Chapter eleven

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Ambos chicos se encontraban ahora dentro del apartamento, Minho estaba mirando atento los estantes, prestando atención a las fotografías de Jisung mientras estaba preparando dos tazas de su té favorito, "rojo con durazno".

— ¿Esta de aquí es tu madre?

— Si, ese día era su cumpleaños y fuimos a comer mariscos, le gustan mucho.

— Ya veo, yo soy alérgico a los mariscos

Jisung dejo ambas tazas sobre la mesa de centro y tomó asiento en uno de los sofá, prestando atención a Minho, que aun miraba aquellas fotografías.

— Tu madre es linda y se ve amable, ya veo de donde lo heredaste — Jisung se sonrojo por aquellas palabras, en verdad ¿cuando había vuelto a ser un adolescente?

— Tú, cuéntame de tú infancia, de tu familia, no se nada sobre ti aparte de que eres maestro y ahora que no puedes comer mariscos.

Minho tomó asiento y agarró una de las tazas para dar un sorbo a esta antes de responder a Jisung.

— Que rico esto, ¿de que es? — dijo con fingido interés en el sabor del té

— Té rojo con durazno y no me cambies el tema, ¿fue muy mala? — Jisung dudo un momento, pues quizás el chico no quería contarle de aquello porque fue una infancia dura y difícil.

— No es eso, solo que nunca se que decir, pues mi infancia fue normal, mi madre era una mujer amable y dulce, dueña de casa, enamorada enormemente de mi padre, que trabajaba gran parte del tiempo, pero cuando estaba en casa pasaba mucho tiempo conmigo, jugábamos, íbamos a acampar o pescar, tenía citas con mi madre siempre una vez cada dos semanas, sin falta.

Jisung también agarró su taza y daba pequeños sorbos a este mientras escuchaba al chico hablar, sin quitar sus ojos de encima, fijándose en los pequeños detalles, la forma de sus labios, sus líneas de expresión, la forma en que se arrugaba su nariz de forma muy suave y como sus ojos miraban a un punto más allá de él, como si tratara de recordar con más detalle las cosas.

— ¿Eso sigue siendo así? — se atrevió a preguntar sabiendo que eso podría resultar en una muy mala respuesta.

— No, pues mi madre falleció cuando yo tenía 20 años, yo me dedique a los estudios y luego a trabajar, de aquella forma me distancie poco a poco de él, consiguió una novia, se casó y ahora vive con ella, nos llamamos de vez en cuando pero no es como antes, pero esta bien, el ya cumplio su parte del trabajo, ahora me toca formar mi vida.

Minho le dedicó una sonrisa como si todo estuviera bien, solo que Jisung no sabia que en verdad todo estaba bien, pues se creyó completamente aquella inventada y melodramática historia que acababan de contarle, Minho podía ver la compasión en los ojos de Jisung, la ingenuidad de creer la historia y estaba seguro que ahora que se mostraba "vulnerable" frente a este, caería más y más a sus pies.

— Lamento mucho tu perdida y que hayan dejado de ser tan cercanos, pero se nota que él y tu madre criaron a un gran muchacho.

Jisung estiro una de sus manos por inercia y acarició la mejilla del mayor formandose asi un silencio, uno donde ambos se miraban con atención, casi como si contemplaran una obra de arte, dejando que lo único que se escuchara fuera los autos pasar a lo lejos y sus respiraciones. Jisung no noto que poco a poco la imagen de Minho se hacia mas grande y más cercana, pero él otro si, pues era él quien estaba creando el momento, el del primer beso o eso hubiera sido, si el menor no hubiera olvidado la taza en sus manos y derramado una parte de su té aún caliente en uno de los muslos ajenos.

— ¡Mierda! ¡Está caliente! — Minho se levantó con rapidez del sofá tratando de despegar su pantalón de la piel — eres un ...

— Lo siento, fue sin querer, deja, deja que te traiga algo frio — Jisung corrió a su nevera para sacar una bolsa de hielo de esta y traerla a Minho, el mismo que bajo sus pantalones para aliviar la sensación de ardor que seguía en su piel.

Case 143 [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora