Luego del armagedon, estuvimos muy pegados Crowley y yo, ya no era necesario que nos ocultemos, éramos libres al fin. Al menos por un tiempo.
Ya la vida a su lado parece monótona y es hermoso, siempre él viene a la librería, llega a las once am luego vamos a desayunar, paseamos por la ciudad con su auto, almorzamos en casa o en algún restaurante de la zona que vayamos, siempre en un restaurante nuevo y por último cenamos en el Rizt.
Todo es tan hermoso, aunque creo qué hay un problema. Siento que es una molestia para Crowley tener que viajar siempre para venir temprano y empezar nuestro día como mundanos, quisiera proponerle que traiga sus cosas a la librería, siento que es más práctico para él.
Estuve toda la noche pensando en como proponerle aquello, sin que se ofenda o lo tome mal, no es que no me agrade su departamento pero el ambiente es distinto, y aquí están los libros, es más practico para los dos.
Me apoyo en el sillón, mirando al alrededor, -seis mil años conociéndolo y no sé como ofrecerle algo tal simple sin que se ofenda, ¿Qué clase de amigo soy?...- Digo bufando, miro mis manos, el anillo de mi dedo índice brilla a contra luz, eso me dio una idea, -una ofrenda...- Si eso será lo que lo convenza de estar conmigo, miro el reloj en mi pared.
Aún es muy temprano en dos horas llegaría Crowley.
-Tengo tiempo para cómprale el anillo perfecto- me acomodo mi ropa con las manos, y salgo feliz de la librería, me procuro en poner el cárter de cerrado no quisiera que alguien quisiera ser atendido y que no esté disponible.
Me pido un taxi para ir a una calle exclusiva de joyerías, le pague con la poca plata que llevo encima, siempre usábamos bendiciones pero Anathema nos recomendó que mejor no llamemos la atención de lo demás ángeles con eso, así que intentamos manejar el sistema monetario como los humanos.
La tienda era muy elegante, estaba en exhibición muchísimos anillos, inhalo y entro con delicadeza. Ni bien ingreso una mujer me atiende sonriendo.-Hola, buenos días bienvenidos, ¿En qué le puedo ayudar?- Ella se endereza y me sonríe.
-Estoy buscando un anillo- le digo pensando, ella asiente.
-¿Un anillo de que tipo?, ¿Para cuál situación sería?- Yo me quedo pensando un momento, no había pensado en como sería el anillo, trátate de ser sincero con ella.
-Puesss es que yo tengo un amigo y- miro a un costado intentando expresarme -quisiera realizarle una propuesta, así cambiar nuestros días- ella vuelve a sonreír y asiente -en la cual...- Ella me corta.
-De propuestas, por aquí sería- me señala a un costado, -wow ella si es comprensiva- pienso, le dejaré propina. Me acerqué a ella, me muestra anillos todos con una piedra preciosa en el centro, aunque hay un problema.
-Disculpa, necesito anillos para hombre- Ella pestañea pero asiente, se disculpa y se dispone a buscar otra caja -disculpe antes que busques, ¿Habría anillos de color negro?- Ella frunce el ceño.
-¿Usted quiere uno negro?- Yo le sonrió y le asiento, ella se retira ahora va adentro del local donde los clientes no tienen acceso a ingresar. No tarda mucho en traerme una cajita con solo cuatro anillos.
-Estos son los únicos que disponemos en esos colores, los cuatros poseen una piedra negra preciosa, pero con distintos diseños- me explica, yo los miro asombrados por lo precioso que son -si deseas puedes ver y tocar para decir cual le gusta más- me comenta aunque no era necesario ya había uno que me cautivó, un anillo que una serpiente la rodeaba, un anillo completo de Plata exceptuando la piedra negra que hacía que el anillo se vea más elegante e imponente. Agarro ese -Le gusto el de la serpiente señor, muy buena elección- yo sonrió y me muerdo el labio.
-Si, me llevo este- le digo alegremente, ella se lo lleva y lo envuelve en una caja.
-¿Quisiera una caja para la propuesta?- Me pregunta la mujer.
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Casados por error "Good Omens" (Libro en formato físico disponible)
FanficLuego del fracaso del Armagedon, Aziraphale decide darle un obsequio a Crowley, un anillo pero este nunca se hubiera imaginado que se llegaría a interpretar de otra manera, y que su dulce demonio se pusiera tan feliz que hizo que el error creciera h...