Seúl, Corea del Sur.
18 de diciembre, 2026.Su delicada mano recorría el cuerpo de su amado, su mirada recorría cada parte de su piel, observó cada detalle de esa mirada tan profunda e hipnotizante. Bajó su mirada a sus labios, delicados y extremadamente bellos. Su pecho se oprimió de sólo pensar que él no es el único que besa esos hermosos labios, que hay alguien más y es mucho mejor que él. Como pudo se levantó de esa cama, sin decir absolutamente nada. Ambos sabían que no había necesidad alguna de hacerlo. Hizo una mueca al sentir un pequeño dolor proveniente de su entrepierna, pero ignoro ese dolor y se puso unos bóxers y su pantalón, agarró una sudadera y salió de esa habitación.
Apenas salió, comenzó a llorar. Duele y demasiado. Sin embargo, no se permite llorar, con coraje pasa sus manos por sus ojos y limpia cualquier rastro de lágrimas. No quiere verse derrotado, necesita ser fuerte, por él y, por las personas que lo rodean. Con mucho cuidado de que no le vean por ahí, camino hasta llegar a una parada de autobuses y con el gorro de la sudadera tapó lo que pudo de su rostro. Lo que menos quiere en estos momentos es que alguien lo reconozca y empiecen a rodearlo para pedirle autógrafos y fotos.
Su vista se fijó en la nieve, aún es temprano para que empiece a nevar, pero así cómo está el medioambiente estos días, la verdad ya no sorprende. Intentó no recordar ese día, pero su mente se resistió y le hizo acordarse de todo. Absolutamente todo.
Su pequeño osito y él. Bailando bajo la nieve, copos de nieve caían por todos lados, aún así sus sonrisas no se desvanecían, estaban más presentes que nunca. Les importo poco que la nieve los estuviera cubriendo. Sólo estaban ellos, bajo la nieve de Corea del Sur, y Rewrite the stars de James Arthur y Anne- Marie, se escuchaba desde el celular de NamJoon.
Pero ese pensamiento hermoso, fue remplazado por miles de recuerdos dolorosos, recuerdos que después de tanto tiempo estarlos escondiendo, están saliendo de las rincones más profundos de donde los dejó. Su respiración se volvió más pesada y todos sus músculos se tensaron al recordar.
Déjenme contarles cómo es que llegamos aquí. Cuando no cuidamos nuestras acciones, siempre alguien resulta herido.
Las personas obsesionadas con los shipeos aveces no miden sus acciones, palabras, publicaciones, etcétera. Su insistencia a que el ship es real y que nada más faltaba que la empresa lo confirme, llegó tan lejos que terminó arruinándole la vida a esas personas y a otras involucradas. Aunque el verdadero culpable de todo es la propia empresa. Si, la que alguna vez les juro que ahí estarían protegidos y que jamás harían algo en su contra, es la misma que les esta arruinando la vida a gente muy noble. Venden información personal, contactos, mensajes y un montón de cosas más. Y todo esto por dinero.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de un celular. Alguien lo está llamando. Contestó sin ver el nombre.
— Supongo que ya te enteraste, ¿estás con él? — Reconoció esa voz de inmediato. JiMin. — El CEO nos quiere a todos en la empresa de inmediato.
— Si, ya me enteré, y no, no estoy con él. Y en un momento estaré en la empresa, sólo que necesito un cambio de ropa y maquillaje. —
— Claro, yo llevaré eso por ti. — Le agradeció y terminó la llamada.
Necesita prepararse mentalmente para la situación que está apunto de enfrentar, no quiere llorar enfrente de miles de personas, frente a miles de fans. Recordó algunos trucos de actuación que le enseñaron cuando era trainee, esos trucos eran realmente muy buenos, en muchas ocasiones los había aplicado y los fans jamás se daban cuenta. Respiró un par de veces, estiró un poco en su asiento e intentó recordar momentos felices, escenarios en donde fue muy feliz. La maestra siempre repetía: si quieres expresar una emoción al momento de actuar, primero necesitas convencerte a ti mismo que sientes eso, y la mejor manera de lograrlo es recordando momentos donde sentiste eso.
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Behind The Mask.
FanfictionCreemos que conocemos a nuestros ídolos por lo que muestran cuando hay cámaras. Que equivocados estamos. La mayoría de las veces, todo está planeado y nada de lo que pasa es real, desde las cosas que dicen, hasta las interacciones. Pero se han puest...