Parte 7

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Punto de vista de Crowley.

Abro los ojos, siento mi cuerpo pesado y adolorido, intento moverme y mis huesos crujen, me siento incómodo, me percato que estoy acostado en el frío suelo de la librería de... Me levanto de golpe -Azi- buscó mi celular rápido, mi corazón late muy rápido. Veo mi celular que dice que ya son de madrugada, eso me da un nudo en la garganta -¿Qué te estarán haciendo mi amor?- Me muerdo el labio agobiado mientras marco el número de la bruja y espero ansioso que conteste, espero impaciente mientras varios pitidos suenan pero ella no contesta, le vuelvo a marcar agobiado hasta que su dulce voz suena como un canto de ángeles. -No creo que sea el mejor ejemplo- pienso.

-¿Crowley?- Me vuelve a nombrar yo me sobresalto.

-Si si si, perdón es que los arcángeles se lo llevaron, y yo no sé como ayudar- intenté hablar lo más tranquilo para que me entienda pero me es imposible, me muerdo el labio fuerte, -estoy preocupado, tengo miedo que le hagan algo- dije angustiado, abriéndome y mostrando mis debilidades por primera vez ante ella.

-Oye, tranquilo. Ven para aquí y hagamos un plan, Aziraphale es muy hábil y tiene mucho carácter, estará bien- intenta calmarme, yo bufo -dale demonio ven mientras llamo a los demás para que ayuden-.

-Está bien, salgo para allá- le cortó y sin pensarlo mucho me dirijo rápido a mi auto para salir de la ciudad... Solo deseo que esté a salvo.

Punto de vista de Azirafel.

Mis lágrimas seguían brotando aunque yo no las podía controlar ni evitar, siento que la oscuridad me carcome poco a poco y solo han pasado unas horas.
El ruido de una puerta abriéndose suena a lo lejos, pero estoy demasiado ocupado para dirigir mi atención. Pero me obliga a prestarle cuando algo me toca el hombro, veo como es Gabriel que me mira, con ¿Compasión?, ¿Pena? No tengo lose.

-Aziraphale debes venir- dice con un leve tono de autoridad oculta tras esa mirada emotiva.

-No me interesa- me acomodo en la dura cama.

-¿Cómo dices?... Tu nunca has hablado así, en ese tono- yo bufo agobiado.

-No, pero ya era hora de que explote. ¿Cómo quieres que esté?- Me siento para mirarle mejor, -estoy encerrado sin poder bajar, con unas cadenas que ni me dejan moverme y aún así ¿Esperas que te conteste alegremente como si nada pasará?- Le digo, Gabriel solo me mira callado. Se mueve hacia la puerta y yo le sigo con la mirada.

-Debes venir- dice sin más, chasquea sus dedos y las cadenas desaparecen, yo me estiro ante esa satisfacción. -Para que vengas sin quejas- se justifica, yo asiento aceptando ese trato sin acordar y camino a su lado.
Regrese a una sala donde estaba Uriel y los demás arcángeles, esta vez ellos estaban parados frente a mi.

-¿Disfrutando de tu nueva vida?- Dice Uriel con tonos burlescos.

-¿Para qué me trajeron?, ¿Para disfrutar mi sufriendo?, ¿Eso ahora es natural en los arcángeles?- Le digo contraatacando, ella me mira con una ceja alzada mientras los demás solo nos miran callados como si no se atrevieran a metere en el medio.

-¿Quién te crees qué eres para hablarme así?- Yo doy un paso hacia ella pero una lanza me apunta y me detengo a unos pocos pasos de distancia, -tú no eres nadie, solo cuidabas de una puerta y aún así fallaste- yo aprieto mis dientes. Hace una seña y la lanza se aleja, da un paso hacia mi con aires de superioridad, no me puedo dejar controlar, no le daré lo que quiere pienso. -Así que pídeme perdón- alzo una ceja -por hablarle así a tus superiores- yo aprieto una parte de la prenda que me dieron y la alzo un poco.

Casados por error  "Good Omens" (Libro en formato físico disponible)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora