de venganza, aunque siendo honestos, Gala se está convirtiendo en un grillete para mis pies. 

No puedo hacer mucho con ella, tampoco sin ella. Esto me mata, porque se supone que ya tenía un plan definido ¿Qué estaba pensando el día que decidí aliarme a ella? No sé, fui un idiota, ahora debo lidiar con sus acciones tercas y su caracter de mierda. 

Me enoja tanto, y no sé que es lo que más me enoja, saber que está en peligro, o saber que está con Eire. Ese efecto tan poderoso que tiene sobre mi, es lo peligroso.

Giro en una curva y ya veo el panorama, estoy en medio de la opulencia y la miseria. Hijo de Puta Eire, sabes que estás protegido aquí. Estaciono, saco mi arma de la guantera y la coloco en mi bolsillo. Abro la puerta y me bajo.

Renan también estaciona, coloca su arma en la cintura y viene hacia mi.

—Esto no va a ser para nada fácil —aclara.

—¿Vas a escapar? —pregunto alzando una ceja—. Si crees que no vas a poder, mejor vete  y no estorbes.

—Tienes que trabajar con ese carácter de mierda, Brahim. Dije que no va a ser fácil, en ningún momento dije que iba a ser imposible. Tengo un plan, voy a acercarme primero y haré que Eire y sus hombre me sigan a mi...

—Un plan estúpido —interrumpo—. No estamos pescando y no necesitamos carnada muerta, Vamos a entrar a escondidas, y voy a intervenir el alimentador de energía, cuando entren en pánico uno de los dos entra a la mansión a buscar a Gala y el otro genera cortos en todo lo que pueda. Podemos hacer estallar el transformador, es probable que dejemos al barrio sin acceso energético lo que nos serviría para que estén confundidos. 

—¿Se te acaba de ocurrir? —pregunta sorprendido.

—Estuve 2 años en la milicia ¿Qué te sorprende?

—Lo rápido que lo pensaste y lo poco que lo dudaste. 

—Bueno, me parece que voy yo por la parte electrica y tú por Gala, asegurate de que tega sus zapatos, así los sigo, va a ser más rapido que suba contigo a la motocicleta, luego podemos hacer un intercambio en algún punto para que la pueda llevar en el auto.

Alas Rotas (Libro 2 HDA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora