Era un hombre feliz, pleno de poder volver a sus funciones nuevamente, le habían avisado que los cuervos ya no le estaban siguiendo por lo que podía volver a su trabajo habitual, eso lo hacía realmente feliz. Changbin no se consideraba un loco y menos un sádico, él solo disfrutaba demasiado de su trabajo, no le veía lo malo, pero para alguien que creció rodeado de ese ambiente claramente no tiene nada de malo, golpear, raptar y torturar, es solo algo de cada día. Sus padres trabajaron para el padre de su ahora jefe, se criaron prácticamente juntos, amigos de toda la vida, por eso también estaba listo para reclamarle por dejarle tanto tiempo inactivo.
Subió las escaleras hasta llegar a la oficina y apenas entró agarró por el cuello al primero que se cruzó, paso su brazo por este y lo jalo hacia abajo sin mucha fuerza, con su otra mano despeinó su cabello, pero algo era raro, este estaba más delgado que su amigo, no luchaba como lo hacía el otro y lo más importante, era rubio.
— Suéltame mastodonte o te juro que te voy a clavar una bala en las pelotas.
No tardó en soltar aquel cuerpo y taparse con ambas manos su entrepierna como si eso le protegiera de todo.
— No te metas con mis futuros hijos, Hyunjin.
— Suerte de la mujer que se deje embarazar por ti ¿siquiera sabes dónde está la vagina? — el chico que arreglaba su cabello se notaba bastante molesto, como si su cabello fuera lo más preciado que tenía y acababan de profanarlo.
Changbin por su parte pudo ver que no estaba aquel a quien buscaba, ni había rastros de que hubiera estado por ahí en un par de días.
— ¿Dónde está él? ¿Hay una misión de la que no me entere?
— Algo así, dijo que tenía algo importante y que volvería en un par de días, no me quiso contar más, sólo me pidió que esperemos instrucciones sin causar alborotos.
— No te cuenta por qué no eres su amigo, su mano derecha, su hermano de otra madre, deja lo llamó y sabremos todo de inmediato.
El chico de grandes músculos cogió su celular y marcó el número, no tardó en comenzar a sonar y Bin esperaba con una sonrisa fanfarrona en los labios, pero cada trastorno sin contestar esa sonrisa se borraba y más aún cuando le mando al buzon de voz.
— No alcanzo a contestar, veras que me regresa la llamada.
Pasaron los segundos y nada que sonaba la bendita llamada que estaba esperando, cosa que lo hacía enfurecer más, por otro lado el rubio tenía una sonrisa más y más grande.
— ¿cómo fue que dijiste? ¿madre de otra madre?, ¡Ja!, mis pelotas — las carcajadas fueron bastante escandalosas y su mano se posó en la espalda de Bin. — aceptalo Seo, ya no son los amiguitos de la infancia, ahora es tu jefe y nada más que eso.
✂
Jisung no recordaba cuánto era lo que había bebido, en verdad no recuerda muchas de las cosas de la noche anterior, pero recordaba muy bien que se había sincerado completamente con un desconocido, que le había contado todo su pasado, ese que se encargaba de enterrar, ¿que le pasaba?, ¿tan fácil era que con dos cervezas y una sonrisa había bajado todas sus defensas?. Se sentó en la cama y rasco sus ojos, le costó un poco orientarse pues su cabeza dolía horriblemente, vio a su alrededor y solo después de unos segundos es que se dio cuenta que no estaba en su habitación, ¿donde estaba?
Busco un poco más alrededor hasta notar que ni siquiera estaba solo, a su lado hacia un cuerpo dormido, sus ojos se abrieron con demasiada sorpresa al notar la desnuda espalda de este y más aún al notar que el mismo estaba prácticamente solo en ropa interior, ¿que rayos había pasado?

ESTÁS LEYENDO
Case 143 [Minsung]
Fanfiction"Nada es lo que parece" Donde Jisung es un policía que se ve envuelto en el caso que definirá sus principios y su vida entera. ¿Qué va a elegir? ¿El Amor o la justicia?